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De: cubanet201 (Mensagem original) |
Enviado: 27/01/2015 20:18 |
El Papa recibió a un transexual español y a su novia
El encuentro fue privado en las oficinas del Santo Padre en el Vaticano.
 Tras ser rechazado por los miembros de su iglesia en España, un hombre transgénero escribió al Pontífice.
Luego de hablar con él por teléfono en dos ocasiones, el líder de la iglesia católica lo recibió personalmente.
Un hombre transexual y su prometida según informes tuvieron una reunión privada con Francisco el fin de semana. El hombre, Diego Neria Lejárraga, escribió una carta acerca de ser rechazado por su parroquia en España .
Diego Neria Lejarraga, de 48 años, nació en Plasencia, España. Nació como nena pero con el tiempo se identificó con el género masculino y comenzó un proceso de reasignación sexo-genérica hasta sentirse pleno a nivel cuerpo y espíritu.
A través de una carta el transexual español, de 48 años, contaba su historia al Papa Francisco. Desde que nació siempre se sintió hombre. “Mi cárcel era mi propio cuerpo”, señala. Y recuerda sus cartas a los Reyes Magos donde pedía que le "convirtieran" en chico.
Su proceso transexualizador llegó tarde debido a que su madre, según señala, le pidió que no lo hiciera mientras ella viviera. El cambio ocurrió a los 40 años de edad. Sin embargo el verdadero infierno ocurrió a su vuelta a la tierra. Plasencia, que cuenta con una población de unos 40 mil habitantes, puso difícil la vida de Diego.
Tuvo que soportar las burlas y los insultos de la gente. “¿Cómo te atreves a entrar aquí con tu condición? No eres digno. Eres la hija del diablo”. La historia y la carta llegó a manos del Papa gracias al obispo de Plasencia, Amadeo Rodríguez Magro.
Conmovido por el relato, el Sumo Pontífice decidió telefonear a Diego el día de la Inmaculada: “'Soy el Papa Francisco'. Tu historia me 'ha llegado al alma'”, señala Lejárraga. En esa charla telefónica acordaron la fecha para el encuentro personal.
Ya en la residencia papal, Lejárraga acudió con su actual prometida. El encuentro fue aprovechado para preguntar a Francisco “si había lugar para un transexual en la casa de Dios”. La reacción del Papa fue abrazarlo.
El Papa lo recibió en un encuentro privado en el Vaticano, aunque no se conocieron fotos del momento. “Nunca antes me hubiera atrevido, pero con el Papa Francisco sí; después de oírle en muchas intervenciones, sentí que él me escucharía", contó emocionado Diego.
El Papa lo llamó por teléfono dos veces en diciembre y lo recibió el último sábado. Diego contó a la prensa española que cuando lo llamó por primera vez Francisco: "Era de un número oculto. La verdad es que no sé muy bien por qué descolgué el teléfono, porque esas llamadas nunca las contesto".
"Soy el Papa Francisco", escuchó del otro lado de la línea. El Santo Padre le dijo que había leído su carta y le había llegado al alma. Le pidió que se calmara y le dijo que quería verlo.
Francisco tiene un historial mixto cuando se trata de las personas LGBT. Muchos lo han aclamado para cambiar el tono de la Iglesia Católica cuando se trata de temas LGBT. Al mismo tiempo, es la crítica cosechado por la falta de cambios en la política - por no hablar de algunos comentarios del público que ha hecho de criticar el matrimonio entre personas del mismo sexo y las familias no tradicionales . El Vaticano también ha celebrado una cumbre "matrimonio tradicional" bajo su liderazgo.

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'Bergoglio recibe a Diego, un extremeño que cambió de sexo
Diego, junto a su novia, en una imagen tomada en Roma
El Papa a un transexual español: '¡Claro que eres hijo de la Iglesia!
'Dios quiere a todos sus hijos. Te acepta como eres', le dijo el Papa
David Vigario - 
"Dios quiere a todos sus hijos, estén como estén, y tú eres hijo de Dios y por eso la Iglesia te quiere y te acepta como eres". Son palabras del Papa Francisco, cuando telefoneó en persona a Diego Neria Lejárraga, un transexual español de 48 años, católico y practicante, para citarle a él y a su novia Macarena a un encuentro privado en el Vaticano el pasado sábado. "¡Claro que eres hijo de la Iglesia!".
