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General: Aprueban nueva ley de de inversión estranjera en Cuba
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 30/03/2014 15:41
Expertos a CNBC: si invierte en Cuba, pise con cuidado
Cuba promete proteger a sus inversores frente a Estados Unidos

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Raúl Castro asiste a la sesión extraordinaria del parlamento

La Asamblea Nacional aprueba por unanimidad la nueva Ley de Inversión Extranjera que actualiza sus reformas económicas 
                     JUAN JESÚS AZNAREZ     La Habana    EL PAÍS
     Sin precisar cómo lo hará, la ley de inversiones extranjeras que ha aprobado este sábado por unanimidad la Asamblea Nacional del Popular (parlamento cubano, unicameral) para captar capital, tecnologías y mercados promete protegerlas contra las sanciones establecidas en las leyes de extraterritorialidad, vigentes en Estados Unidos desde los años 1992 y 1996. El objetivo de esa legislación, prorrogada por Barack Obama en 2013, es disuadir a las empresas internacionales interesadas en invertir en un país enfrentado con Washington poco después del triunfo de la revolución de 1959, cuando Fidel Castro confiscó las propiedades de grandes compañías estadounidenses y estableció un régimen marxista a un tiro de piedra de las costas de Florida.
  
Las leyes Torricelli y Helms Burton, así llamadas por la identidad de los congresistas que las promovieron, el demócrata Robert Torrricelli y el republicano Jesse Helms, impiden a ciudadanos norteamericanos invertir en Cuba, incluso si estos son de origen cubano. Pero no todos lo estadounidenses de ese origen podrán invertir en su país natal, según Rodrigo Malmierca, ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera. Sólo podrán hacerlo quienes "no tengan posiciones adversas al proceso revolucionario, ni estén vinculadas con la mafia terrorista de Miami” .
 
Cuando se normalicen las relaciones, y se imponga el dogma empresarial, business is business, Estados Unidos está llamado a ser el principal inversor de la isla por su cercanía geográfica y la intensidad de los lazos binacionales. “El embargo actúa, ahora más que nunca, en contra de los intereses de los propios empresarios norteamericanos”, subrayan fuentes oficiales cubanas.
 
La Asamblea Nacional del Poder Popular, presidida por el general Raúl Castro, refrendó en sesión extraordinaria a la que la prensa extranjera no tuvo acceso una ley que sustituye la aprobada en 1995 y amplia los espacios abiertos a la inversión extranjera, todavía vetada en los sectores de la salud, la educación, instituciones armadas y los medios de comunicación, que seguirán siendo estatales. Cuba pretende un aumento del 30% de la inversión extranjera: más de 2.000 millones de dólares.
 
La nueva ley considera inversionista extranjero a la persona natural o jurídica con domicilio y capital en el extranjero, incluyendo a los ciudadanos de la isla residentes en otros países. El régimen cubano no buscará inversión extranjera a Miami, según Malmierca. “La ley no lo prohíbe, la política no lo promueve”, dijo el funcionario en críptica declaración.
 
A diferencia de la Ley de 1995, aunque sin precisarse el formato de su entrada, se abre la posibilidad de que el capital foráneo participe en la modernización de servicios públicos como transporte, comunicaciones, canalizaciones y suministro eléctrico.
 
En fechas anteriores a la votación de hoy, los diputados cubanos sostuvieron cinco encuentros territoriales con funcionarios ministeriales y especialistas de una veintena de organismos de la administración, y también con consultores internacionales, que les explicaron el alcance de las nuevas regulaciones. “Algunas personas creen que los diputados levantan la mano para votar sin que haya habido discusión, lo que sucede es que no conocen cómo se realizan los procesos de debate de cada ley que se somete a aprobación”, lamentó José Luis Toledor, encargado de asuntos jurídicos y constitucionales del parlamento.
 
El régimen cubano no descuida las eventuales implicaciones políticas y consecuencias sociales del despliegue del capital internacional . Malmierca, según un despacho de la agencia oficialista Prensa Latina, “alertó sobre los riesgos y peligros que entraña la inversión extranjera, en particular la subversión ideológica que se intente ejercer mediante su aplicación, pero, insistió, el país está consciente de ello y se prepara para afrontarlo.”



