Una de las pequeñas aperturas permitidas el pasado año por los gobernantes de Cuba, Raúl y Fidel Castro, ha sido una flexibilización de las restricciones de viaje para que los disidentes puedan salir de la isla y llevar sus testimonios sobre su labor, de primera mano, a Europa, Estados Unidos y América Latina. Cuando nos encontramos no hace mucho tiempo con Jorge Luis García Pérez, conocido como Antúnez , quien pasó 17 años en las cárceles de Cuba, él habló libremente de la necesidad de un cambio radical en Cuba.
Antúnez es un disidente afrocubano líder y voz para la democracia y el cambio en la isla. “El totalitarismo castrista no puede ser reformado”, nos dijo. “Con los totalitarios, no se negocia . El acercamiento sólo fortalece la dictadura. Queremos ser totalmente libres, no queremos aceptar parcelas de libertad. Queremos la democracia que nos merecemos”. Y añadió”. No voy a callarme. No voy a irme”.
Desde su regreso a la isla en diciembre, Antúnez ha estado tratando de organizar la oposición al régimen de Castro. El 5 de febrero, el régimen contraatacó. Las fuerzas de seguridad llegaron a su casa en la localidad de Placetas, en la central provincia de Villa Clara, y cubrieron con pintura las declaraciones contra del gobierno de que los disidentes habían escrito allí. Fue detenido durante nueve horas, le fueron confiscadas las computadoras y otros materiales ocupados en su casa, y su esposa también fue detenida luego que se presentara junto a otros activistas en la estación policial para exigir su libertad. Todos quedaron en libertad posteriormente. Antúnez se declaró en huelga de hambre el 10 de febrero en protesta por el trato de las autoridades.
Los ataques , hostigamientos y detenciones son una realidad cotidiana de los disidentes de Cuba, y dicen mucho sobre el tipo de régimen que presiden los hermanos Castro. Los movimientos mínimos hacia la liberalización económica no deben convencer a nadie de que los hermanos gobernantes han decidido relajar su grillete. Por el contrario, están buscando desesperadamente formas para mantenerse en el poder.
La pasada semana, la agencia Associated Press (AP) anunció que siete fotografías de Fidel Castro fueron removidas de sus archivos. Las fotos fueron distribuidas por una entidad del gobierno durante la reciente Cumbre de América Latina y el Caribe en la Habana (CELAC), un ejercicio vergonzoso de los líderes hemisféricos para mirar hacia otras alternativas de desarrollo económico. La AP, que retransmitió las fotos, encontró tras un examen minucioso que habían sido alteradas digitalmente -la versión moderna del retoque estalinista- para eliminar lo que parece ser un audífono en el oído de Fidel Castro.
Con o sin su audífono, dudamos que Fidel Castro o su hermano Raúl, el actual presidente, escuchen a aquellos que exigen libertad y democracia. Sabemos que hay fuertes deseos por algunas fuerzas en Estados Unidos para normalizar las relaciones con Cuba después de medio siglo de estancamiento . Una nueva encuesta del Atlantic Council puso de relieve ese sentimiento. Comprensiblemente, hay impaciencia -incluso en la diáspora cubana- por un cambio. Pero el acoso de Antúnez sugiere una vez más que los hermanos Castro no tienen intención de cambiar. No deben ser recompensados o fortificados mientras Antúnez y otros disidentes sufran. Compartimos la visión de Antúnez de una Cuba que sea realmente libre, y no sólo maquillada para que el régimen luzca mejor.