Durante años, Diego (antes Cuca) había sufrido en lo más hondo de su corazón la desazón de no ser aceptado por parte de la Iglesia, o al menos "por la parte más conservadora", en su ciudad natal, Plasencia (Cáceres).
Había tomado la firme decisión de operarse y cambiarse de sexo muchos años atrás ("Siempre me sentí hombre, desde bien pequeño"), pero entró en quirófano un año después de morir su madre para evitar el sufrimiento familiar en una ciudad pequeña (unos 40.000 habitantes).
Fue hace ocho años. Entonces sufrió la transformación total física y comenzó también a tener algunas novias en el pueblo. Auxiliar administrativo, a Diego siempre le ha gustado el mundo de la música y el teatro. Y hace unos meses, viendo al nuevo Papa, decidió escribirle una conmovedora carta, donde relataba su caso, con ejemplos cotidianos de cómo se sentía muchas veces rechazado, de las falsas miradas, de las críticas...
Un impulso le llevó a descolgar el teléfono móvil cuando apareció una llamada oculta el 20 de diciembre. Él estaba en Sevilla (donde vive su prometida) y entró en un comercio para evitar el ruido y escuchar mejor la llamada. "Soy el Santo Padre", escuchó al otro lado del aparato. Era la segunda vez que el Papa se ponía en contacto con él.
Semanas antes, le había llamado en persona para interesarse por su caso. Era el 8 de diciembre, Festividad de la Inmaculada. Fue una charla breve, donde le aseguró que le volvería a llamar para cerrar definitivamente la fecha del viaje. "¿Os vendrá mejor en fin de semana, verdad?", le preguntó el Papa a Diego. "Cuando usted quiera", respondió.
El Papa insistió en que el encuentro privado se desarrollara un sábado "porque durante la semana estaréis trabajando; espera un momento que vea mi agenda y ya lo cerramos". "Tengo un hueco el día 24 de enero a las cinco de la tarde. ¿Podéis venir?".
"Pero ¿adónde vamos? ¿Por quién preguntamos? ¿Cómo lo hacemos?", le preguntó, aún atónito Diego. Al otro lado del teléfono, se escucha: "Por el dinero, no os preocupéis. Si no tenéis, cuando vengáis acá yo os tengo preparado un sobre para los gastos, así que eso no es problema. Ya sabéis que yo ya vivo junto a otros sacerdotes en la residencia de Santa Marta. Vosotros llegad allí y decidle a los guardias suizos que venís a ver al Papa, y ya está".
No sería luego tan fácil. Hubo llamadas cruzadas del Nuncio al Obispado de Plasencia durante las siguientes semanas para preparar el viaje, incluidos los gastos del viaje a cargo del obispo de Plasencia, Amadeo Rodríguez Magro, que ha apoyado la causa de Diego y su pareja, enfermera.
"De la reunión no voy a contar nada, es un secreto entre nosotros que jamás voy a desvelar", aseguró ayer Diego a EL MUNDO. Eso sí, estaba muy satisfecho del encuentro: "Es una experiencia única".
Sobre su condición de creyente, católico y practicante, aclara: "No es que estuviera enfadado con la Iglesia antes, pero hubo actitudes durante mucho tiempo que no me gustaron. Pero no de todos, porque el obispo se ha portado siempre muy bien conmigo, me he apoyado mucho en él, pero lo he pasado muy mal en ocasiones. Esto es un pueblo pequeño y, además, yo me movía en círculos muy conservadores, que de frente no me decían nada, pero por la espalda me criticaban. No aceptaban mi situación en una historia que lleva siempre a los prejuicios y al morbo, y a mí eso me ha hecho mucho daño".
"No es cierto que la transexualidad sea una cosa normal en España, que estemos como en Europa. Eso no es así, es un tema que no está aún aceptado, aunque ojalá que mi caso, que ahora ha visto la luz, sirva para que lo que yo he pasado no lo pasen otras personas que están en mi situación", añade.

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