Sus ataques comenzaron en 1959. Se iniciaron con los bonos para la Reforma Agraria;
después vino el de las Armas y Aviones para la Patria, la colecta de las medallitas de oro, también para la defensa.
Todo esto, dicho sin sorna, de modo totalmente voluntario
Por Paulino Alfonso | La Habana, Cuba | El chupacabras se describe como un fiero e insaciable animal de color verde y de costumbres nocturnas. Teniendo en cuenta esa descripción, podemos afirmar que por 55 años Fidel Castro Ruz ha sido peor que el chupa-cabras.
Hoy, aunque muy viejo, tiene una vida social bastante activa: recibe visitantes, escribe para el periódico Granma, que es de su propiedad, y hasta cultiva dos hectáreas “del alimento del futuro” (para el pueblo, se sobrentiende que no para él y los suyos): la moringa.
Para explicar en apretada síntesis por qué afirmo que es peor que el chupacabras, solo analizaré sus “ataques” relacionados con el efectivo estafado mediante engaños al pueblo cubano, que no ha visto ni verá ese dinero en la mesa ni en otra parte.
Me referiré a un periodo que abarca medio siglo, de ahí lo abultadas que pueden parecer algunas cifras para el lector.
Sus ataques comenzaron en 1959. Se iniciaron con los bonos para la Reforma Agraria, después vino el de las Armas y Aviones para la Patria, la colecta de las medallitas de oro, también para la defensa. Todo esto, dicho sin sorna, de modo totalmente voluntario.
Siguieron las joyas y los bienes de los “siquitrillados”, supuestamente para la educación, a través del Ministerio de Bienes Malversados.
Se recaudaron cerca de 850 millones de dólares (que a la cotización actual equivaldrían a más de 2,000 millones de dólares).
Parte de este dinero se utilizó en comprar armas de los nazis en Checoslovaquia y Yugoslavia.
Más tarde, ante el alud de armas rusas que llegaban “gratis”, estos sobrantes bélicos se revendieron a quienes las pudieran pagar, bien con dinero o con apoyo solidario.
Ese fue también el destino de las armas capturadas en la malhadada expedición de Playa Girón.
Uno de los más viejos sablazos del chupacabras es el que existe hasta hoy, 34 años después, por el cual 2,7 millones de trabajadores han aportado un día de haber para la defensa, que de acuerdo con la tasa cambiaria actual, son más de 1,200 millones de dólares.
Súmele también los ingresos que el régimen ha obtenido por el impuesto porcentual que aplica hasta hoy a todos los premios y salarios de atletas, artistas, científicos, profesionales, incluso tripulaciones de aviones y/o barcos, en fin, a cualquier trabajador que por una u otra razón haya sido enviado al extranjero, o trabaje con extranjeros dentro de las fronteras cubanas.
Un cálculo ponderado arroja no menos de 250 millones de dólares anuales. Considerando que esta práctica data de 20 años, el total de este sablazo asciende a no menos de 5,000 millones de dólares.
Agréguele los 200 millones de dólares que se recaudaron por la compra de oro y joyas a la población en 1987 por una empresa fantasma del extinto MC, llamada Pangold. Este dinero tuvo varios destinatarios, entre los que se pueden nombrar el Ministerio del Interior (MININT) y el Consejo de Estado.
Además, están los 200 millones de dólares aportados por aristócratas árabes y otros amigos para acueductos y hospitales que nunca se rehabilitan.
Sin embargo, todo esto palidece ante el despojo del 90% del salario a que son sometidos los médicos cubanos en Venezuela, lo que arroja en 12 años la cifra de 30,000 millones de dólares.
El efectivo apropiado por el régimen castrista mediante estas estafas asciende a no menos de 40,000 millones de dólares.
Evidentemente, el ex-presidente mexicano Vicente Fox no se equivocó cuando aseguró hace años que el castrismo es “un régimen chupa-cabras”.