La boda lésbica en prisión de dos célebres asesinas conmociona Brasil
Suzanne Von Ritchofen y Sandra Sánchez
Ragap Dos asesinas lesbianas reclusas muy conocidas en Brasil han contraído matrimonio en una cárcel de Sao Paulo. Una de ellas ha renunciado a la libertad condicional para poder convivir con su ahora esposa en la prisión. La noticia ha sido conocida este miércoles (29 de octubre), cuando la prensa nacional se ha hecho eco. Las dos mujeres, de 30 y 36 años, cometieron crímenes en el pasado que llegaron a conmocionar a todo el país, y que ahora vuelven a la memoria de todos los brasileños.
La más joven, Suzanne Von Ritchofen, tenía 18 años cuando en 2002 fue condenada a 39 años de cárcel por haber orquestado fríamente la muerte de sus padres, un ingeniero y una psiquiatra con quienes compartía domicilio en una lujosa mansión a las afueras de la ciudad. Los padres se opusieron a su relación con un joven, porque “él ni trabajaba ni estudiaba, según la prensa. Ella convenció a su novio y al hermano de éste para matar a sus progenitores en su habitación, es una espantosa paliza para la que utilizaron barras de hierro.
Cuando han pasado 12 años de aquel parricidio, las autoridades penitenciarias le han dado la libertad condicional. Sin embargo, Von Ritchofen ha renunciado a ella para poder estar con su mujer en el “pabellón de las esposas” de la cárcel de Tremembé, un espacio reservado para las presidiarias que casan entre ellas.
La mayor de las dos es Sandra Sánchez, que se enfrenta a una pena de 27 años por haber participado en 2006 en el secuestro y asesinato de un niño cuyos padres no habían pagado el rescate. Conoció a Suzanne en la fábrica textil de la cárcel, donde ésta, convertida al evangelismo, ocupaba el puesto de jefa y cobraba una pequeña remuneración.
Este nuevo amor puso fin a la relación que Sandra mantenía con otra famosa interna, Elize Matsunaga, de 32 años, quien en junio de 2012, mató y mutiló a su esposo, Kitano Matsunaga, un ingeniero industrial de prestigio, y cuya muerte también supuso un escándalo en todo el país.
El matrimonio entre personas del mismo sexo es legal de hecho en Brasil, a partir de la autorización por la Corte Suprema, que justifica que no existe ningún punto en la Constitución para prohibir estas uniones. Un proyecto de ley para legalizar el matrimonio gay está bloqueado desde 2006 por parte del ala conservadora del Congreso de los Diputados.
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