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General: ¿Por qué somos gordos los latinos?
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: administrador2  (Mensaje original) Enviado: 30/07/2014 18:36
             ¿Por qué somos gordos los latinos?            
The nap, 1982 obra Botero
El 60% de la población hispana en los Estados Unidos está con sobrepeso y de ese 60%, el 55% es obesa.
 
                      Por Ofelia Pérez  | The Huffington Post 
Sin ánimo de darnos excusas, hay razones subyacentes válidas para ser gordo, y no son las que se dicen sobre no comer lo correcto, comer mucho y tener vida sedentaria. Es más complicado y profundo que eso. Por muchas investigaciones que se hayan hecho, al menos entre latinos no se ha hablado claramente sobre el tema.
  
La Generación de Baby Boomers, “X” y parte de la “Y” se crió bajo el concepto cultural de que el bebé saludable era el bebé gordito, rollizo y con rosquitas en los muslitos. Si no era gordito, la madre no lo cuidaba ni lo alimentaba bien. Aparte de la leche materna, estaba de moda la leche evaporada que era “la fórmula”, que aunque diluida en agua, seguía siendo leche evaporada.
 
No estaba en vigor la regla de alimentar al bebé con leche solamente durante los primeros 6 meses. A los 3 meses se le empezaba a dar cereal de bebé (conocido antes como Pablum), y luego se le añadían los jugos y los vegetales, después la carne. Las madres que no creían en los alimentos para bebés porque eran “artificiales y no alimentaban igual”, les daban a sus bebés cereal “de verdad”, frutas, jugos diluidos, papas y batatas, y comida triturada de la casa.
 

Nos criaron viendo la comida como símbolo de bienestar económico, físico y emocional, y hasta como un medio de tranquilizarse ante el estrés, y de consentir a niños y adultos cuando están tristes (y cuando están felices también). Sintoniza una telenovela y observa que cuando alguien pasa un mal rato, la figura de madre o ama de llaves lo primero que ofrece es algo de comer, un té o un café. Así somos. Esto es tan fuerte que cuando nos mudamos de la patria, lo primero que echamos de menos es el plato típico favorito. Desarrollamos apego emocional a la comida.
 
Crecimos en culturas donde todo se celebra con comidas sabrosas, lo que llaman en Estados Unidos comfort foods, y tenemos el hábito de hacer tres comidas completas o al menos una cena con todo y postres, más las meriendas de “antojitos”.
Lo queramos o no, todos esos conceptos se internalizan y se transmiten generación tras generación. ¿Cuál es la consecuencia?
 
Las células de grasa que el cuerpo crea a temprana edad nos persiguen toda la vida y tienden a llenarse. Cuando uno se pone a dieta y baja de peso, se llenan de agua porque pierden la grasa, hasta que finalmente se encogen, pero permanecen en el cuerpo esperando recuperarse y llenarse de grasa otra vez. Esto indica que, sin intención, nos criaron para ser gordos toda la vida a menos que lo evitemos a toda costa, sin pasar por alto que de acuerdo con sus genes, unas personas tienden a engordar más que otras.
 
Además de combatir hábitos de crianza y bienestar tan enraizados, ¿cómo evitamos ser gordos, si nos cambian las reglas de juego todos los días?
 
Cuando empezó el auge de encontrar las causas de la obesidad, los científicos le echaron la culpa a las grasas. Entonces millones de gorditos y previsores empezaron a comprar todo tipo de alimentos sin grasa para reducir el peso. Pero dicen que esos alimentos sin grasa, para retener el sabor, son ultra-procesados y contienen azúcares. Después de revisar más de 72 estudios, un grupo de científicos decidió que no hay suficiente evidencia para decir que las grasas saturadas aumentan el riesgo de enfermedad cardiaca. Es más, hay evidencia de que la falta de grasa saturada puede ser dañina. La mantequilla volvió a reinar.
 
Los causantes de la obesidad y de muchas enfermedades ahora parecen ser los carbohidratos y las azúcares, y no las grasas. Ahora la guerra es contra ellos, pero no se recomienda la alternativa de los endulzantes artificiales porque se dice que son dañinos para la salud.
 
