Cuba: Por qué regresar al nido
La nueva Ley de Inmigración abre las puertas al regreso de miles de cubanos
Por Sandra Abd´Allah-Alvarez el TOQUE Indudablemente, la entrada en vigor de la nueva ley de migración cubana ha abierto las puertas al regreso a la isla de un número considerable, aunque desconocido, de ciudadanos cubanos. Personalmente he conocido de personas que ya lo han llevado a cabo y otros que se lo siguen pensando, pero solo el hecho de tenerlo como una de las posibilidades convierte el retorno en un tema de actualidad en Cuba.
Sabemos que la ciudadanía cubana no se pierde por el hecho de emigrar. Sin embargo, la residencia en el país sí y con ella una buena parte de los derechos y ventajas que hasta el momento de la salida se poseían, algunas tan prácticas como pagar ciertos servicios en pesos cubanos (CUP) o en pesos convertibles (CUC).
Hasta enero del 2013, momento en que se hace efectiva lanueva normativa, la repatriación era un proceso con demasiadas incertidumbres y tropiezos y del cual muy pocas personas podían dar constancia. El permiso de repatriación, o autorización para regresar de manera permanente a la isla y que databa de 1987, se otorgaba con anterioridad por razones humanitarias a personas víctimas de secuestros o mayores de 60 años, obligados a demostrar solvencia económica.
La primera vez que me enfrenté personalmente con el retorno voluntario fue en The Migrar, documental dirigido por la cineasta Mayvis Valls y exhibido en la 8ª Muestra de Jóvenes Realizadores, donde se cuenta la historia de cuatro ciudadanos cubanos que tomaron el riesgo de quedarse en la isla durante un viaje de visita sin haber iniciado el tortuoso proceso que la ley de migración vigente en ese momento concebía.
Entonces son muchas las preguntas que se derivan de la actual posibilidad que ha abierto claramente la nueva normativa, cuando ordena el re-otorgamiento de la residencia a ciudadanos que la perdieron con la emigración: ¿Quiénes son esas personas? ¿En qué condiciones se regresan? ¿Por qué lo hacen?
Alina y Raydel tienen en común el retorno a la isla luego de muchos años viviendo en el extranjero. Ella aún no ha tomado la decisión definitiva, pero cuando viaje a la isla en septiembre próximo comenzará a hacer los trámites. Por su parte Raydel ya tiene su carnet de identidad y entra y sale de la isla como cualquier otro cubano. Acá están sus historias.
Alina, actriz En diciembre de 1988 salió de Cuba casada con un ciudadano argentino, con la intención de residir en el país de su esposo. Unos meses después la pareja decidió irse a España ante la difícil crisis económica que vivió Argentina. Desde entonces vive allí. Al principio fue muy difícil pues no tenía papeles, hasta que en 1992 logró regularizar su situación y comenzó a trabajar y a estudiar arte dramático. Actualmente es profesora de teatro.
Alina lleva un tiempo pensando en la posibilidad de regresar a Cuba, con mayor intensidad luego de la salida de la nueva ley de migración, la que sin duda devuelve a los emigrados cubanos la posibilidad de reencontrarse de manera menos traumática con sus orígenes. No es la primera vez que se lo plantea. Cuando se terminó su relación en el año 90 deseó hacerlo, pero las circunstancias la detuvieron. Aún no sabe si hacer el viaje de retorno de manera inmediata o si esperar a un poco más adelante, porque hacerlo también supone pérdidas:
Aún no sé si quiero regresar a Cuba ahora. En el año 90 cuando yo me separo quise volver, porque la razón que me trajo aquí era el amor y, cuando esto se acaba, yo enseguida quiero regresar con mi gente, con mi hogar, con mi familia. Pero justo cae el Muro de Berlin y mi familia empieza a vérselas crudas.
