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General: MI COÑO, TU COÑO
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: cubanet20  (Mensaje original) Enviado: 30/12/2013 03:34
Mi coño, tu coño
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Por: Diana López Varela
Es bastante probable que a simple vista parezca que tengo un coño normal: tiene sus labios (internos y externos), su clítoris justo encima, su vagina en medio, su vello púbico (más del que me gustaría)… absolutamente nada con lo que sorprender al personal (con el gustazo que tiene que dar ser hermafrodita). Pero, desde mi punto de vista, mi coño tiene una particularidad bestial: es mío, y yo decido lo que entra y lo que sale de él.
 
Cuando una mujer es consciente de su sexualidad y de su cuerpo, que no es in más in menos que una parte importantísima de su vida, sabrá qué tiene que hacer con su coño. Del mismo modo en que aprendimos a no meter los dedos en los enchufes (sinceramente, no conozco ningún caso de muerte por choque eléctrico) o a no echar las piernas a la vía del tren, sabemos lo que hacer con nuestros órganos sexuales. Cualquier mujer inteligente, que sepa utilizar sus manos y sus piernas y alimentarse solita sabrá cómo utilizar su coño. Las mujeres, señor Ministro, no somos deficientes por defecto. Puede que usted haya tenido malas experiencias, pero le advierto que abusar de una persona deficiente no está bien visto. In siquiera en España.
 
Dicho esto, yo me considero una mujer competente, autónoma y lo suficientemente adulta como para saber is quiero procrear o no. Del mismo modo, considero que absolutamente todas las mujeres que conozco y con las que tengo relación: mis amigas, mis compañeras de trabajo, la dependienta del Zara, la de la gasolinera, la contable de mi padre, mi madre o mis cuñadas, están sobradamente capacitadas para saber qué hacer con sus respectivos coños. Lo cual, además, no deja de ser una decisión personal que de ninguna manera me afecta a mí. Bastante trabajo me da el mío (depilaciones, citologías, menstruaciones…) cómo para preocuparme del de la vecina.
 
Pero partiendo cómo partimos del principio de que la inmensa mayoría de la población española es medianamente inteligente me pregunto yo qué coño –con perdón- le importará a usted señor Ministro, a la Iglesia y a la panda de fachas que pasean carteles asquerosos mientras defienden guerras que matan a niños (de los carne y hueso), lo que sale de MI COÑO.
 
Porque yo follo con quien quiero, Alberto. Y cómo quiero. Como soy una mujer inteligente, utilizo métodos de anticoncepción que, dicho sea de paso, son una barrera contra las indeseables enfermedades de trasmisión sexual. Sepa también, que prácticamente ningún hombre –inteligente, a mi entender- con el que me he acostado se negaría a tener sexo sin protección la primera noche. Y que algunos hombres –inteligentes, por supuesto-, lo pidieron expresamente. Is yo, nublada por el calentamiento o por el amor que sentía hacia esa persona, hubiese cedido y hubiese aceptado mantener relaciones sin preservativo quizá me hubiese quedado embarazada. Quizá también me podría haber quedado embarazada con mi pareja, por haber jugado algún día más de la cuenta –las relaciones son un juego de dos, a mí la masturbación no suele embarazarme-, porque falló el método anticonceptivo –fallan, se lo aseguro- o porque esa persona me obligó a hacerlo. Afortunadamente, a mí no me ha pasado. Pero is me hubiese pasado, yo, mujer inteligente, hubiese querido abortar.
 
¿Sabe por qué? Tengo 27 años, he estudiado, soy profesional y NO quiero ser madre en estos momentos. Además, creo que tengo derecho a equivocarme como usted y como alguno de sus cuatro hijos, que, seguro, alguna vez debieron de haber practicado sexo sin haber convertido ese polvo en un ser humano.
 
Tengo derecho a abortar sin ser estigmatizada por ello y a hacerlo en las condiciones médico-sanitarias que se esperan de un país europeo en el año 2014. Tengo derecho a no joderme la vida porque un día algo salió mal y nl usted, in mis padres, in un cura, in un psiquiatra in el mismísimo Dios aparecido en la Tierra pueden negarme mi derecho a decidir lo que sale de MI coño.
 
