“Papá, me casaré con un hombre cuando tú también lo hagas”
En septiembre de 2012 el multimillonario chino Cecil Chao Sze-Tsung. anunció que recompensaría con 500 millones de dólares hongkoneses (unos 50 millones de euros) al hombre que convenciera a su hija, Gigi Chao, para contraer matrimonio. Un año y medio después, y tras recibir más de 20.000 solicitudes fallidas, el magnate ha decidido doblar la oferta: quien logre casarse con su hija recibirá 100 millones de euros.
Cecil hizo el anuncio la semana pasada, pese a las repetidas críticas de su hija y sin importarle dos detalles de peso: que no les gustan los hombres y que está profundamente enamorada de su pareja desde hace siete años, Sean Eav, con la que, además, ha contraído matrimonio.
Ahora, en una carta abierta, publicada en el South China Morning Post, Gigi ha vuelto a decirle a su padre que su amor no está en venta: “Como tu hija, no deseo otra cosa que hacerte feliz. Pero en términos de relaciones, tus expectativas hacia mí y la realidad de quién soy no son coherentes”.
La carta, teniendo en cuenta la insistencia de su padre y lo poco afortunado de sus declaraciones, es muy sutil. Pero la heredera no lo ha sido tanto en declaraciones a The Times: “Ya que papa piensa que es tan fácil pasar de ser gay a ser hetero, debería demostrarlo. Creo que me casaré con un hombre cuando él también lo haga”.
En su carta, Gigi pide a su padre que trate a su mujer como un ser humano normal, pues, desde que anunció su matrimonio, el multimillonario se ha negado a aceptar la homosexualidad de su hija y ha ignorado por completo a su esposa, que no ha sido invitada a ninguna reunión familiar. “No te estoy pidiendo que sea tu mejor amiga”, asegura la heredera en su carta. “Sin embargo, significaría muchísimo para mí que al menos no te aterrorizara”.
“Estoy orgullosa de mi vida, y no la voy a vivir de ninguna otra manera”
Gigi admite en su carta parte de la culpa de las “expectativas fuera de lugar” de su padre. Cuando estudiaba en Reino Unido mantuvo unas cuantas relaciones heterosexuales, y rompió el corazón de varios “hombres honestos y cariñosos”, algo de lo que se lamenta.
“Sé que para ti puede ser difícil entender que me sienta atraída por una mujer, y supongo que yo tampoco puedo explicarlo. Simplemente es lo que ha ocurrido y, después de muchos años, nos seguimos queriendo”, explica Gigi en su carta.
La heredera asegura que al conocer a Eav no dudó de sus preferencias sexuales: “Amo a mi pareja, que hace un buen trabajo cuidando de mi, asegurándose de que como lo suficiente, me baño y estoy caliente todos los días y, generalmente, me anima a ser una chica alegre y feliz. Estoy orgullosa de mi vida, y no la voy a vivir de ninguna otra manera”.
El playboy chino
Los planes del padre de Gigi, dueño de una cadena de urbanizaciones de lujo china que ofrece suculentos dividendos, reflejan a las claras la mentalidad de una sociedad donde la homosexualidad ni se tolera, ni se entiende. “¿Cómo va una mujer a casarse con otra mujer? ¡Eso no está nada bien!”, exclamó en su día el padre. En la región de Hong Kong las prácticas homosexuales se despenalizaron en 1991, pero socialmente siguen sin verse con buenos ojos, por lo que la propia Gigi admitió que la reacción de su padre tenía más que ver con que la relación con otra mujer perjudicaba su estatus social en China.
El magnate, famoso en el país asiático por sus múltiples escarceos amorosos, declaró al diario británico The Sunday Times que había intentado presionar a su hija para que eligiese un tipo de relación más convencional. Una exigencia hacia su hija sobre la que él mismo no es el mejor ejemplo, puesto que sus cuatro hijos son fruto de distintas relaciones y son habituales sus “cazadas” fotográficas en la prensa con alguna joven bella. Conocido como el playboy chino, él mismo se ha jactado de haberse acostado con más de 10.000 mujeres.
Desde que Gigi empezara a aparecer en la prensa, su activismo a favor del colectivo LGTB ha ido en aumento. La joven se ha convertido en una de las cabezas más visibles del movimiento a favor de los derechos de los homosexuales en China y forma parte de la organización Big Love Alliance, una de las más activas asociaciones de gays y lesbianas. “Hong Kong es terrible aceptando la diversidad”, explicó Gigi, que espera que su negativa sirva de ejemplo a otras mujeres que puedan encontrarse en situaciones similares.