Si no se tratara de un asunto tan dramático, con decenas de muertos, sería para tomárselo a guasa o, sencillamente, para claudicar ante la sinrazón con la que algunos predican la palabra de Dios y cambiar de tema. Pero cuando la extrema derecha avanza imparable en la Vieja Europa, la homofobia se convierte en el deporte favorito de los más descerebrados en Rusia y sus antiguos satélites, y el conservadurismo con tintes neonazis ocupa asientos en los parlamentos, dan auténtico miedo las homilías de los clérigos ortodoxos de Serbia y Montenegro que no han dudado en culpar a la última ganadora del Festival de Eurovisión, Conchita Wurst, de las peores lluvias torrenciales del último siglo que han asolado este mes a buena parte de los Balcanes.
Así, el patriarca Amfilohije de Montenegro se ha despachado a gusto diciendo que "Dios ha enviado las inundaciones como un recordatorio de que la gente no debe reunirse con el lado salvaje ni aceptar aberraciones [por la barbuda Conchita]". Y aún añadió que las lluvias no han sido "una coincidencia, sino una advertencia", algo así como un castigo divino en 'plan los 10 mandamientos' tras el triunfo arrollador de la mujer barbuda en el concurso musical más popular de toda Europa, incluidos esos países balcánicos como Serbia que lo siguen con auténtica devoción.
'Dios está lavando a Serbia de sus pecados'
Por su parte, el patriarca Irinej, líder espiritual de los ortodoxos serbios del este, dijo que las inundaciones fueron "un castigo divino por sus vicios", y que "Dios está lavando a Serbia y a sus pecados".
Como si de una competición por ver quién dice la burrada más gorda desde el púlpito, los 'popes' ortodoxos no han hecho sino insistir en los insultos que ya habían dedicado desde esta rama del cristianismo a la participante austriaca. Durante la celebración de la 59 edición del Festival de Eurovisión, varios jerarcas de la Iglesia Ortodoxa de distintos países del este calificaron a Conchita como una "abominación" y señalaron que su victoria era "un paso más en el rechazo de la identidad cristiana de la cultura europea".
Entretanto, por si alguien se había olvidado, los Balcanes siguen necesitando la ayuda internacional para hacer frente a las inundaciones. Hay más de un millón de damnificados, parte del territorio todavía sigue completamente anegado y sólo en Serbia, el país más castigado junto a Bosnia-Herzegovina y Croacia, el primer ministro serbio Aleksandar Vucic ha informado este jueves de que ya han muerto 24 personas, incluidos miembros de los servicios de bomberos, por ahogamiento.
Pero parece que a los altos clérigos del lugar les preocupa mucho más Conchita. ¿Por qué será?.
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