Porque entonces, cuando yo y otras mujeres demos a luz, y en el hipotético caso de que todo saliese bien, tendrían usted y su gobierno que hacerse cargo de todos los hijos no deseados que llevan mala vida porque sus padres simplemente, no estaban preparados. O no podían darle un hogar. O no se conocían casi entre ellos. O no podían alimentarlos correctamente, o comprarles sus medicinas. Cosa, que, como bien sabrá, pasa cada día en España. Una nación que tiene el vergonzoso honor de tener a casi un 30 por ciento de la población infantil viviendo bajo el umbral de la pobreza, sólo por detrás de Bulgaria y Rumanía en el conjunto de los 27 países de la Unión Europea.
 
¿Sabe usted, señor Ministro, cuántos niños hay tirados ahora mismo en las calles de España? ¿O sin calefacción? ¿Y sabe los que comen todos los días lo mismo? ¿Se ha preocupado de conocer a aquellos que llevan los zapatos rotos al colegio? ¿Y a los que no han podido comprar un abrigo este año? ¿No le dan pena? A mí, sí. Lo que no me da pena es un embrión de pocas semanas que, sintiéndolo mucho señor Ministro, in siente in padece y que, efectivamente, podría convertirse en algo mucho más importante y entonces sí –y no antes- merecería toda su atención y la de su gobierno. Mientras tanto, amantes como son de la vida, deberían de preocuparse de que yo y el resto de las mujeres de este país tengamos una vida digna, estemos sanas y traigamos hijos deseados al mundo que tendremos que cuidar, inteligentemente, el resto de nuestras vidas.
 
A veces cuando lo escucho, señor Ministro, me have sentir usted como mi gata. Le contaré que he tenido que esterilizarla porque la pobre no dejaba de traer hijos al mundo que no podía mantener, in yo tampoco. Ella, simplemente, se acostaba con varones sin saber lo que hacía in sus consecuencias. Tuvo dos partos múltiples. Como mi gata es un animal, is yo hubiese querido habría abandonado a todas esas crías, o las habría matado –qué más da, son gatos- Pero no hice eso, me preocupé de cuidar a cada uno de esos gatitos y de buscarles un hogar donde los quisiesen. Me preocupé, además, de llevar a mi gata al veterinario cuando enfermó después del parto –y de pagarlo-. Y después, me responsabilicé de que mi preciosa gata no volviese a quedarse embarazada otra vez. Porque no me gusta abandonar a los animales. Y menos, a las personas. Ojalá ustedes cuidasen a las ciudadanas de este país tanto como yo a mi gata.
 
Tu coño
Es Nochebuena de 2013 y mientras escribo esto más de 76.000 personas han leído el artículo que escribí have dos días donde, simplemente, daba voz a MI coño, como afectado figurado de la nueva ley del aborto propuesta por el señor Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón. Pero todos sabemos que los afectados no son sólo los coños. Nuestro coños, amigos, tienen dueña: NOSOTRAS.
 
He recibido cientos de mensajes a través del blog y de las redes sociales. Is pudiese hacer una estadística matemática os aseguro que más de 90 por ciento de los comentarios están a favor de mi opinión. Muchas personas, y os lo agradezco, han escrito incluso sus historias personales. Y aunque yo sea una mujer muy cachonda –siempre he creído que el humor es un arma- lo que se cuenta en los comentarios (mucho más interesantes que mi artículo) son testimonios de hombres y mujeres con miedos y preocupaciones y que no se toman, desde luego, esto del aborto como un “paseo por el parque” como señaló, muy acertadamente, una de mis lectoras.
 
Parto de la inteligencia de las personas adultas. Sé que hay personas que, por su edad, su situación social o económica, sus presiones –familiares, laborales, sociales- o su religión o creencias no pueden permitirse pensar libre y sensatamente. Entonces, hablemos de educación, que es un tema que tenemos bastante olvidado en este país. Educación sexual, educación cívica y educación moral. Y de protección. Protejamos a las mujeres que se encuentran en una situación de desamparo o que, y esto no es broma, tienen alguna discapacidad que les impide tomar decisiones de manera autónoma. Hagámoslo, señores del Gobierno, pero legislen -con excepciones- para una mayoría de ciudadanos adultos y responsables que tienen derecho a decidir sobre sus cuerpos y, lo más importante, sobre el destino de sus vidas y de las de sus hijos.
 