En el ejercicio nadie se pone de acuerdo. Unos hablan del ejercicio vigoroso 3 veces por semana y otros sobre el ejercicio lento, mientras otros alegan que la clave está en levantar pesas.
 
La mayoría de la gente no es obesa porque le gusta, y cuando deciden reducir de peso, los seguros médicos no cubren ningún programa de control de peso a menos que la persona sea diabética (o sea, nada de prevención). La mayoría de los programas estructurados de control de peso, como los necesita un obeso, son incosteables para mucha gente.
 
Los alimentos para seguir una dieta sana son más costosos que los que engordan, tanto para consumir en el hogar como para comer fuera. Estar a dieta y/o comer alimentos saludables cuesta.
 
En conclusión, entre el peso de la costumbre y el peso de la contradicción, ¿cómo reducen de peso los latinos?
 
Ingredientes saludables de la cocina latina
AGUACATE (utilizado para guacamole, ensalada de aguacate, salsa de aguacate picante):
Esta fruta tropical contiene vitaminas, ácidos, minerales y aminoácidos, entre otros. La vitamina E sirve para condiciones cardíacas y los ácidos grasos pueden ayudar al colesterol y los triglicéridos. Entre sus vitaminas también se encuentran porciones importantes de ácido
 
AJO (Utilizado para darle sabor a la comida y platos al ajillo):
El ajo es un gran proveedor de vitaminas A, B y C, hierro, sílice, azufre, fosfato y potasio. A este producto se le achacan propiedades que ayudan a mejorar el sistema inmunológico y aumentar la energía. Además, es un anticoagulante, mejora lacirculación al dilatar los vasos sanguíneos, protege el corazón,

ARROZ (Utilizado para tacos, arroz guisado o blanco, paella, sopas):
Este grano es fácil de digerir y es una gran fuente de energía. Entre sus compuestos se encuentra el almidón, aminoácidos, vitaminas y fibra, las cuales aportan a un sistema digestivo saludable. Además, cuenta con silicio, para reforzar el sistema óseo, ayudar a controlar la hipertensión y prevenir condiciones
 
FRIJOLES (Utilizado para sopa de frijoles, arroz con frijoles):
Esta semilla es una gran fuente de fibra, vitamina B, hierro, potasio, antioxidantes, ácido fólico y magnesio. Reduce el colesterol, ayuda a combatir padecimientos cardíacos, estreñimiento, hipertensión, diabetes y obesidad. Además, ayuda a estabilizar los niveles de azúcar y ha sido asociado con
 
El tomate cuenta con vitaminas A, B, C, K y E, y minerales como el potasio, fósforo, cloro, azufre, magnesio, hierro, cobre, yodo, sodio, entre otros. Se ha relacionado a esta fruta con propiedades que ayudan a prevenir el cáncer de próstata, pulmón y estómago. Además, sus vitaminas A y C, protegen la piel del sol y estimulan la formación de colágeno, mientras que la B y K, contribuyen con la antioxidación de las células.
 
MANGO (Utilizado al natural, jugo de mango, salsa de mango):
 
Rico en potasio por lo que ayuda al sistema cardíaco y resulta beneficioso sobre todo para personas con problemas de presión en la sangre. Contiene magnesio, el cual sirve para el funcionamiento y mantenimiento de los músculos. Cuenta con vitamina A ,B y C para asistir al sistema inmune contra enfermedades, ayuda al mantenimiento de la presión arterial y el sistema nervioso. Tiene hierro que aporta en la prevención de de anemia, así como la salud de la piel, el cabello y el metabolismo del cuerpo. El zinc es un excelente componente para mantener la salud de la vista. Posee enzimas que incentivan la buena digestión y eliminan líquidos retenidos. Cuenta con ácido fólico, el cual ayuda a la salud de la piel, el cabello, las uñas y evita el riesgo de nacimiento de bebés con malformaciones congénitas.
 

El ‘Kamasutra’ artístico de Botero.


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