LA LIBERTAD SEXUAL Y EL GUAJIRO
…fíjate si el tipo es maricón que pidió fresa habiendo chocolate…
(frase de la película Fresa y Chocolate)
Caminando por las calles de cualquier ciudad europea no es difícil ver parejas homosexuales pasearse cogidos de la mano. Juro que al principio me costó trabajo y muy dentro de mí no me gusta, lo confieso (es que aprender a usar el ordenador consumió todas mis canas). Pero lo acepto, bajo aquello de que cada cual hace de su culo un tambor para que se lo toque quien él decida.
Ayer hablaba con un guajiro venido de lo más profundo de nuestros campos. El nagüe se estrena en esto de la libertad, en todos sus aspectos, incluida la libertad sexual. ¡Crudo! Trabajo le costó encuerarse por primera vez en una sauna. Por más que le advertí como era la cosa aquí, meterle esa idea entre tarro y tarro al guajiro fue en vano hasta que… bueno hasta que le pasó una rubia de 1,80 desnuda por delante. Arrancó tras ella sin siquiera coger toalla.
El tipo se “ha integrado a su manera”. No sabe hablar el idioma, pero ya sabe diferenciar un clasificado de trabajo de uno de contacto y lo que significa uno y otro. (Recomiendo a los que tengan que aprender un idioma fuera de Cuba que lean las secciones de contactos, eso es un tiro pa´ aprender lo mismo chino, suahilí o sueco. En una semana duplicas la cantidad de palabras: la “necesidad” hace maravillas). Mi amigo ha tragado todo eso del intercambio de pareja (¡claro no tiene ninguna que cambiar!), los Bangang, encuerarse en la suna, el Thai-masaje, anuncios clasificados pa´…
- ¡Pero yoyo todo tiene un límite coño! ¿Cuándo se ha visto eso de dos hombres cogidos de la mano en la calle? ¿Qué van a pensar nuestros hijos cuando dos machos se besen en la calle? Va y se nos vuelven aberrados sexuales en un futuro… A ver, te imaginas tú un mecánico maricón?
- Sí, coño. Tú vas a que te arregle el carro no a acostarte con él.
- Pero ¡Quien ha visto un mecánico maricón!
Cuba es una sociedad homófoba. Eso no es un secreto para nadie. Aún cuando se ha avanzado muchísimo en ese terreno, todavía recuerdo la cacería de gays en la acera del Payret o frente a Coopelia. O incluso recuerdo escenas lastimosas de persecución de travestís en la calle Angeles en el tramo entre Reina y Monte. Y de la gente que vive marginada por su condición de homosexual.
Echar a andar el país puede tomar sólo lo que tarde darle libertad a los cubanos para tomar las riendas de su propia economía. ¡Caballeros, las tiendas cubanas se llenan en una noche! Pero otra cosa será meternos en la cabeza que los homosexuales son dueños de sus propios cuerpos y que valen como seres humanos. En ese sentido queda demostrado que eso de la represión y desprecio de la homosexualidad en Cuba viene con los cubanos por “default”, está en el hardware nuestro, en un chip que nos ponen en la fábrica.
Si no me creen pregúntele al guajiro amigo mío.