“Nuestro miedo más profundo no es que no estemos a la altura, no, nuestro miedo más profundo es que somos poderosos más allá de todo límite. Es nuestra propia Luz y no nuestra oscuridad, lo que nos asusta más.
Nos planteamos la cuestión siguiente: ¿quién soy, yo, para ser brillante, radiante, talentoso y maravilloso?
De hecho, yo te pregunto: ¿quién eres tú para no serlo?
Tú eres un hijo de Dios y vivir empequeñecido no sirve al mundo.
La iluminación no es encogerte para evitar la inseguridad de los demás, porque hemos nacido para hacer manifiesta la gloria de Dios que está dentro nosotros y no se encuentra solamente en algunos elegidos: está en cada uno de nosotros y, a medida que dejamos brillar nuestra propia luz, damos inconscientemente a otros, el permiso para hacer lo mismo que nosotros.
Así, liberándonos de nuestro propio miedo, nuestra presencia libera automáticamente a los demás; liberándonos de nuestro propio miedo, tranquilizamos a los demás; liberándonos de nuestro propio miedo, obligamos a los otros a que nos imiten; ¡liberándonos de nuestro propio miedo, les mostramos que no hay que tener miedo de la Luz! “.
Mandela, fué el creador de la Nación Arco Iris que devolvió las esperanzas a la comunidad LGBT en África