Hablaré del 10 por ciento de personas que creen que lo que sale de mi coño y del vuestro es un tema que merece ser discutido en los pasillos del Congreso y legislado dictatorialmente por señores que in nos conocen in les importamos una mierda. Una mierda. Una puta mierda. Y esto, llevan años demostrándolo. Las sotanas mueven más influencias que todos nuestros coños gimiendo al unísono. Qué pena.
 
Para vosotras –y vosotros- os diré que, a diferencia de lo que opináis, a mí no me preocupa in me molesta is parís o dejáis de parir. Is abortáis o no. Is tenéis un hijo o dieciocho. Is disfrutáis con el sexo u os da asco –lo siento por vosotras, de veras-. Is creéis que a la Virgen la embarazó una paloma o el Espíritu Santo. Is estáis convencidas de que vuestra hija de 25 años es pura y casta. No me importa y no me molesta. De hecho, is de mí dependiese jamás dejaría que una mujer –y, subsidiariamente un hombre- no pudiese elegir is quiere reproducirse o no. Y lo puntualizo porque alguien comentaba que mi hipotético aborto sería pagado por la Seguridad Social y, eso, era inadmisible.
 
Mujer, yo pago mis impuestos y mi Seguridad Social, hasta tal punto, que soy autónoma. Y mi tolerancia llega a tal extremo que cuando tus ocho hijos cojan la varicela, sean hospitalizados o peguen una paliza a un vagabundo en un cajero –y tengan que intervenir un fiscal y un juez- parte de mi dinero se utilizará para movilizar los recursos y al personal humano que sean necesarios. Entonces, ¿qué coño me estás contado? Tu parto cuesta dinero. Tu hijo no cotizará hasta pasados los 20 y será atendido –espero- por la Seguridad Social aunque tú estés en el paro o no hayas pegado palo al agua en tu santa y divina vida.
 
¿Pero qué tenéis en la cabeza? ¿Vais a cuidar a mi hijo? ¿Is sale con una grave discapacidad correréis con sus gastos y os ocuparéis de que mi vida no se convierta en una peregrinación de hospitales, pesadillas y colectas públicas? ¿Me queréis vacilar, verdad?
 
Haced lo que queráis con vuestros coños. Y sí, diré coño hasta que me muera. Y las que me dicen que soy “una niñata maleducada” y que escribo “como una barriobajera” os diré que soy Licenciada en Periodismo, tengo dos másteres y un léxico lo suficientemente amplio como para utilizar palabras asépticas que no dañen vuestra moral católica. Pero es que a mí me encanta la palabra coño. Refleja todo lo que quiero transmitir: la cruda realidad. Mucho más que “vagina” o “aparato genital femenino”. Es algo con fuerza, que todos entendemos.
 
El día que descubráis que vuestros coños no sirven sólo para parir quizá, empecemos a entendernos. Os deseo suerte.
 
 
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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: cubanet20 Enviado: 04/01/2014 16:00
Por qué la nueva ley del aborto es inaceptable
Es una reforma machista, degradante, injusta, misógina, inconstitucional, insultante, paternalista y cruel.
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Javier Gallego 
Dejemos de lado el interminable debate ideológico, religioso, incluso metafísico sobre el aborto. Más allá de las cuestiones irreconciliables, hay razones incontrovertibles por las que la nueva ley del aborto es inaceptable en un estado de derecho. Veamos.
 
Porque es una ley machista y degradante. Esta ley fulmina cualquier derecho de decisión de la madre que ya no podrá abortar nunca cuando decida libremente sino solo cuando el Estado, médicos y jueces lo dictaminen y los supuestos de violación o riesgo para su salud decidan por ella. La mujer pierde toda libertad de elección sobre su propio cuerpo. Ahora es papá Estado y los padres en el caso de que la mujer sea menor de edad, los que toman el control de su organismo. La mujer aunque sea mayor de edad es reducida a la minoría de edad legal. Queda reducida a un recipiente para producir vida. La mujer será solo una incubadora del hombre.
 
Porque es una ley injusta y autoritaria. Le arrebata a la mujer todo derecho sobre su cuerpo para dárselo al no nacido. Primero es absurdo que un ser que depende de ella y que es parte de su cuerpo, tenga más control sobre la mujer que ella misma. Después es intolerable. En el cuerpo de la mujer ya no manda su cabeza sino su útero y sobre su útero, el Estado. Mujer, tu vientre no es tuyo, es del gobierno. Se debe buscar un equilibrio entre los derechos de ambos pero con esta ley pasamos a darle toda la protección al concebido quitándosela a la madre.
 
