La investigación de la agencia AP sobre un programa de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) que pretendía potenciar escenas musicales en Cuba para promover el cambio social ha generado críticas y preocupación en círculos artísticos de la isla.
El escritor, promotor cultural y director de la publicación cultural Esquife, de la Asociación Hermanos Saíz, Jorge Enríque Rodríguez, escribió este viernes un artículo en el que acusa a la agencia AP, al sitio digital Cubadebate, y al noticiero de la televisión cubana (NTV) de ser “más manipuladores que la USAID”.
AP reveló esta semana que la USAID habría subcontratado a la compañía Creative Associates International para “infiltrar” la escena del hip hop y la música alternativa en Cuba, “reclutar” artistas y “avivar a su fanaticada para que luego desafiaran al gobierno cubano”, escribió la agencia.
A través de un promotor serbio vinculado a un festival de música europeo, Creative Associates International habría canalizado fondos para capacitar artistas en mercadotecnia y diseño de campañas, crear un website que conectara a jóvenes artistas y grabar videos del conocido grupo de hip hop Los Aldeanos. También habría apoyado al festival de música electrónica Rotilla.
En Cuba, medios digitales como Cudabebate y Cubasí publicaron la historia con titulares como “EEUU pagó a raperos para cambio de régimen en Cuba”, y comentaristas en esos sitios han calificado al grupo Los Aldeanos de “gusanos” y “mercenarios”.
“Durante más de diez años Los Aldeanos no han hecho otra cosa que decir verdades y no han tenido que investigar mucho, simplemente desandaban las calles, donde vive nuestra realidad. Durante casi diez años estuvieron bajo asedio y censura. Y AP nunca se dio una vuelta por La Aldea [una metáfora utilizada frecuentemente por el grupo en sus canciones] para ver cómo les iba a Los Aldeanos”, escribió el director de Esquife.
El tema también ha generado el debate en las redes sociales, entre miembros de la escena de hip hop y la música alternativa. Un rapero que vive en La Habana cuestionó el modo en que el reporte original y las sucesivas versiones en la prensa cubana presentaran a personas que habían trabajado para promover el hip hop como “manipuladores”. Se quejó también de que intereses poderosos estuvieran “jugando” con la vida de personas que estaban en Cuba y temió que se le restringiera el acceso a los raperos a los escenarios locales.
El Ministerio de Cultura reaccionó este viernes, a través de su viceministro Fernando Rojas, quien dijo a AP que los raperos y otros artistas que participaron en actividades patrocinadas por la USAID eran “víctimas”, pero advirtió que debían “pensar” pues “no se puede ser ingenuo, la posibilidad de ese tipo de actividad está latente y es una política del gobierno norteamericano”.
En exclusiva con el Nuevo Herald, el rapero Aldo Rodríguez Baquero negó haber recibido dinero de la USAID y que el proyecto de la organización hubiera impactado en el tipo de música desarrollada por el grupo.
Asimismo, el otro miembro del dúo, Bian Oscar Rodríguez Gala, conocido como “El Bi” insistió en los orígenes genuinos del grupo en una nota publicada en la red social Facebook. “Hasta ahora no he necesitado de subvención para decir lo que pienso y no critico a quien lo haga, que sus razones tendrá, más cuando este es un país donde se reprime al que lo hace”, escribió.
Los dos raperos señalaron inconsistencias en el relato de AP. Ambos se refirieron a que sus canciones ya tenían un contenido crítico antes de entrar en contacto con el promotor serbio. También que estaban censurados antes de ese momento. Rodríguez Baquero explicó, además, que la computadora que se le confiscó por la policía cubana en 2009 por “posesión ilegal”, era de un familiar y no fue facilitada por el subcontratista de USAID.
AP también ha reportado que “sus letras más recientes son menos radicales”. Pero la canción Toda una Nación, en el nuevo disco de Bian Rodríguez, “Compilación”, ilustra que la denuncia social sigue presente en su trabajo.
Promotora cultural independiente advierte de posibles represalias
En sus breves declaraciones, Rojas no mencionó a Matraka Producciones, una promotora cultural independiente que también fue implicada en la historia de AP.
El grupo cultural había organizado el festival de música electrónica más importante del país, que había logrado reunir 15 mil personas antes de ser suspendido por el gobierno en 2011. En aquella ocasión, sus organizadores habían cuestionado la decisión oficial y habían acusado a las autoridades de “robar” su concepción del proyecto original para suplatarlo por otro festival controlado por el estado.
“De aquel tiempo hasta hoy, continuamos observando como otros proyectos culturales, cívicos y sociales, son censurados y reducidos a la inexistencia por surgir independientes, lo que se entiende (en Cuba) como separado o no nacido del estado-gobierno”, escribieron en un comunicado los miembros del grupo y agregan: “Las razones para tan amplia gama de prohibiciones son siempre esgrimidas en nombre de un juicio universal revolucionario: ¡¡el enemigo norteamericano!!”
También advirtieron que los acontecimientos que estaban “por venir, transformarán (o extinguirán) la cultura y el arte independiente cubanos” y que “con este tipo de escándalos, se induce en la opinión publica nacional, la idea de que cualquier subvención es sinónimo de subversión, y que cada subvencionado puede ser de por sí, un elemento subversivo”.
El Nuevo Herald intentó comunicar con el director del grupo, Michel Matos, pero su teléfono está “temporalmente suspendido”, según se escucha en una grabación de la compañía telefónica Cubacel.
La música de los Aldeanos a debate en la isla
La discusión que se ha suscitado dentro de Cuba revela el alcance del hip-hop, sobre todo del grupo Los Aldeanos, quienes no tenían difusión en los medios de comunicación oficiales pero son muy populares entre los jóvenes cubanos.
“Este país es una prisión” y “Cubano, quítate el grillete, Viva Cuba Libre”, cantaban estos raperos casi siempre a audiencias reunidas en lugaresunderground en la isla, pero sus discos circulaban de mano en mano entre miles de fanáticos.
Las letras de las canciones de Los Aldeanos llamaban la atención sobre la pobreza en Cuba, los bajos salarios, las restricciones de libre entrada y salida al país y criticaban duramente a las autoridades por sus “dobles estándares” de vida y su incapacidad para resolver necesidades básicas de la población. Sus canciones cuestionaban abiertamente al gobierno cubano de un modo sin precedentes en la isla.
Al respecto, un lector de Cubadebate escribió que el reporte de AP “ha sido un gran alivio para muchos padres que en su momento no supieron explicarle bien a sus hijos por qué muchos de sus amigos escuchaban a Los Aldeanos”. Otro se “alegró” de saber que “los tenían engañados [refiriéndose al grupo]” pues su “pasión por el hip-hop” y su “ideología comunista estaban teniendo encontronazos”.
Pero otros lectores salieron en defensa del grupo y preguntaron si era “mentira todo lo que ellos criticaban y decían en sus canciones”.