El Teatro Martí reabre este mes, más de 30 años después de su cierre Según los responsables de la restauración, el proyecto ha costado unos seis millones de dólares.
Restauración del Teatro Martí.
AGENCIAS | La Habana | Diario de Cuba
El Teatro Martí de La Habana, una reliquia patrimonial del siglo XIX que fue meca del bufo, el vodevil, la zarzuela y la ópera, reabrirá sus puertas el próximo 24 de febrero tras más de 30 años de inactividad, gracias a una compleja restauración, reporta EFE.
Un equipo de arquitectos, diseñadores, restauradores, muralistas, investigadores, electricistas, constructores, carpinteros y otros especialistas, acometió la ardua labor de reconstrucción del también llamado "Coliseo de las cien puertas", para devolverlo a la vida pública con su esencia de antaño y un toque de modernidad, según los responsables de la obra.
Restaurarlo lo más fielmente posible al original y acorde a un teatro tradicional contemporáneo para usarlo en representaciones dramáticas, musicales, bailables y reuniones, fue el objetivo principal, explicó a EFE la proyectista general, Marilyn Mederos.
Esta instalación de estilo neoclásico, inaugurada el 8 de junio de 1884, se llamó en principio "Irijoa" —por el apellido de su propietario, el vasco Ricardo Irijoa—, pero en 1901 tomó su nombre definitivo en homenaje a José Martí.
La función que marcó su apertura se hizo a beneficio del convento El Buen Pastor y, con posterioridad, transitaron por su escenario diversos espectáculos, desde compañías del género bufo criollo y el circo de Santiago Pubillones, hasta zarzuelas, operetas, y el estreno en Cuba de la ópera La Bohème, de Giacomo Puccini.
El Teatro Martí guarda también en su legado el hecho de haber sido la sede donde se redactó la Carta Magna para la República cubana que se estrenó el 20 de mayo de 1902.
Debido al deterioro de su infraestructura, la sala cerró desde finales de los años setenta del siglo pasado y no fue hasta el 2000 que comenzaron los trabajos para su conservación y remozamiento, los cuales tomaron un ritmo consecutivo a partir del años 2005-2006, explicó la arquitecta Mederos.
El abandono de la histórica edificación y las demoras en su restauración han suscitado en las últimas décadas críticas frecuentes a las autoridades culturales de la Isla.
El concepto de restauración que ha primado en esta obra lleva aparejado tanto la labor de restauración como la conservación de la parte patrimonial, histórica y arquitectónica de la edificación, indicó Mederos.
Con esa directriz se ha podido conservar toda la fachada de piedra, parte de la herrería original, la reja que circunda su perímetro, restaurar los entrepisos y escaleras de madera, en tanto que los elementos rescatados han servido para copiar y restituir los que faltaban, detalló.
Una de las zonas que requirió una restauración de nivel mayor fue el falso techo de la sala, uno de los elementos decorativos más importantes de este teatro, que se desmontó para hacer toda la estructura nueva y reproducir las decoraciones a partir de las originales.
En el caso específico de la carpintería estilo francesa de los ventanales, se repitió a partir de fotos históricas y en interiores se colocó una doble capa de madera como aislante del ruido externo para lograr un reforzamiento acústico que se rematará con unas cortinas de grueso terciopelo y el alfombrado, dijo.
El Martí contará con 720 plazas entre las butacas de la platea, las sillas de los palcos y el tradicional "gallinero", del tercer y último piso.
Entre las modificaciones, Mederos mencionó una nueva torre de tramoya y de igual manera un bloque de camerinos, el sistema de mecánica escénica, de luces y audio, así como un edificio anexo donde estarán los locales de ensayos, oficinas, los servicios administrativos, y otras áreas de apoyo.
"Es un teatro con vestíbulos muy pequeños concebidos para transitar desde el área exterior hacia los diferentes pisos, pero los entreactos se desarrollan en estas áreas exteriores", apuntó la proyectista.
Por eso, indicó que son las áreas de jardines las que más han cambiado a través de los procesos de intervención que se han realizado en diferentes momentos de su historia hasta la actualidad.
Gretel Álvarez, otra de las especialistas responsables del proyecto, cifró la inversión total en 22 millones de pesos cubanos, y de ellos unos 6 millones en pesos convertibles (que el Gobierno equipara al dólar).