"Así que mi madre me dice: 'Mira, quédate por el lado de allá porque tú eres la única entrada de dinero en esta casa'. Y yo me quedé. Además que cuando yo me caso no existía el permiso de residencia en el exterior, con lo cual yo había pasado directamente al estatus de emigrada definitiva. Y así pasaron los años. Yo volví por primera vez en el 99. He vuelto varias veces, pero no con la intención de regresar, entre otras cosas porque no podía por el estatus de emigrada definitiva. En cuanto se puede, ya yo me lo empiezo a plantear. Y voy este verano a Cuba a intentarlo, inicio los papeles, tardan en dártelos y yo tengo que mantener a mi hija y los trabajos están muy mal valorados, tanto si trabajas para el estado como si trabajas para un ente independiente. Se trata de llegar y ponerme a currar. La educación y la sanidad no son lo eran, lo que yo recuerdo, están lamentablemente deterioradas, así que no sé. Yo no desisto de la idea de regresar, pero son momentos muy convulsos. Está habiendo ahora una brecha social demasiado grande. Hay diferencias sociales muy grandes y esa no es la Cuba con la que yo conviví, ni la que yo deseo. Entonces, no sé".
Raydel, estudiante de Derecho Luego de 15 años fuera de Cuba en la categoría de emigrado, con la entrada en vigor de la nueva ley de migración en enero del 2013, Raydel vio la oportunidad para regresarse formalmente a la isla:
Decido repatriarme por un asunto de conveniencia, sobre todas las cosas, y porque no iba a ser una repatriación en el estricto sentido de la palabra. No se trataba de regresar a Cuba y quedarme en ella sin volver a salir al exterior.
"Más bien tuve la intención de recuperar la residencia en mi país mediante la repatriación, pues creo que nunca debí haberla perdido, obteniendo con ello cierto sentido de seguridad, de que tendría en Cuba un nido, un techo bajo el cual cobijarme si las cosas en algún momento me iban muy mal en EEUU. Tenía, además, el objetivo de volver a estudiar en la Universidad de La Habana para terminar una carrera mediante la enseñanza a distancia que dejé inconclusa al salir de Cuba. Esa meta está casi por cumplirse y, si todo sale bien, seré licenciado en Derecho en este verano".
El joven había salido de Cuba destino a Bulgaria en el año 1999 y en la escala en Alemania solicitó asilo político. Allí pasó 5 meses y luego llegó a los Estados Unidos. Desde entonces ha vivido en la ciudad de Miami y allí tiene su residencia. Cuando va a Cuba suele alojarse en casa de sus familiares. Sobre cómo fueron los trámites para hacer efectiva su repatriación nos relata:
El proceso fue muy fácil. Yo esperé la entrada en vigor de la nueva ley de migración que permitía que este trámite se hiciera tanto en Cuba, durante una visita, como ante un consulado. Envié la solicitud al consulado en Washington, que a su vez remitió la solicitud a las autoridades migratorias de mi provincia y allá se pusieron en contacto con mis padres. Y en unos cuatro o cinco meses cerraron el caso positivamente.
"Llamaron a mi madre, el 5 de marzo de 2013, de la oficina de Inmigración y Extranjería de Santa Clara y le dijeron que mi repatriación había sido aprobada en La Habana y que el consulado sería notificado para que tramitara la documentación. En realidad fui yo quien envió un correo electrónico al consulado y les dije que ya mi madre había sido informada de la autorización de mi repatriación y ellos lo confirmaron rápidamente. Les envié el pasaporte con el arancel correspondiente y en una semana tenía de vuelta el pasaporte con la habilitación cancelada y una visa de ingreso a Cuba por concepto de repatriación. Al llegar al aeropuerto de La Habana todo fue muy normal. Me dijeron que debía presentarme lo antes posible en la Dirección de Inmigración y Extranjería (DIE) de Santa Clara. Allá solamente le hicieron una copia al permiso de repatriación y me dieron dos planillas, una para ir a confeccionarme el carné de identidad y otra para darme alta en la Oficoda. En un momento me dieron el carné de identidad y acto seguido me fui para La Habana, saqué pasaje para regresar a USA sin el menor inconveniente o cuestionamiento. Después regresé para tramitar el reingreso a la Universidad de La Habana y terminar la carrera de Derecho, que es lo que he estado haciendo desde el 2013 a la fecha".
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