Cenizas que no volverán
Pacientes de un sistema sanitario en completa
decadencia opinan sobre el ébola y el envío de médicos cubanos.
"Es una vergüenza. Una falta de ética", aseveró una mujer al enterarse de que los médicos cubanos que partieron al África a salvar vidas no serán repatriados en caso de enfermar o morir. Sin embargo, la mayoría de los que discutían el asunto opinan lo contrario, pues consideran que la llegada del ébola a Cuba será el apocalipsis.
El intercambio se produjo en el lobby del hospital Hermanos Ameijeiras, en voz baja y, mirando a los alrededores con sigilo, tal como hace la gente cuando critica al régimen en lugares públicos.
Lo cierto es que antes de partir a África, los médicos y enfermeros que voluntariamente brindaron sus servicios para combatir el ébola tuvieron que rubricar un documento en el que les precisan aceptar la no repatriación en caso de enfermar y/o morir, asimismo sus cadáveres serán cremados e inhumados in situ, acorde a los protocolos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Dicha afirmación procede de un profesional de la salud que solicitó el anonimato, quien renunció a la misión a petición de sus familiares. "Nada de rumores y bolas contrarrevolucionarias. Es la pura verdad", apostilló.
Pero hasta el momento el oficialismo no ha desmentido la revelación difundida por DIARIO DE CUBA el pasado sábado, amén de que la población permanece bajo el anestésico de la desinformación.
"Si el ébola llega a Cuba será el acabose, porque estamos fuera de plato", prorrumpe uno de los tertulianos que aparenta tener 40 años. "La no repatriación de los enfermos es la única medida razonable que han tomado en este manicomio. Aunque lo lamento por los familiares de esos médicos que deben estar sumamente angustiados."
¿Pánico, terror o desconfianza?, preguntamos. "Las tres cosas", responden, "Cuba no está preparada para una pandemia como esta. Si el ébola llega a Cuba, será muy difícil controlarlo, tal como ha sucedido con el dengue, el cólera, la malaria, el paludismo y la fiebre chikunguña. Que Dios me perdone, pero no quisiera que los médicos regresaran si están enfermos, porque nos van a fastidiar."
Estamos a escasos metros del lugar donde hace más de 30 años Fidel Castro proclamó que Cuba sería una "potencia médica", iniciándose la producción en serie de galenos generales integrales y el famoso programa del médico de la familia.
De la misma forma, cada uno de los presentes tienen una historia que contar. Un padre cuya hija de 23 años debió ser operada 9 veces a causa de un mal procedimiento quirúrgico. La esposa de un jubilado, que perdió un ojo a consecuencia de una bacteria contraída en el quirófano del hospital Pando Ferrer. Otro, que debió pagar 20 CUC a un médico para poder operar a su padre de cataratas, puesto que desde hace más de 6 meses espera a que un salón del hospital Calixto García sea reparado.
Escuchamos espeluznantes historias de pagos a los operadores de autoclaves para garantizar la esterilización del instrumental quirúrgico, del reciclaje de guantes, faltas de medicinas, de peloteos, indolencias, filtraciones en los salones de operaciones, el robo de lencería, etc.
"La salud en Cuba es 'gratuita', pero no es la que queremos", resumen unánimemente.
En la calle
"En materia de falta de recursos pertenecemos al mismo inframundo que África", comenta Maritza, un ama de casa de 53 años. "Hay que ver en el estado que están los hospitales, la mala higiene y la indolencia, Pero si el ébola llega, y, ni que Dios lo quiera, estoy segura que esa pandemia acabará con Cuba."
"Lo paradójico del caso es que la señora Margaret Chang, directora de la OMS, ha visitado a Cuba y desde el aeropuerto y sin haberse llegado a un hospital o policlínico comunitario, ha declarado estar 'asombrada y complacida' por la calidad de la salud cubana", cita Carlos, un contable de 48 años.
Y añade: "La imagen que tienen en todo el mundo sobre nuestro sistema de salud es irreal, puesto que la publicidad ha estado por encima del verdadero contexto. La salud cubana no es ni la chancleta de la que tuvimos en los años 80, cuando importaban implementos del campo socialista, por ejemplo de Checoslovaquia, Yugoeslavia y la Alemania del Este, y había dinero para cubrir los costos".
"Es una cuestión de humanidad", expone un cirujano. "No critico a los que dieron un paso al frente voluntariamente para partir a combatir el ébola, pero lo humillante es que es bajo condiciones de evidente suicidio. Es que le pagarán el monto de 8.000 dólares mensuales, además de prometerles casa y carro después de un regreso incierto. Que hijos de putas son los mandantes de este país, que de seguro sacarán un cuantioso provecho político a costa de estos sacrificados."
"Nadie habla de la desinformación", indica Enrique, un informático de 35 años. "Quién sabe algo acerca de la droga Zmapp de manufactura norteamericana, que es la que están utilizando para combatir el ébola, aunque sus resultados no son muy alentadores. Tampoco comentan acerca del contagio por el contacto con los fluidos corporales del enfermo. Si esa enfermedad llega a Cuba, la gente tendrá miedo de tocar los pasamanos de las guaguas o los tiradores de las puertas de las shopping, esto será el caos, la anarquía."
"Y si llegara el ébola a un país latinoamericano, estoy seguro que los kamikazes cubanos tendrán que ir a encargarse de la situación", asevera José, un barrendero de calles, "porque los médicos de esos países le echarán pa' arriba la candela."
"Creo que los familiares de los médicos debían imponerse y no dejar que vayan al África bajo condiciones tan inseguras", indica Josefa, una metodista practicante. "Oraré por las almas de esos médicos porque sé que muchos perderán la vida. Ahora lo que llena de indignación es que ninguno de los dirigentes que los enviaron a una muerte prácticamente segura, integró la delegación para correr la misma suerte que ellos."
"Cuando la candela es brava, los carapachos duros se esconden", afirma Jorge, un chofer de almendrón de 38 años. "¿Por qué Tony, Mariela y Aleidita Guevara no están entre los 165 médicos que fueron para Sierra Leona? Tampoco tenemos noticias de que los militares asomarán por esos contornos. Los médicos se han convertido en los esclavos, agentes publicitarios y conejillos de indias de la dictadura, pero allá ellos."
Y concluye: "También los héroes de la República de Cuba, Fernando y René, deberían llegarse a Sierra Leona, para que aprendan lo que es el verdadero significado de la palabra heroísmo".