UN ARTÍCULO PROFÉTICO.
CUBA: EL BLOQUEO QUE NUNCA EXISTIÓ
Por Inocencio F. Arias, en la Voz de Galicia el lunes 12 de enero de 2009
La sorpresa brotó en la conferencia de prensa; la proporcionó el anfitrión, un consumado experto en las relaciones públicas.
Estamos en septiembre de 1979 y transcurre el segundo día de la visita del presidente Adolfo Suárez a Cuba. El desplazamiento del dirigente español, casi el primer occidental que llegaba a La Habana, había causado considerable expectación; su rueda de prensa era muy esperada. El anfitrión, Fidel Castro, no estaba programado pero se coló en ella.
En un momento determinado, Castro se salió del guión y manifestó que los cubanos no podrían nunca olvidar que, resistiendo toda clase de presiones -léase las de Estados Unidos-, España y el anterior jefe del Estado español -léase Franco- habían seguido comerciando con Cuba y mantenido los vuelos de Iberia.
El comentario tenía su intríngulis. El izquierdista Fidel piropeaba al innombrable Franco y algún periodista español alucinaba a cuadros. De propina, el comandante Castro estaba dinamitando uno de los pilares de la mitología del castrismo, el del que una causa crucial de las penurias de su régimen es el «asfixiante bloqueo» al que la isla está sometida por Estados Unidos. El líder caribeño estaba literalmente negando la existencia del bloqueo: si España, como reconocía, o Rusia, México, etcétera podían comerciar con Cuba, el bloqueo no existía. Habría un importante e incómodo embargo del vecino del Norte, pero no un bloqueo, en el que estás cercado, nadie puede tener intercambios contigo y no te pueden llegar turistas. Los miles de turistas españoles o alemanes, las empresas canadienses o españolas que invierten en la isla, son la mejor prueba de que lo del bloqueo es un pamema.
No muchos de los presentes se percataron de este vital matiz y más de uno de ellos ha venido repitiendo que Cuba está sometida a un agobiante bloqueo. En realidad, este solo ha sido un hecho durante la semana de la crisis de los misiles, cuando Kennedy impuso el cerco de Cuba. El resto del tiempo, unos largos 45 años, Estados Unidos ha prohibido, con excepciones como veremos, viajar o comerciar con Cuba, pero no ha podido frenar, aunque lo haya intentado en alguna ocasión, los contactos de otros países.
Quedamos, entonces, en que estamos ante un embargo de una sola nación. Pero, y pido perdón a los antiestadounidenses por lo que revelo ahora, resulta que el embargo americano tampoco es total: tiene enormes agujeros, boquetes incluso. Resulta, perdón de nuevo, que Estados Unidos es el primer proveedor mundial de alimentos de Cuba, que las ventas estadounidenses a la isla alcanzan en este pasado año del derechista Bush la cantidad de 700 millones de dólares. Si recordamos que el comercio hispano-cubano total es de mil millones, veremos que la cifra estadounidense no es despreciable. Sería algo así como el quinto socio comercial de la isla. Resulta, además, que el odiado Estados Unidos es el primer país en remesas de dólares enviadas a Cuba por los emigrantes.
El embargo de Estados Unidos puede ser injusto -los emigrantes cubanos solo pueden enviar 300 dólares cada tres meses y la periodicidad de sus viajes a Cuba está limitada-, estúpido -se diseñó pensando que las dificultades que crearía en la isla producirían un cambio de régimen- y contraproducente para sus mentores -no solo no ha propiciado un cambio de régimen, sino que ha servido al castrismo para, jugando al victimismo, decir que las penurias y problemas de la isla vienen de ahí-. Pero no es total ni, por supuesto, un bloqueo. Nadie explica, por otra parte, cómo a los cincuenta años de la revolución, y a pesar de los logros de esta, la isla sigue importando más del 80% de sus alimentos y que haya muchos salarios mensuales de 16 euros. ¿Tendrá Washington la culpa de esto?
El embargo puede pronto agrandar sus agujeros. Obama, para escándalo de algunos, ha deslizado que no le importaría entrevistarse con Raúl Castro. El nuevo presidente ganó en Florida, sede del exilio cubano, y sabe que la nueva generación de emigrantes está por restablecer las relaciones con Cuba. No es seguro que a corto plazo dé ese paso. Cuba en los momentos actuales, o incluso Europa, si me apuran, no es una prioridad, pero es harto probable que elimine en breve las restricciones a los emigrantes. Más tarde permitirá viajar a todos los estadounidenses a la isla. Dos tercios de estos lo desean. Veremos novedades.