Calificó de "gran envergadura y significativa complejidad" la reparación capital practicada al emblemático teatro habanero que es, según su valoración, completamente "atípica" en toda su secuencia constructiva realizada por empresas de la Oficina del Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal, y del Ministerio de Cultura.
Mi comentario: Bueno, bueno, bueno ha tenido que pasar más de medio siglo para que el Teatro Martí de La Habana, fuera declarado una reliquia y patrimonio del siglo XIX, recuerdo en mi adolencencia haber disfrutado de espectaculos en el Marti...que conste que yo no soy una reliquia..jajaja.. allá por los años 76 cualquier observador con un poco de cultura y educación podia apreciar que ese teatro era una reliquia y un patrimonio de la cultura y la historia de La Habana y que poco a poco se estaba destruyendo... Pero sucedio igual que ha pasado con todo, los nuevos dueños de toda Cuba no le dieron el valor que tenia, lo abandonarón y jamás recibió mantenimiendo, con un final que todos conocemos... , comején, cucarachas, ratones, filtraciones de agua y derrumbe parcial.. Querián borrar la historia de Cuba y de todo lo que recordaba el próspero pasado y lo han logrado, ahora casi toda La Habana esta como el viejo Teatro Marti...Tendremos que esperar para ver si logran dar mantenimiendo constante a ese historico teatro reconstruido, o en su lugar en 10 años volvera a ser otra vez escombro de un pasado ya lejano ...
Cecilia Valdés, Rosa La China y Amalia Batista están de fiesta La próxima reapertura del Teatro Martí, una excelente noticia para la cultura cubana.
OPINIÓN:
El teatro bufo murió junto a sus paredes derrumbadas, las risas cubanas ,
el choteo, la critica politica, el goze sin chavacaneria, es irrecuperable!,
que tristeza ese olor a pintura nueva, que pisotea el olor a tablas, a madera, a verdadera historia.
Gracias a dios su alma descansa muy lejos...
PABLO PASCUAL MÉNDEZ PIÑA | La Habana | Cuba | Diario de Cuba Ya el Teatro Martí no es aquella edificación abandonada y rodeada de balaustres oxidados que posaba en la esquina de las calles Dragones y Zulueta, en pleno corazón de La Habana.
Tras 36 años de haberse cerrado al público, trabajadores del Centro Histórico dan los retoques finales para su reinauguración el próximo 24 de febrero, aniversario 119 del estallido de la guerra del 95 o Grito de Baire.
Distintas fuentes confirmaron que la gala de reapertura será dirigida por el maestro Alfonso Menéndez, director artístico del anfiteatro del Centro Histórico. En ella se representará una estampa costumbrista, junto a un collage de óperas, operetas y zarzuelas de las autorías de Giacomo Puccini, Franz Lehar, Gonzalo Roig, Ernesto Lecuona y Rodrigo Prats, entre otros.
Las interpretaciones correrán a cargo del Teatro Lírico Nacional de Cuba (TLNC), la agrupación Vocal Leo, el Coro Nacional de Cuba y el del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), el Conjunto Folklórico Nacional, la compañía del anfiteatro del Centro Histórico y la orquesta del ICRT, bajo la batuta del maestro Miguel Patterson.
Se presume que una sustancial ración de los aplausos que resonarán en el teatro durante la noche del 24 de febrero, estarán dedicados al Dr. Eusebio Leal, historiador de la ciudad, quien encabeza las obras de restauración del Centro Histórico.
Leal —quien acostumbra a vestir de gris en recordación de los reclusos que iniciaron la restauración de La Habana Vieja— legará a generaciones de capitalinos un patrimonio histórico restaurado. Pero desafortunadamente, las paletadas de mezcla, el calor de las fraguas, los martillazos de los herreros y los brochazos de pinturas que hoy devuelven la vitalidad al Centro Histórico, contrastan con el menoscabo causado por la errabunda política que ha convertido a la capital en una gigantesca pocilga atiborrada de escombros, basura, hollín y aguas albañales.
De Irioja 1884 a Martí 2014 Según un 90 porciento de los consultados para este artículo, la historia saturada de patrioterismo y consignas revolucionarias impartida por el sistema nacional de educación, provoca aburrimiento y desinterés en la juventud, al punto, que tanteando informalmente a un grupo de jóvenes con edades comprendidas entre los 20 y los 25 años, ninguno pudo citar algún evento histórico acontecido en el Teatro Martí. "¿Acaso el Martí es una discoteca?", preguntó Yoslaine, de 24 años.
