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General: Casi de todo se consigue en La Habana clandestina con relaciones y dinero
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 15/07/2014 13:51
 
 El Sociolismo de la Dinastia de Castro 
 
Captura_de_pantalla_2014_07_14_a_la_s_4.14.48_PM.png (590×394)
Un Solar Habanero
Casi de todo se consigue en La Habana clandestina
 
Sergio conoce al dedillo los resortes de La Habana subterránea.
Sabe a qué teléfono debe llamar para resolver un problema.
“En la otra Habana, la sumergida, casi de todo se puede conseguir.
 Menos un dron o un submarino. Se necesitan dos cosas: relaciones y dinero en mano".
          Por Iván García
Según Sergio, puedes comprar varios sacos de papas, aunque un cartel en el agromercado diga que solo venden 10 libras por persona. O frutas desaparecida hace años como anón, canistel, chirimoya y guanábana. "A pesar del embargo, puedes conseguir una Macintosh o un iPhone recién lanzado al mercado. También, drogas, hembras, chicos o travestis mayores de 16 años”.
  
Desde que Fidel Castro llegó al poder en enero de 1959, a la par de la escasez, como flores en Cuba surgieron entramados de comercio clandestino.
  
Es raro que en un barrio de la isla, por debajo de la mesa, no se puedan conseguir artículos deficitarios como la carne de res, camarones y langostas. Hasta los más intransigentes seguidores del régimen suelen hacer algunas compras en el mercado negro.
  
Si se compara con los precios de las tiendas por divisas, es más barato. Mientras una libra de carne de res de primera puede costar 11 cuc en una shopping, en La Habana subterránea se vende entre 2.20 y 2.50 cuc.
  
Así también sucede con el pescado, aceite y leche en polvo. Hay personas que por encargo te traen a la puerta de la casa queso fresco de Camagüey, un saco de naranjas de Jagüey Grande o una bolsa de galletas de soda robada la noche anterior.
 
Fuera de la capital se puede comprar queso, carne de res o pescado a menor precio. “Cada vez que voy a Bayamo o Palma Soriano, me proponen cinco libras de carne de res por 100 pesos (4 cuc)”, señala Roiniel, camionero.
 
Antes de la llegada de los Castro al poder, en Cuba existían 6 millones de cabezas de ganado vacuno para una población de igual número. Hoy, con 11 millones de habitantes, se contabilizan 3,6 millones de vacas, 0.32 por habitante.
 
El sacrificio ilegal de ganado es una industria que funciona mejor que un matadero estatal. Al oeste de la capital, en las afueras de un centro de investigaciones científicas puede verse una estatua de mármol de Ubre Blanca, vaca propiedad de Fidel Castro que llegó a ostentar el récord mundial de producción lechera con 110 litros diarios.
 
En esta primavera de 2014 la leche es casi un lujo. El Estado otorga leche en polvo por la libreta de racionamiento solo hasta los 7 años. Después, los niños, jóvenes, adultos o ancianos que deseen tomar café con leche deben pagarla a 5.75 cuc la bolsa de un kilogramo en las tiendas por divisas.
 
O comprarla en el mercado negro, a 35 o 40 pesos la libra. La carne de res, pescado, mariscos, quesos, yogurt y café son los productos más socorridos por los habaneros solventes.
 
La economía clandestina es más amplia. También se venden losas, lámparas de luz fría, cemento gris o camisetas piratas del Barça y el Real Madrid.
 
Y cuando un grupo de amigos con suficiente dinero desea una fiesta discreta con prostitutas y drogas, pueden encargarla de antemano.
 
“Tengo un socio que tiene varias chicas que parecen modelos. Cuestan 15, 25 o 40 cuc por un día y deben reunirse en la casa que propone el proxeneta. Pero si eres de confianza, te presta a las chicas, solo te pide que no las maltrates”, cuenta Eduardo, noctámbulo habanero.
 
Las drogas tampoco son un problema. “Aunque tiene sus etapas de alta y baja. A veces se puede conseguir el gramo de cocaína por 50 cuc, otras por 80. La marihuana es más estable. La criolla está botá, se vende entre 20 y 25 pesos el pitillo. La ‘yuma’, de calidad superior, que dicen viene de Colombia o México, cuesta 5 cuc el cigarrillo. Los que andan mal de plata se vuelan con pastillas de Parkisonil o Metilfenidato”, explica Gerardo, consumidor habitual de ‘bazucos’, una mezcla de marihuana con melca.
 
En estos negocios clandestinos de venta de drogas la gente debe andar con los ojos bien abiertos a la hora de una transacción. Corren el riesgo de que lo timen o despojen del dinero.
 
“Hay vendedores de drogas que te dan yerba de un parque como si fuera marihuana o pastillas machacadas por cocaína. Y están los tipos violentos, a quienes les resulta más fácil, mediante pistola o arma blanca, quitarte el dinero. Ellos saben que nadie va ir a la unidad policial a denunciarte”, cuenta Gerardo.
 
A pesar del riesgo a una estafa o comprar alimentos contaminados, un segmento amplio de habaneros compran en el mercado negro.
 
“Se va creando una red de confianza. A cualquiera no se le compra carne de res o leche en polvo. Si no te arriesgas, nunca podrás comerte un buen bistec”, confiesa Sergio.

                                                                    Bandera de Cubatu_comentario_es_valioso.jpg (432×76)
 


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