Aaron Huntsman (izq.) y William Lee Jones en el Aqua Night Club de Cayo Hueso
POR STEVE ROTHAUS
Las campanas de boda no repicarán el martes para los cantineros gay de Cayo Hueso Aaron Huntsman y William Lee Jones. Ni tampoco para otras parejas del mismo sexo que tenían planeado casarse en el cayo dentro de poco.
Luis García, juez de Circuito del Condado Monroe, que la semana pasada desestimó la prohibición constitucional de la Florida del 2008 que prohíbe el matrimonio entre homosexuales y ordenó que los dos hombres podían casarse, el lunes rechazó la petición de ambos para levantar el aplazamiento automático legal que les impide a ellos y a otras parejas gay casarse de inmediato.
“Luego de basarnos en decisiones de la Corte Suprema de Estados Unidos y de otras cortes para aplazar procedimientos en situaciones similares, esta corte RECHAZA la Moción de Emergencia”, escribió García. “El aplazamiento automático, que en la actualidad está en vigor, deberá continuar hasta que se terminen los procedimientos de apelación o hasta una próxima orden de esta corte”.
En su determinación del jueves, García ordenó que Huntsman y Jones y otras parejas gay que buscaban casarse pudieran hacerlo a partir del martes.
“La corte sabe que la mayoría de los votantes se oponen al matrimonio del mismo sexo, pero la historia de nuestro país protege los derechos de las personas, los derechos de los impopulares y los derechos de los débiles, aunque ofendan a la mayoría”, escribió García.
Pam Bondi, secretaria de Justicia de la Florida, anunció enseguida que apelaría la decisión de García ante la Corte de Apelaciones del Tercer Distrito. La oficina de Bondi dio a conocer una declaración donde dice que “con tantos casos similares pendientes en todo el país, una conclusión de este problema constitucional debe venir de parte de la Corte Suprema”.
Al presentar un aviso de apelación, Bondi activó un aplazamiento automático en el caso, lo que significa que la decisión de García está en espera. Si García hubiera levantado el aplazamiento, Bondi habría necesitado pedirle a la corte de apelaciones que la reinstalara.
La decisión original de García de que a ambos hombres debería permitírseles casarse sólo se aplica en el Condado Monroe, ya que se presentó ante un juez estatal que nada más que tiene jurisdicción en el condado donde trabaja. La jueza Sarah Zabel del Condado Miami-Dade tiene que tomar una determinación sobre un caso parecido.
El caso de Monroe se parece a una demanda que se presentó en Miami-Dade, en la cual seis parejas de igual sexo y el grupo defensor de los derechos de gays y lesbianas Equality Florida Institute demandaron al secretario del condado Harvey Ruvin por tener el derecho a casarse. En los dos casos, Adam Tanenbaum, asistente de la secretaria de Justicia de la Florida, argumentó que los jueces no deberían desestimar la prohibición constitucional de la Florida en contra del matrimonio gay, que se aprobó en el 2008 con el respaldo del 62% de los votantes. El estado, tras mencionar una decisión de 1972 de la Corte Suprema, accedió que la definición de matrimonio le corresponde exclusivamente al estado y está exenta de escrutinio federal.
“No estamos haciendo esto para ser los primeros en casarse”, dijo Huntsman, que cumplió 44 años el lunes. “Lo hacemos con el fin de que las leyes cambien para todos”.