La tarja conmemoraba el centenario del natalicio de este notable músico cubano. La pared del portal donde la colocaron ni siquiera fue reparada o pintada. Apenas unos días después, el techo de la sala y el recibidor de la vivienda, se derrumbó. De puro milagro el hecho no cobró víctimas fatales. Los inquilinos buscaron herramientas, arrancaron la tarja y se la entregaron a la dirección del museo municipal.
“¿Para qué sirve una tarja conmemorativa, si la casa se está cayendo?” – dijeron los ocupantes. Poco después, los afectados fueron evacuados hacia otra vivienda cercana, en espera de solución. Tres años después, la casa natal de uno de los músicos más importantes que ha dado Cuba, continúa deteriorándose.
Ignacio Villa, fue parte de la numerosa prole de Inés Fernández y Domingo Villa. Los descendientes de sus hermanos, no conservaron la casa y la permutaron. El músico dejó a su familia otra vivienda ubicada en calle Nazareno, casi esquina a Maceo. Al morir en México durante una gira, en 1971, tenía residencia en el Vedado.
Una de las sobrinas del artista, logró hacerse de un apartamento en el cercano edificio Orquídea, ubicado en los altos de la entonces Pizzería La Villa (antiguo Bar Supremo).
Mientras tanto, la casa natal del célebre Bola de Nieve se convirtió en lugar de hacinamiento para varias familias. La edificación fue subdividida en su interior. Comenzó a sufrir los efectos del paso del tiempo y la falta de mantenimiento. En la década de los ochenta, las autoridades del gobierno municipal intentaron negociar con los inquilinos su traslado.Se pensaba entonces en la posibilidad de hacer una casa-museo dedicada al Bola. Pero el dialogo no próspero y la crisis económica que azotó a la isla durante los años noventa hizo el resto.
En la misma acera una casona colonial, se ha convertido en una cuartería. El último vestigio de su antigua estructura, era un pequeño salón con gran ventanal enrejado que daba a la calle. Allí Ernesto Lecuona tocaba el piano para los dueños de la casa. El pequeño Ignacio Villa se asomaba trepado en la reja, para verle y escucharle. El salón sigue en pie, convertido en vivienda con barbacoa. La antiquísima reja, los portones de madera preciosa y el piano desaparecieron.
El sitio donde estaba la casa donde nació y creció el compositor Ernesto Lecuona
Si bien la casa de Bola de Nieve puede aún ser salvada, la de Ernesto Lecuona, probablemente el más universal de los compositores cubanos, muerto en 1963 en el exilio, fue demolida hace décadas. En el lugar donde estuvo enclavada ubicaron un parqueo. En 1995, con motivo del centenario del nacimiento de este notable músico, fue colocada otra tarja conmemorativa.
A un par de cuadras, en la misma calle, se encuentra la casa donde Lecuona vivió parte de su niñez y juventud. Allí otra tarja recuerda su presencia, colocada sobre una pared frontal sin restaurar y maltratada por el paso de los años.
La casa natal de Ignacio Villa forma parte de la secuela de olvidos, abandonos y derrumbes que azota al denominado Casco Histórico de Guanabacoa. Un drama que transcurre silenciado y oculto para todos en el mundo.