La dura experiencia
de la llegada del primer exilio cubano
Gloria Estefan, Emilio Padrón y Emilio Estefan en la exposición
Ya está abierta al público la exposición "La experiencia del exilio:
un viaje a la libertad", que reconstruye, en fotos y objetos, la llegada de los primeros que huyeron de la isla
Por Sergio Otalora
El Refugio o la Torre de la Libertad: dos caras de una misma moneda, la necesidad de buscar un horizonte distinto en el que el inmigrante, por voluntad propia o por fuerza de las circunstancias, decide reinventarse en medio de grandes dificultades. Así ha quedado registrado en fotos conmovedoras de la llegada a Miami de una primera generación de cubanos que abrió el camino a los demás que arribaron a estas costas en oleadas sucesivas producidas por la pobreza y la intolerancia del régimen castrista. Así lo muestra la exposición "La experiencia del exilio: un viaje a la libertad", que se presenta al público, a partir de este 19 de septiembre, en la Torre de la Libertad, convertida en el Museo de Arte y Diseño del Miami Dade College.
En 1962, en plena Guerra Fría, ese inmigrante venía de Cuba. Pedro Pan o los llamados vuelos de la libertad. Familias enteras, o jóvenes que salian de la calidez de sus hogares a la soledad del exilio, mientras sus padres se quedaban en su país, con la idea de salir después, cuando las circunstancias lo permitieran. "Vinimos aquí a buscar comida cuando éramos niños.
Recuerdo que llegábamos llenos de sueños y con mucha necesidad", contó Emilio Estefan, quien tuvo que vivir la rudeza de los primeros años y, además, sentir que había siempre una mano amiga, la que le permitía encontrar los médicos que necesitaba, ahí, en El Refugio, "es muy bonito poderle contar a las nuevas generaciones, para las que ahora todo es muy fácil, por lo que pasaron los primeros inmigrantes... y hay que seguir luchando".
Los padres
Medio siglo después, con los vientos del éxito a su favor, Emilio y Gloria Estefan regresan a un edificio donde miles, como ellos, empezaron una nueva vida con la angustia de lo desconocido y la esperanza del regreso. "Los cubanos hacían lo que había que hacer -dice Gloria- mientras que estuviéramos en un lugar libre y pensando siempre en regresar porque ese era el sueño de mis abuelos y de mis padres. No se pudo dar pero sí nos hicimos parte de esta gran ciudad, que se ha convertido en nuestra casa y en nuestro país".
En el mismo edificio hay una exposición complementaria que ayuda a comprender mejor esa experiencia de los que se van de su tierra muy a su pesar. Son las fotos de los cubanos en otras latitudes, tomadas por Aléxis Rodriguez Duarte, con la colaboración de Tico Torres.
Los dos nacieron en La Habana, Rodriguez salió de su terruño, Marianao, a los seis años, y Torres a los 7, de Mantilla. Los dos en los vuelos de la libertad, y también llegaron a El Refugio, por lo fundamental: alimentos, salud y algo de calidez de la comunidad.