Fútbol profesional y visibilidad gay no suelen ir precisamente de la mano, por eso nos resulta tan grato dar noticias como esta. El estadounidense Robbie Rogers, uno de los escasos futbolistas profesionales abiertamente gays, ha conseguido junto a sus compañeros de equipo de Los Angeles Galaxy alzarse con el título de la MLS (Major League Soccer), la liga estadounidense de fútbol. Rogers, uno de los titulares del equipo ganador, amagó con retirarse definitivamente del deporte profesional cuando hizo pública su condición de gay. Por fortuna recapacitó y hoy es un magnífico ejemplo de visibilidad LGTB en el deporte.
Corría el mes de febrero de 2013 cuando Robbie Rogers hacía pública su homosexualidad a la vez que anunciaba su retirada de la competición profesional. Rogers contaba entonces lo difícil que le había sido asumir públicamente su orientación sexual, tanto en su entorno familiar como en el profesional: “Durante los últimos 25 años he tenido miedo, miedo de mostrar quién era realmente. Miedo a que el juicio y el rechazo me apartaran de mis sueños y mis aspiraciones. Miedo a que mis seres queridos se alejaran de mí si supieran mi secreto. Miedo de que mi secreto se interpusiera en la realización de mis sueños”, relataba en su blog. El futbolista explicó además que su retirada se debía al temor a la reacción tanto de los aficionados y de la prensa como de sus propios compañeros tras la noticia.
Pocas semanas después, algo le hizo cambiar de opinión. Como ya entonces publicamos, fue tras acudir a una reunión del Nike Be True LGBT Youth Forum de Oregón con un grupo de 500 chicos. El encuentro fue definitivo: “Me sentí como un auténtico cobarde”, declaraba a USA Today, “esos críos estaban luchando por cambiar el mundo sin tenerse más que a sí mismos, y yo, con 25 años, tenía una plataforma y una voz para ser un modelo a seguir. ¡Había que ser cobarde para no dar un paso al frente!”. Rogers firmaba con Los Angeles Galaxy y jugaba su primer partido como gay visible el 26 de mayo de 2013.
Año y medio después, Robbie Rogers ha vivido el que sin duda es uno de los momentos cumbres de su carrera deportiva: la conquista de la MLS, que Los Angeles Galaxy gana por quinta vez (la última de ellas había sido en 2012), al vencer por dos goles a uno al New England Revolution.
Pero en todo el tiempo que ha pasado desde su salida del armario, además de cimentar su carrera deportiva, Robbie Rogers se ha consolidado además como todo un icono de visibilidad LGTB. Acaba de publicar Coming Out to Play, un libro autobiográfico, y no ha dudado en criticar abiertamente a la FIFA debido a su insensibilidad hacia los derechos humanos, entre otras cosas por elegir como escenario para las próximas ediciones del Mundial de Fútbol a países en los que no se respetan los más elementales derechos de las personas LGTB.
Y está soltero…
En otro orden de cosas, Robbie Rogers vuelve a estar “soltero” tras haber puesto punto final recientemente a su relación con el guionista y productor de cine y televisión Greg Berlanti. Presentimos que no faltarán candidatos a sustituirle.
El primer paso siempre es el más difícil, pero el segundo es igual de desafiante. Una vez que todo se calma, los simpatizantes siguen su camino y las entrevistas se acaban, está la conciencia de que hay un mundo allá afuera que espera ser confrontado.
“Durante 25 años, vives de cierta forma y con distancia”, dijo el futbolista Robbie Rogers, quien ahora juega para Los Angeles Galaxy, en una entrevista para el documental World Sport Presents: Journey of a Gay Athlete de CNN.
“Tienes miedo de contarle a las personas y ser abierto así que es difícil solo cambiar. Muchos hombres y mujeres gay que no lo han dicho y realmente no aceptan que son gays, viven con mucho odio a sí mismos.
“Así que odio ser contundente al respecto, pero odiarte hace mucho daño”.
El escapismo de Rogers llegó a través de escribir; notablemente en su blog, en el que anunció su revelación, y en la terapia.
“Vivir durante 25 años o para algunas personas, 40 o 50 años, eso no desaparece rápidamente”, dijo Rogers, quien también escribió un libro Coming Out to Play, que se lanzará a finales de este año.
“Toma mucho tiempo. Se necesita escribir mucho y muchos amigos con quienes hablar y terapia.
“Es algo serio y a veces las personas se olvidan de eso. Dirán, ‘oh, dijiste que eras gay, probablemente todo está genial. Te ves tan feliz’.
“Y dices, ‘bueno, me conocías antes de que dijera que era gay y creías que era feliz, así que no lo sabes’.
“Toma tiempo pero definitivamente es progreso, y progreso positivo”.
Rogers tenía 25 años cuando dio la noticia en su blog, después de dejar el club inglés de segunda división, el Leeds.
Es un artículo que todavía saca muchas emociones en un hombre que decidió que sería capaz de reconciliar su amor con el futbol con anhelo de ser libre.
Se retiró inmediatamente del futbol, solo para regresar en mayo después de que se le ofreciera un contrato para jugar en Estados Unidos con el LA Galaxy.
Al jugar futbol en su niñez y después en la universidad, luchó emocionalmente en una arena ferozmente masculina donde palabras como “homo”, “maricón” o “gay” eran algo común.
“Siempre escuchaba cosas homofóbicas en los vestidores, en las canchas, ya sabes, antes de entrenar, después de entrenar”, dijo Rogers, quien estaba más o menos convencido de que era gay a los 13 o 14 años.
“Ya sea que fuera una broma o algo malvado, solo escuchaba tantas cosas diferentes que me asustaban y me hacían pensar que no había oportunidad de decirle que era gay a alguien.
“Así que probablemente esa sea la razón por la que, de nuevo, lo mantuve en secreto durante tanto tiempo. Es por eso que no le dije a nadie hasta que tuve 25 años”.
Desde que declaró su homosexualidad en febrero, Rogers pasó tiempo hablando con estudiantes universitarios y miembros de la comunidad lésbica, gay, bisexual y transgénero (LGBT).
Su mensaje, a donde vaya y con quién hable, es sencillo: "Habla con alguien". “Me arrepiento”, dijo Rogers después de contemplar si debió buscar consejo sobre su anterior dilema.
“Desearía haber hablado con alguien a una edad temprana; alguien que no conociera a mi familia o fuera un amigo o algo.
“Quería un mentor o un terapeuta, alguien con quién pudiera hablar y compartir mis pensamientos, porque vivir tanto tiempo sin decirle a nadie es muy perjudicial.
“Las personas me preguntan, ‘¿bueno, qué te dirías a ti mismo si fueras niño?’.
“Bueno, no cambiaría ninguna de mis experiencias, porque soy quien soy, debido a todas esas cosas y debido a mis luchas.
“No cambiaría eso. Pero, hablar con alguien hubiera sido, hubiera cambiado mucho para mí”.
Rogers creció como parte de una familia católica devota en California, Estados Unidos. Sintió la presión de su religión y relacionado con los ojos curiosos de sus compañeros de futbol llenos de testosterona, se guardó el secreto.