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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 30/03/2014 15:42
Expertos a CNBC: si invierte en Cuba, pise con cuidado
Falta de transparencia y especificidad, reversión de políticas, contratación indirecta del personal y hasta encausamientos
criminalesson algunos de los escollos que pueden encontrar inversores extranjeros en Cuba, aun después de aprobada la nueva ley.
 
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Zona Especial de Desarrollo del Mariel (ZEDM), donde se prevé operen empresas extranjeras de propiedad 100% priivada.

          Rolando Cartaya  Noticias Martí
El canal estadounidense CNBC, especializado en negocios, sondeó a varios expertos estadounidenses acerca de la nueva Ley de Inversiones a ser aprobada este sábado por una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional de Cuba.
 
El reportaje señala aspectos tentadores de la legislación, como el permitir inversión extranjera en la mayor parte de los sectores de la economía cubana, autorizar la existencia de firmas de  propiedad totalmente extranjera, y cobrar como impuestos sólo 15 por ciento de las ganancias, y no 30 por ciento como disponía la ley anterior de 1980.

Luego, presenta la óptica de los especialistas:
  John Kavulich, asesor principal de políticas del Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba, dijo que si bien estas iniciativas tienen el potencial para impulsar reformas positivas y liberalizadoras en la economía cubana, las empresas internacionales todavía deben aproximarse a la isla con un cauteloso escepticismo.
 
"Lo que han anunciado que van a hacer, ¿parece progresista? Sí. ¿Tiene el potencial para ser progresista? Sí", dijo Kavulich. "Pero Cuba ha tenido una ley de inversión extranjera desde 1980. Y uno de los problemas ha sido que cuando el gobierno percibe que ha avanzado lo suficiente da marcha atrás y trata de revertir o eliminar las oportunidades que ha presentado a las empresas. Cualquier cambio ahora deberá contemplarse en ese contexto histórico", advirtió.
 
Actualmente, las empresas internacionales están autorizadas a operar en Cuba sólo como accionistas minoritarios en las llamadas empresas mixtas, cuyo paquete de control retiene el  gobierno.
 
Kavulich señaló la falta de transparencia legal y procesal como una cuestión clave que afecta elentorno empresarial en Cuba. Enumeró entre algunos de los principales desafíos que las empresas extranjeras enfrentan en la isla la repatriación de las ganancias, el arbitraje de conflictos y controversias, y las regulaciones que disponen que  la contratación de personal cubano se haga a través de una agencia gubernamental de empleos.
 
"En una bandeja de aperitivos, no sería  el primero que yo escogería “, concluyó el veterano observador del entorno empresarial en Cuba. "Hay muchos países en el mundo que son mucho más transparentes y que no se relacionan tanto con sus socios y colaboradores como si fueran rehenes".
No es sólo comprar la gallina

Andrew MacDonald, director y ejecutivo principal de Esencia Group, cree que vale la pena correr esos riesgos. Su compañía planea construir en Cuba plantas de energía obtenida de la biomasa, para lo que se ha integrado en una empresa mixta con otra del Ministerio del Azúcar de Cuba.
 
"Hay algunos factores peculiares", dijo MacDonald  a CNBC acerca de la inversión internacional en Cuba. "Puede ser un poco burocrático a veces, pero el país se está desenvolviendo económicamente en la dirección correcta".
 
Aunque trabajar con eficacia dentro de las empresas mixtas cubanas le ha costado grandes esfuerzos, el directivo considera atractiva la posibilidad de formar una empresa de propiedad totalmente privada en la isla.
  "Uno de los problemas en Cuba es que no es tan fácil como comprar la gallina para que ponga los huevos. Se necesita  hacer mucho trabajo preparatorio e invertir muchos recursos antes de que una empresa mixta sea aprobada, y solo entonces puede uno empezar realmente a trabajar" explicó MacDonald a CNBC. Por eso le parece una propuesta  atractiva  la de poder ser propietario del 100 por ciento de una empresa en la isla, en lugar de involucrarse en una empresa mixta.
 
“Las oportunidades son enormes, porque Cuba es un país rico en recursos naturales”, dijo el empresario, y agregó que respeta a los cubanos por sus capacidades técnicas y su recursividad.
 
