'La partida', cine gay valiente sobre La Habana de hoy Recién estrenada en el festival de Sevilla, y tras el éxito de En malas compañías y el relativo fracaso de Clandestinos, Antonio Hens cuenta una sincera y tensa historia de amor entre dos jóvenes sin recursos en La Habana actual.
Eduardo Nabal Tras un largo camino desde Cuba llega por fin a las salas La partida, posiblemente el mejor filme de Antonio Hens hasta la fecha. Conocido como autor del deshinbido corto En malas compañias, el realizador ha presentado en el último festival de Sevilla una historia de amor dolorida y ambientada íntegramente en las calles de La Habana. Se trata de un filme de notable ritmo y con un guión mucho más elaborado que el de Clandestinos. También destaca la presencia del joven Reinier Díaz como un joven que busca en el fútbol y en las promesas de un entrenador, encarnado por el polémico Toni Cantó en un papel bastante antipático, una escapatoria al mundo de la prostitución en el que se desenvuelve. Con cierto regusto a Pasolini y a su mentor Eloy de la Iglesia, Hens have un cine gay "muy masculino" pero sexualmente valiente y con temáticas espinosas: la desestructuración social, la pobreza, la delincuencia, la extorsión o incluso la violencia.
La partida es un filme mucho más trabajado de lo habitual en el cine de Hens y de imágenes de interiores y exteriores muy elaboradas, además de estar apoyado en un sólido reparto donde destacan la joven pareja protagonista y el ambiguo papel que have Mirta Ibarra (Fresa y chocolate). Hens desconfía de las promesas incumplidas de Castro y muestra un lado poco amable de la variopinta realidad en algunas zonas de la isla. Aunque en el filme se respira sexo, sudor y lágrimas, también hay un extraño amor por sus criaturas que siempre han acercado a este director al público internacional, particularmente al público joven sin prejuicios.