Orlando Morales, un jubilado, justifica la ignorancia juvenil: "Para hablar del teatro Martí, se requiere tener más de 50 años". Conteniendo una carcajada, Morales cuenta que por el año 1962, el teatro se vino abajo cuando el humorista Leopoldo Fernández —más conocido por "Pototo" o "Tres patines"— irrumpió en el proscenio con un cuadro de Fidel Castro y preguntó al público: "¿Y a éste dónde lo colgamos?"
El teatro fue inaugurado en el año 1884 con el nombre de Irioja. Luego, en 1899, cambió de dueño, nombrándosele Edén Garden. No fue hasta 1900 que lo rebautizaron con el nombre de Martí. En el año 1901, los constituyentes acomodados en su platea, agudizaron los debates sobre la controversial Enmienda Platt.
El Martí fue el principal escenario de la zarzuela cubana y española, género chico que junto al teatro bufo constituían las manifestaciones artísticas de mayor arraigo popular entre los habaneros. En sus tablas también incursionó la ópera, con el estreno en la Isla de la Boheme de Giacomo Puccini. El cine sonoro también se apropió de su ciclorama después de 1929.
Sin dudas lo más representativo del teatro vernáculo fue la zarzuela Cecilia Valdés, del maestro Gonzalo Roig, cuya premier se efectuó en el propio escenario, escenificándose más de cien veces desde 1932 hasta 1936.
A la par, se estrenaron zarzuelas y operetas como Rosa la China, de Lecuona; Soledad, Amalia Batista y María Belén Chacón, de Rodrigo Prats; además de las representaciones de las compañías de teatro bufo dirigidas por Carlos Pous y José Sanabria, las de Alberto Garrido (hijo), Federico Piñero y el Teatro Cubano Libre de Carlos Robreño.
Después de 1959 se instaló en el Martí el grupo teatral Jorge Anckermann, que bajo la dirección musical del maestro Gonzalo Roig, interpretó piezas de Enrique Núñez Rodríguez y Eduardo Robreño. En 1962 fue estrenado el drama Santa Camila de La Habana Vieja, del dramaturgo José Ramón Brene, que protagonizaron Verónica Lynn y Julito Martínez, y dirigió el maestro Adolfo De Luis.
El recinto fue cerrado en el año 1977, ante el peligro de que se viniera abajo su techumbre. En 2005 comenzaron las obras de restauración a cargo de la oficina del historiador de la ciudad, con la asistencia de la constructora Puerto Carenas.
Su proyectista general, la arquitecta Marilyn Mederos, apunta que ha sido una labor ardua adaptarle al inmueble de estilo neoclásico del siglo XIX las tecnologías actuales. "Los proyectistas buscaron soluciones precisas para insular las puertas, climatizar el recinto y modificar la cubierta".
No se ha informado sobre las garantías de la resonancia acústica, ya que es conocido que la sala Federico García Lorca del Gran Teatro de Habana, sufrió serias afectaciones tras su remodelación.
El maestro Pedro Arias, barítono, exdirector artístico e historiador del teatro lírico, afirma que "en el teatro de las cien puertas", como también le llamaban, se mantenían las portillas abiertas para ventilar la sala durante las funciones.
"Nunca fue necesario utilizar micrófonos a pesar del ruido de tranvías y automotores que circulaban por las calles aledañas —aclaró—. Por consiguiente, es muy probable que las soluciones citadas por la arquitecta Mederos, beneficien al género lírico, muy afectado por la deficiente resonancia de las salas capitalinas."
A la espera de que repiquen las campanas
Una joven soprano del TLNC, que participará en la gala de inauguración, comentó que para ella representa un honor actuar en el mismo escenario donde se desempeñaron exitosamente figuras tan admiradas como Raquel Domínguez, Blanca Becerra, Alicia Rico, Candita Quintana, Rita Montaner, María de los Ángeles Santana y Rosita Fornés, entre otras.
Según afirman las fuentes, el Martí volverá a fomentar el teatro bufo y la zarzuela, géneros que necesitan ser rescatados por la cultura cubana. Ahora las expectativas se centran en que las tradicionales "campanas de la alegría" que resonaban antes de cada función del teatro y que anunciarán su reinauguración, vuelvan a repicar.