“Fidel es bueno de corazón” Dejemos que Marta y Alicio nos presenten el solar donde viven: sentimientos encontrados
Aveces llegó a creer que cada país tiene el gobernante que se merece.
Por Yusnaby / Cubanet Caminaba por La Habana en mi rutina diaria. Buscaba frijoles en cada puesto ambulante, pues estaban perdidos. Subiendo por Lamparilla, me encontré con Marta y Alicio, vecinos de solar. Hacía tiempo que no les veía, aunque enseguida me percaté de lo que estaban haciendo.
Sentados afuera aguardaban que pasara algún turista y luego le invitaban a pasar y a fotografiar la miseria paupérrima en la que viven para así recibir alguna “ayudita” de los foráneos.
Mientras conversaba con ellos, Alicio “atrapó” a dos viajeros, uno chileno y otro alemán, y así me uní al tour por la desgracia más inseparable de sus vidas.
No me sorprendí mucho, pues ya estoy habituado a convivir en lugares así, pero los amigos turistas quedaron anonadados después de varios pasos.
Las tuberías del edificio cuelgan de un hilo, literalmente. Sólo hay agua un día a la semana. Los vecinos deben bajar con sus tanques y cubos para llenarlos. Las aguas negras se filtran y salen por los baños. Los techos, sin exagerar, están a punto de caer…
Dejemos que ellos nos cuenten su historia, que en lo personal me ha despertado sentimientos encontrados por la realidad aterradora que viven y por el discurso elogioso a nuestro Gobierno; producto, diría yo, de tantos años de bombardeo psicológico donde la mente, en medio de nuestras penurias más patéticas, llega a repetir como un comando automático incondicionado: “Fidel es bueno de corazón”