John McAuliff, director ejecutivo de Fund for Reconciliation and Development, organización no lucrativa que aboga por relaciones más cálidas entre Estados Unidos y Cuba, apuntó que una nueva ley de inversión extranjera en un sistema  en evolución turbulento como el de Cuba podría conducir a los inversores internacionales a malentendidos, y en algunos casos, a algo peor: la cárcel.

"En una situación de transición en la que no todas las reglas ni todas las leyes están claras, uno se puede meter en problemas con la ley por extralimitación, o codicia, o ignorancia", dijo McAuliff. "Ha habido problemas serios con empresarios que han tratado de tomar atajos y han terminado enfrentando cargos criminales en Cuba", alertó.
Preguntas a responder
 
Por su parte Robert L. Muse, un abogado que se especializa en las leyes de Estados Unidos aplicables a Cuba, consideró que para que la nueva política cubana sobre la inversión extranjera pueda ser  eficaz, serán claves la especificidad de los términos y la claridad del proceso.

“Yo exhortaría a [el gobierno de] Cuba a ir rápidamente de lo general a lo altamente específico. ¿Cuáles son los plazos? ¿Cómo son los procesos de aprobación? ¿Cómo se van a hacer respetar? Luego, pasar a la especificidad de la elaboración de normas y reglamentos" dijo Muse a CNBC. "No bastará con hacer pronunciamientos generales de que Cuba está buscando ahora inversiones extranjeras. Algunas preguntas tendrán que ser preventivamente respondidas".
 
El experto advirtió que las empresas internacionales que están considerando invertir en Cuba deben hacerlo con los ojos bien abiertos tanto a las oportunidades como  a los riesgos presentes en la economía y la política de la isla.

“Este es un país que se está abriendo a la inversión extranjera después de 60 años de hibernación en ese sector”, dijo Muse. Quien invierta estará prácticamente abriendo el camino, pero ello entraña riesgos”.

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 30/03/2014 15:49
Cuba se abre al capital extranjero
El régimen aprueba de manera exprés la Ley de Inversión Extranjera con la que busca
atraer recursos foráneos para paliar la crítica situación económica que vive la isla
 
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El presidente cubano, Raúl Castro (izquierda), el primer vicepresidente Miguel Díaz-Canel
            Iván García La Habana / Diario las Americas
Cuando un Gobierno tiene las finanzas en números rojos todo es prisa. Las recetas ya se saben. Se suele recurrir a la tijera impositiva y efectuar recortes de carnicero al abultado gasto público.

El sábado 29 de marzo, pasada la una de la tarde, el noticiero nacional de televisión informó que de manera unánime el monocorde parlamento cubano había aprobado una nueva Ley de Inversión Extranjera, sin aportar más detalles

Quedaba derogada la Ley aprobada en 1995, donde se asignaba al capital extranjero un papel de "complemento" a las inversiones estatales cubanas, cuyas acciones de capital foráneo debían rondar el 50% en cada empresa mixta creada. De esta manera, Cuba aspira a traer anualmente al país entre 2.000 y 2.500 millones de dólares.

Las urgencias apremian. Venezuela, la teta que nos cede el petróleo, es una pira de violencia criminal, política y un caos económico. China es un socio ideológico, un banquero que presta dinero si obtiene beneficios.

El margen de maniobra del régimen cubano no es muy amplio. La solución ha sido abrirse un poco, no del todo. Excepto en materia de salud, educación o defensa, Cuba está en venta.

Los expertos en propaganda política del Partido Comunista, el único gobernante y legalmente autorizado, intentan dorar la píldora de cara a la galería local.

En los últimos meses, funcionarios del Gobierno se han encargado de prometer al capital foráneo un papel más importante en la economía cubana.

Sin renunciar al comunismo

"Los recursos extranjeros trascenderían ahora el papel de complemento a los esfuerzos inversionistas de la isla y ocuparían un papel importante, incluso en áreas como la agricultura, donde no es frecuente la inversión foránea", afirmó en enero Pedro San Jorge, director de Política Económica del Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera.

Entrevistado por el diario Granma, José Luis Toledo Santander, presidente de la Comisión permanente de la Asamblea Nacional del Poder Popular para Asuntos Constitucionales y Jurídico, el 17 de marzo dijo que la nueva ley "permitirá además el establecimiento de una carpeta de inversiones, de modo que quienes deseen podrán conocer las áreas de interés para el país".