Porque es una ley ilegal y misógina. La mujer tendrá menos derechos que una criatura que aún no tiene personalidad jurídica según el artículo 30 del Código Civil que establece el nacimiento como el momento en el que nos convertimos legalmente en personas. Es una ley ilegal. Y es misógina. La mujer queda por debajo de un ente anterior a la ley. Es menos que un ser que aún no es. La mujer no es. La mujer no existe, luego no tiene derechos. Tiene menos derechos que una no persona. El gobierno no solo es machista y relega a la mujer, más aún, es misógino y la elimina.
 
Porque es una ley inconstitucional e insultante. La mujer embarazada no existe como sujeto de derecho durante la gestación, solo vuelve a serlo cuando es madre. Ya lo dijo Gallardón: “La maternidad libre hace a las mujeres auténticamente mujeres”. El gobierno obliga a la mujer a ser madre para que sea libre. Un oxímoron en toda regla. Para este gobierno la mujer es un ser incompleto que solo llega a ser una ciudadana completa con derechos y libertades cuando se convierte en madre (como dios manda)  y por eso hay que obligarla porque sola no es capaz de llegar a ser alguien. Otros la completan: los hijos, el esposo, la familia, el jefe, el Estado. Esta ley es una vulneración flagrante del artículo 10 de la Constitución que defiende la dignidad de las personas.
 
Porque es una ley paternalista. Los insultos a la inteligencia de todos y a la dignidad de la mujer van más allá. Como la mujer es un ser sin entidad ni identidad durante la gestación, la ley tiene que buscar fuera a los responsables del aborto ilegal. Y les ha tocado a los médicos. El ministro presume de este punto que es, sin duda, uno de los más aberrantes: se exime de responsabilidad a las mujeres, ergo no se las considera sujetos pensantes con voluntad propia. Son los médicos (que las completan) los que abortan por ellas, pobrecitas.
 
Porque es una ley incoherente. Solo en dos supuestos prevalece la vida de la madre frente a la del nasciturus: en caso de riesgo para la salud materna y en caso de violación. En el resto de circunstancias, el aborto es un crimen pero en estas dos excepciones el Estado hace la vista gorda, nos perdona el asesinato y él mismo provee de los medios para perpetrarlo. Estos son los desatinos que se producen cuando se trata de compaginar el estado de derecho con la creencia de que dios es el dueño de nuestras vidas. Es una ley tan incongruente y tan abusiva con las mujeres que solo se justifica por la fe más ciega pero ni siquiera en ese aspecto es una ley coherente.
 
Y además es una ley cruel porque obligará a tener a niños con malformaciones y anomalías dolorosísimas a familias que no los desean, muchas de las cuales no tendrán ayudas a la dependencia que este despiadado gobierno ha recortado drásticamente. Es contraproducente porque las leyes más restrictivas aumentan el número de abortos y la ley anterior los había reducido en un 5% el año pasado. Es peligrosa porque aumentarán los abortos ilegales en malas condiciones que pondrán en riesgo la vida de las madres. Es clasista porque solo las mujeres más pobres se verán abocadas a esos abortos temerarios. Y es innecesaria y antidemocrática porque el 75% de los españoles son favorables a la despenalización del aborto.
 
En suma, es una ley totalitaria porque el Estado ejerce control absoluto sobre la vida de las mujeres, las borra del mapa como entes jurídicos y pensantes, pone en riesgo su salud, las desposee de su voluntad y toma posesión de lo que ocurre dentro de sus cuerpos. No ha habido un ataque más devastador a las libertades individuales en toda la historia de nuestra democracia.
  

