Cuba se enfrenta a un tsunami turístico cuando los norteamericanos que pueden visitar la isla con más facilidad se apresuran para conocer a una cultura congelada en el tiempo antes que desaparezca.
Más de dos meses después que el presidente Barack Obama anunció que las restricciones de viaje a la isla se aliviarían y varias semanas más tarde del comunicado que hace menos severas las regulaciones, las compañías de viajes informan que las preguntas y reservaciones han aumentado al tiempo que más agencias de viajes participan.
“Hay una especie de sentido de urgencia por parte de los viajeros”, dijo Collin Laverty, dueño de Cuba Educational Travel, en Washington, D.C. “La gente percibe que se está a punto de una apertura, de modo que quiere ir allí cuanto antes”.
Tom Popper, presidente de la empresa de viajes de Nueva York InsightCuba, dijo que regresó de un viaje a Cuba la semana pasada y se quedó sorprendido por la cantidad de norteamericanos que encontró. El interés tiene lugar durante la temporada alta en Cuba, lo que agrega presión a una infraestructura de turismo que tiene serios problemas.
“Había más norteamericanos de los que nunca antes había visto allí”, dijo Popper, cuya compañía lleva organizando viajes a Cuba para ciudadanos norteamericanos desde el 2000. Desde mediados de diciembre, su compañía ha visto aumentar seis veces el tráfico en internet y tres veces las reservaciones para la misma época del año, mientras la demanda no da señales de disminuir.
“Tenemos al presidente de Estados Unidos hablando de viajes y el hecho que uno pueda ir convierte el viaje en algo más fácil”, dijo Popper. “Después del 17 de diciembre, decenas de millones de personas han dicho, ‘El presidente Obama dijo que se podía ir a Cuba’”.
Todavía el turismo está prohibido, lo que quiere decir que los norteamericanos tendrán que esperar que se levanten todas las restricciones de viaje antes de hospedarse en una cabaña en Varadero o pasar un fin de semana disfrutando mojitos y tabacos cubanos. Sin embargo, el 15 de enero, el Departamento del Tesoro anunció que los ciudadanos comprendidos en 12 categorías de viajes autorizados —entre ellas actividades educacionales, actuaciones públicas, competencias deportivas, ayuda al pueblo cubano y proyectos humanitarios— no tenían que solicitar una licencia específica para ir a Cuba.
Los agentes de viaje y las aerolíneas pueden funcionar sin necesidad de una licencia específica de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC), una exigencia que en el pasado se demoraba largos meses y montañas de papeles, siempre que los viajeros argumenten razones autorizadas.
“Es algo más o menos normal”, dijo Popper.
Normal, en el actual panorama de viajes, quiere decir una línea de cruceros canadiense que se encarga de hacer las reservaciones para los norteamericanos para los itinerarios cubanos; habitaciones de hotel en La Habana que se consiguen a través de en Kayak.com y compra de boletos de avión hacia Cuba vía México mediante CheapAir.com.
Entretanto, en Cuba, todo esto significa menos habitaciones de hotel, menos guías turísticos y autobuses disponibles para llevar a los lugares a los ansiosos visitantes, todo eso sin mencionar la escasez de asientos de avión que hay.
Joe Díaz, cofundador de la compañía de viajes AFAR Media, salió rumbo a La Habana en un vuelo el pasado 16 de enero, el mismo día que se anunciaron las nuevas regulaciones. Viajó a través de Ciudad de Panamá, y llegó al día siguiente sin hallar ningún lugar donde alojarse porque era pleno auge de la temporada de turismo y los hoteles estaban llenos. Según ha declarado Cuba, el país tiene unas 63,000 habitaciones entre hoteles, moteles, hostales y apartamentos que brindan los servicios.
Díaz se quedó en una casa privada por $30 la noche — “limpia, tranquila, básica”, con agua caliente y una cama cómoda— y conoció a la familia que vivía allí.
Sin embargo, Díaz dijo que rápidamente se dio cuenta que los viajeros norteamericanos que están acostumbrados al Wi-Fi, a las tarjetas de crédito y a una infraestructura funcional probablemente no estén listos para la experiencia.
“Cuba no está hecha para el tipo de viajero que conoce el lujo”, dijo. “Sino para un viajero más aventurero, que anda en busca de experiencias”.
Por su parte, Bob Guild, vicepresidente de Marazul Charters, dijo que sus grupos han tenido que hospedarse en apartamentos privados recientemente en vez de habitaciones de hotel por la gran demanda que hay.
“Ahora hay más espacio que nunca pero todo está ocupado”, dijo Guild. “¿Qué irán a hacer la próxima temnporada?”.
Guild agregó que su compañía recibe un promedio de entre 75 y 80 solicitudes diarias por información acerca de viajes a Cuba. En las dos semanas después que las regulaciones se anunciaron en enero, se hicieron 1,300 solicitudes, aumento más que notable con relación a las 30 solicitudes hechas durante el mismo período en 2014.
“Realmente nada ha muerto”, dijo. “Por lo general le decimos a la gente que nada es posible hasta la próxima temporada, a partir de octubre. Y hay personas que quieren ir quieren en estos momentos”.
Laverty, de Cuba Educational Viaje, dijo que está trabajando con peticiones de último minuto, muchas de pequeños grupos de entre cuatro y 10 personas.
“En los dos útimos días, hemos reservado tres o cuatro grupos adicionales en pleno marzo”, dijo la semana pasada.
Según estadísticas del gobierno cubano, 92,348 norteamericanos visitaron el país en el 2013, aunque la cifra no incluye a los cubanoamericanos que visitan a la familia. Unos tres millones de visitantes llegaron a la isla en el 2014, y una nueva encuesta que se dio a conocer el pasado jueves indica que el interés en viajes futuros es alto.
De acuerdo con el sondeo de opinión hecho por travelhorizons y que dio a conocer la firma de servicios de mercadotecnia MMGY Global, el 46% de los viajeros de EEUU que tienen pensado visitar un destino del Caribe en los dos años siguientes estarían dispuestos a cambiar sus planes vacacionales y viajar a Cuba. Y 19% de los norteamericanos adultos podrían considerar ir de vacaciones a Cuba en los dos años próximos.
Kim Cavendish, presidenta y principal ejecutiva del Museo de Descubrimientos y Ciencias de Fort Lauderdale, dijo que ha estado pensado hacer el viaje durante mucho tiempo. Sólo la semana pasada, por fin concretó los arreglos para ir en abril.
“Me gusta viajar, me gusta visitar otras culturas y ver nuevos lugares”, dijo. “Cuba está a sólo 90 millas de distancia. Y, sin embargo, no hemos podido ir durante mucho tiempo”.
Los agentes de viaje dicen que esperan que la demanda explote cuando los viajeros puedan organizar sus planes sin ninguna restricción. Michelle Weller, directora de operaciones de la agencia Travel Leaders en Houston, escribió en un correo electrónico que la mayoría de las personas que preguntan sobre los viajes quieren tener más flexibilidad para ir.
“Cuando Cuba pueda ofrecer una atmósfera donde los norteamericanos puedan alojarse en hoteles de lujo, recorrer los bares de La Habana Vieja, bailar al ritmo de la música cubana y fumar puros cubanos en algunos de los lugares favoritos de Ernest Hemingway como El Floridita, entonces veremos una ola enorme de turistas inundando al país”, escribió Weller.