"Esta carpeta conllevará también un adelanto en cuanto a la documentación que se requiere para acometer la inversión, de modo que el proceso sea más ágil", añadió el funcionario, haciendo referencia a otra de las quejas habituales de los empresarios: la excesiva y lenta burocracia cubana.

Toledo Santander aclaró que la nueva ley "contempla también bonificaciones impositivas y excepciones totales en determinadas circunstancias, así como flexibilización en materia aduanal, para potenciar la inversión".

Y subrayó que "el proceso de inversión extranjera se lleva adelante sin que el país renuncie a su soberanía y al sistema político social escogido: el socialismo. Esta nueva Ley permitirá orientar mejor la inversión extranjera de modo que responda a los mejores intereses del desarrollo nacional, pero no hay concesiones ni retrocesos".

Solamente por un marcado interés de la autocracia verde olivo, cuando se trataba de negocios que aportaban tecnologías y mercados, esa proporción fue superior. Entre los años 1996 y 2003 en Cuba se crearon alrededor de 400 firmas con capital foráneo en sectores de la minería, hostelería, alimentación, automotriz e inmobiliaria.

Todo a pequeña escala y fiscalizado con lupa por las autoridades. Ahora es una opción de vida o muerte. La revolución de Fidel Castro generó muchas promesas y discursos, pero éstos no repercutieron en el desarrollo económico que el país ha necesitado.

En Cuba se importa desde cepillos de diente hasta bolígrafos. Extensas áreas de tierras cultivables están repletas de marabú, no producen o producen poco.

En 2013, el Gobierno importó casi 2.000 millones de dólares en alimentos. Desde 1959 los gobernantes no se cansan de prometer abundantes cosechas de malanga, papa, naranja, café o un vaso diario de leche per cápita. Pero la ineficacia del sistema frena cualquier proyecto racional.

No a los anticastristas

Entonces se sacó la última carta bajo la manga. Abrir las puertas, con generosas excepciones fiscales, a inversores extranjeros. Incluyendo a cubanos residentes en Estados Unidos y Europa.

Pero no a los feroces anticastristas cubanoamericanos de la Florida. Si moderan el discurso, tal Alfonso Fanjul, Carlos Saladrigas y compañía, pudieran ser tomados en cuenta.

Por supuesto, todo no es coser y cantar. El embargo de Estados Unidos es un freno poderoso a cualquier aventura empresarial en la isla. Y los hermanos Castro no son socios serios.

Al contrario. Según los vaivenes políticos, han cambiado o corregido el rumbo a placer. De 400 firmas extranjeras que existían en 1998, en la primavera de 2014 quedan alrededor de 200.

Varios empresarios extranjeros, entre ellos canadienses, fueron sancionados con la cárcel y otros, como el chileno Max Marambio, tiene una orden de captura por parte de la fiscalía cubana.

Raúl Castro, quien heredó el poder en 2006 por decreto de su hermano Fidel, ha intentado maquillar las instituciones y establecer un orden de cosas coherentes, aboliendo leyes absurdas que impedían al cubano alojarse en un hotel, tener un teléfono móvil y vender su casa o su coche.

En enero de 2013 se aprobó una nueva ley migratoria que facilita los viajes al extranjero de los cubanos, incluidos los disidentes. A precios de escándalo se comercializa internet y se venden autos Peugeot como si fuesen Lamborghinis.

Para muchos políticos de Europa y América, Cuba está entrando en la modernidad y se le deben perdonar sus pecados del pasado, la falta de democracia y de libertad de expresión. Otros opinan que solo es una estratagema para ganar tiempo.

El cubano de a pie, ese que desayuna café sin leche, hace una sola comida caliente al día y demora dos horas para ir y venir del trabajo a su casa, debido al ineficiente trasporte público, apenas se favorece con las cacareadas aperturas.

En la isla pueden evadir la tormenta aquéllos que abren paladares y o los que reciben remesas del extranjero. Quienes trabajan para el Estado, la mayoría, son los que peor la están pasando.

Aunque el régimen intente camuflar sus nuevas políticas con diferentes piruetas ideológicas, la gente en la calle reconoce que la realidad cubana de estos tiempos es un auténtico capitalismo de Estado barnizado de color rojo.

Para ese segmento amplio de cubanos de a pie, la nueva Ley de Inversiones es un eco en la distancia. Aún está por ver si les traerá beneficios.


 
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