Los perros de la calle 23
¿Quiénes son los perros de la calle 23?
Carlos Alberto Pérez
Un curioso incidente ocurrió hace unos días en la calle 23 del Vedado capitalino, justo frente a Coppelia, cuando unos trabajadores bajaban de un camión hacia la acera decenas de cajas de mercancía para introducirla hacia el punto de venta de perros caliente de enfrente.
La ¨mercancía¨, como dije ahorita, era nada más y nada menos que los perros calientes que allí compramos cientos de personas a diario, y que una vez se fueron apilando las cajas el propio peso hizo venirse abajo la montaña de perritos hasta llegar a caer algunos en plena avenida.
Una chiringuera que pasaba por allí sacó su celular e inmortalizó el momento, agregándome una nota en la que se mostraba molesta por el mecanismo tan rústico y poco higiénico de la empresa responsable.
Según la testigo, “cuando se cayeron las cajas y se salieron los perritos, con la naturaleza más grande del mundo los volvieron a meter en sus cajas y listo para la venta”, lo que provocó desagradables comentarios entre los transeúntes que por allí pasaron. Alguien entonces murmuró: “parecería que somos nosotros los perros de la calle 23″.
Así que ya lo saben, cuando pasen por allí pregúntenle al dependiente antes que nada: “viene con polvo o sin polvo”, y veremos lo que le responden.