Son gays, creen en Dios y son ¡célibes!
Cristianos, católicos, evangélicos y hasta mormones, homosexuales
buscan en el celibato la manera de compaginar su vida sexual con su fe.
Por Sarah Pulliam Bailey 
Cuando Julie Rodgers salió del clóset como lesbiana a los 17 años de edad, su madre la llevó a un grupo cristiano en Dallas para que la ayudarán a corregir su preferencia sexual. La religión de Julie no acepta la diversidad sexual.
Julie pasó varios años en Exodus, ministerio encargado de "corregir" la preferencia sexual de los fieles, mismo que ya ha desaparecido. Como luego de salir con hombres no detectó ningún cambio, es decir, se siguió sintiendo atraída por otras mujeres, Julie optó por el celibato.
Cuando Exodus y otros centros que aplicaban supuestas terapias de conversión a las personas LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans), cerraron en 2013, ellos mismos optaron por proponer a las lesbianas y gays afiliados a sus organizaciones religiosas, a que optaran por el celibato.
Este tipo de grupos religiosos que pretendían "curar" la homosexualidad, fomentaron la deserción religiosa por parte de miembros de la Comunidad LGBT, pues sólo había de tres "sopas": abandonar su fe, ignorar su sexualidad o tratar de cambiar.
Sin embargo una nueva corriente de gays religiosos ha adoptado un modelo de vida más inclusivo: cristianos homosexuales célibes, que tratan de ser fieles tanto a su sexualidad y como a su fe. Como lo intenta Julie.
Este grupo de fieles LGBT se encuentra entre la espada y la pared; por un lado otros miembros de la Comunidad LGBT los ve como gays y lesbianas reprimidos, que fomentan la homofobia y critican que no vivan libremente su sexualidad; por otro, enfrentan el rechazo de los cristianos conservadores, quienes aún piensan que se pueden "corregir".
Trasciende que en 2009, la Asociación Americana de Psicología aprobó una resolución en la que establecían que las instituciones de salud mental no podían ofrecer el cambio de orientación sexual como una garantía de sus servicios. Desde entonces, estados como California y Nueva Jersey han aprobado leyes que prohíben la terapia de conversión en menores de edad.
A principios de este año 50 mil miembros de la Asociación Americana de Consejeros Cristianos, modificaron su código de ética para eliminar la promoción de la terapia correctiva dirigida a los miembros de la Comunidad LGBT y en su lugar alentar el celibato.
La Asociación reconoce el derecho fundamental a la autodeterminación de las personas, advirtiendo que las creencias religiosas pueden causar ansiedad, depresión y estrés a quienes vayan en contra de su fe al sentirse atraídos por personas de su mismo sexo.
Destaca que un buen número de ex líderes de la terapia correctiva han renunciado a su lucha, muchos incluso han salido del clóset, pedido perdón por su error y ahora se unen a la lucha por los derechos de la Comunidad LGBT. Como John Paulk, quien pidió disculpas por promover este tipo de terapias en 2013. O Yvette Schneider, quien salió del clóset de la mano de la organización GLAAD y ahora promueve medidas para prohibir las terapias de conversión.
Mark Yarhouse, profesor de psicología de la Universidad Regent, ha realizado investigaciones sobre los cristianos gays convertidos y recién ha empezando a estudiar a los cristianos homosexuales célibes. "Los evangélicos están tan enamorados del matrimonio, que ha sido muy duro para ellos valoran la soltería y el celibato", explica Yarhouse.
Según Alan Chambers, quien dirigió el centro Exodus, el celibato es una mejor opción que la terapia de conversión para los cristianos y evangélicos que no quieran ir en contra de su fe.
Wesley Hill, profesor de Nuevo Testamento en la Trinity School for Ministry, explica que hace 20 años la idea de ser homosexual sería simplemente inconcebible dentro de la iglesia. Pero ahora con la figura del celibato adoptada de otras tradiciones como la católica, los gays y lesbianas pueden convivir perfectamente con otros cristianos evangélicos y adoptar una posición de abnegación y sacrificio.
Para Eve Tushnet, de 35 años de edad, y cuyo libro "Gay y Católico", sale en octubre próximo, el problema radica en que la población LGBT se siente excluida porque viven sus problemas en soledad, al no tener la oportunidad de casarse de la misma forma que los heterosexuales, el rechazo se potencializa.
Eve dice que se decidió a seguir la fe católica luego de evaluar la opción del celibato, que le permite compaginar su vida sexual con su fe.
"Mucha gente va a seguir sintiendo atracción por otra persona de su mismo sexo, lo puede mantener en secreto o hablar francamente de ello", advierte Eve, quien asegura que el celibato es la mejor opción para mantener el modelo de familia nuclear promovido por la iglesia, aceptando a sus miembros LGBT.
Trasciende que para Iglesia Católica Romana, la Iglesia Metodista Unida y hasta la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Mormones), la homosexualidad se convierte en pecado sólo hasta que se actúe en consecuencia, por ello el celibato es una alternativa para los fieles LGBT.
Otros como el profesor de estudios bíblicos Christopher Yua, advierte que si se busca convertir a los homosexuales en heterosexuales, entonces se está predicando un "falso Evangelio".
Así mismo, estos miembros de la Comunidad LGBT religiosa, se niegan a aceptar términos como "gay" para ser identificados, pues aseguran que esa palabra sólo identifica a un tipo de conductas sexuales específicas de las que ellos precisamente buscan alejarse. Como lo escribió Grady Smith, en un artículo ampliamente difundido por la revista Entertainment Weekly.
Rosaria Butterfield, era lesbiana, ahora tiene 4 hijos y una vida religiosa muy tranquila. Ella indica que "La Biblia no dice nada contra la atracción. Pero si habla de cuando la atracción se convierte en lujuria", puntualiza.
Esta mujer asegura que la mejor opción para los homosexuales católicos y cristianos, es el celibato, además también está de acuerdo en no utilizar la palabra "gay" como adjetivo calificativo.
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