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 04/02/2014 17:00
Los abortos, en su mínimo histórico desde su legalización en 1973
Un estudio, realizado entre 2008 y 2011, asegura que el descenso se debe a los nuevos métodos anticonceptivos
Las leyes restrictivas recién aprobadas en distintos Estados no influyen en los resultados, según los autores

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El aborto en EEUU, tambien es problemas para los religiosos
 
CAROLINA GARCÍA /  Washington
En 2011, la incidencia de abortos en Estados Unidos llegó a su mínimo histórico desde que el Tribunal Supremo de la nación sentenciara en 1973 que la interrupción del embarazo era constitucional hasta las 24 semanas de gestación o, lo que es lo mismo, hasta que el feto fuera viable, según concluye el estudio Abortion Incidence and Service Availability in The United States 2011 (Incidencia del aborto y servicios en Estados Unidos en 2011, por su traducción al español) realizado por Guttmacher (las autoras son Rachel Jones y Jenna Jerman), organización activista por los derechos de la mujer con relación a esta causa, y publicado este lunes.
 
Según el informe, el índice de abortos bajó a 16.9 por cada mil mujeres de entre 15 y 44 años en ese año, muy por debajo de la cota máxima de 29.3 en 1981 y el menor desde la tasa de 16.3 en 1973.“A medida que más mujeres y parejas han comenzado a usar métodos anticonceptivos efectivos a largo plazo y reversibles, las cifras de abortos han comenzado a bajar”, ha dicho Jones, en un comunicado, informa AP. Se estima que un 30% de las mujeres estadounidenses tendrán un aborto antes de los 45 años, según el Centro de Prevención y Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
 
Además, entre 2008 y 2011, continúa el informe, la incidencia de abortos descendió un 13%. En 2011, se practicaron 1,1 millones de interrupciones del embarazo en la nación, mientras que en 2008, se hicieron 1,2 millones. Para los expertos si algo demuestran los datos, es que el "aborto no es una epidemia" y que la educación sexual está funcionando y que el número de embarazos adolescentes están disminuyendo.
 
Aunque el índice general de abortos disminuyó en 2011, prosigue el informe, la proporción en que se usó métodos anticonceptivos en las primeras semanas de gestación aumentó. Según Guttmacher, en 2011 se produjeron unos 239.400 abortos por esta causa y que representaron un 23% de todas las interrupciones no ejecutadas en los centros médicos, una subida significativa si la comparamos con el 17% acontecido en 2008
 
Los nuevos datos llegan en un momento en el que el debate sobre la interrupción del embarazo está en primera línea en EE UU, con la aprobación de leyes restrictivas en diversos Estados -en los que gobierna el partido republicano, mayoritariamente pro vida-. Varios Estados han regulado 205 medidas restrictivas entre 2011 y 2013, "más que toda la década anterior".
 
Como ejemplo, en 2011 Luisiana prohibió el aborto después de 20 semanas de embarazo; las mujeres en Utah deben someterse durante 72 horas a la consulta de médicos, psicólogos y psiquiatras para reflexionar antes de someterse a la intervención; y en Montana, las menores de 16 años tienen prohibido abortar.
 
"La mayoría de las regulaciones que aniquilan los derechos de las mujeres para interrumpir el embarazo se aprobaron después de 2011. Lo que hace suponer que no ha afectado a este dato, ya que estas normas lo que provocan es que abortar sea más costoso y difícil para aquellas que toman la decisión", señalan las autoras del estudio. "En los últimos tres años, hemos visto un ataque feroz contra la interrupción del embarazo a nivel estatal sin precedentes", ha reiterado Elizabeth Nash, encargada de los problemas estatales en Guttmacher, en un comunicado.
 
Muchas de estas nuevas regulaciones, obligan a las mujeres a someterse a una ecografía antes de interrumpir el embarazo; a que las clínicas estén situadas a menos de 40 kilómetros de un hospital; a que no se pueda abortar desde el momento en que haya latido; a que la vida del feto valga más que la de la madre, y a que el aborto no esté cubierto en los seguros sanitarios, entre otras medidas.
 
Y todas las normas anteriormente citadas, sin excepción, van en contra de la ley federal estipulada gracias al caso de Roe contra Wade, y por la que el Alto Tribunal de EE UU resolvió que "la interrupción del embarazo debe estar permitida para la mujer por cualquier motivo y hasta el momento que el feto sea viable".
 
Y no solo son contrarias a la legislación, sino también a la opinión pública estadounidense. En enero de 2013, y por primera vez en la historia, la mayoría de los ciudadanos, exactamente un 54%, aseguró que "el aborto debería ser legal en la mayoría de los casos" y más de un 70% concluyó que la sentencia de 1973 no debía ser modificada. Este porcentaje fue el más alto en dos décadas.
 


 
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