Sean Penn
¿Dónde andarán los Sean Penn y compañía tras los sucesos de los estudiantes y el pueblo sublevado de Venezuela? ¿Dónde andará el Ignacio Ramonet y su fascinación por Castro, Chávez y Maduro, o sea, su fascinación por los tiranos y caudillos? ¿Por qué no salen de sus guaridas? ¿Por qué no tienen al menos el coraje de aceptar y de manifestar que se equivocaron? ¿Qué dirán ahora a sus hijos, a sus esposas, a sus familiares? ¿En qué basurero meterán la cabeza cuando caiga Maduro y detrás caigan los Castro? Si es que caerán algún día, sobre todo estos últimos, porque a Maduro sólo hay que soplarlo, que es de cartón.
No dirán nada. ¿Saben por qué? Porque ellos también son de cartón, con un lloviznazo que los humedezca un poco enseguida se deshacen en trocitos empapados.
Ayer, en la entrega de los Óscares, sólo el joven actor Jared Leto levantó su voz por Ucrania y Venezuela. El mexicano Alfonso Cuarón no dijo ni esta boca es mía, y eso que se fue desbordando de estatuillas, podía haberse dado el lujo de al menos recordar los esfuerzos y la ira de los estudiantes venezolanos. Pero no, él no estuvo por la labor. Él fue a lo suyo, capullo.
Sin embargo, al menos Steve McQueen dedicó su premio a todos aquellos millones que viven en la esclavitud todavía hoy en la actualidad. Pensé en los cubanos, tan a gusto viviendo bajo esclavitud por más de medio siglo.
Voy ahora a sentarme en un cómodo butacón y a tomarme un té japonés y a esperar que los colaboradores de las dictaduras saquen las cabezas de los cubos donde las tienen hundidas en este mismo instante, a ver si por fin se atreven a llamar las cosas por su nombre. Pero ya saben, pondré cojines... La espera será larga.
Zoe Valdés
La Habana, Cuba. Exiliada en Francia. Escritora y artista reconocida mundialmente. Doctor Honoris Causa de la Universidad de Valenciennes en Francia. Chévalier des Arts et des Lettres, France. Grande Médaille de Vermeil de la Ciudad de París.