Tras la controversia generada por el concepto presentado por la Facultad de Medicina de la Universidad de La Sabana a la Corte Constitucional y en el que se señalaba que el comportamiento de las personas LGBTI se “aparta del común, lo que constituye de alguna manera una enfermedad”, se ha generado todo un debate, incluso al interior de ese centro educativo.
Ya La Sabana, en comunicados enviados hoy a los medios de comunicación y en declaraciones entregadas a varias emisoras, rectificó lo señalado en ese concepto y dijo que aclaraba y ratificaba “que la homosexualidad no es una enfermedad” y que profesaba “un profundo e incondicional respeto por toda persona, sin distinción de ninguna naturaleza”.
De la misma forma, a este diario han llegado decenas de cartas de personas a favor y en contra de lo señalado por La Sabana. Este diario se permite la reproducción de una carta enviada por un joven, según él, “excelente alumno” de la Universidad de la Sabana, “hijo, amigo, persona… Y gay”. Su identidad no es revelada a petición del estudiante.
A continuación la carta del estudiante:
“No hay forma de describir la frustración que siento en estos momentos. Pareciese como si todo el odio acumulado en el mundo me azotara de la manera más funesta. Las opiniones señalan y juzgan sin conocer. La ignorancia se apodera de las personas e incluso de las instituciones. El significado de libertad está preso y todos estamos presos con él. No quiero llegar a ponerme en el papel de víctima ni mucho menos acudir a la lastima para cambiar el modo de pensar de muchos. Sin embargo y aunque nadie me lo preguntó, ser gay no es fácil.
No hablo de serlo ahora, porque aunque existe tanto odio e ignorancia, vivimos de algún modo en una sociedad más abierta, pero hasta el momento, han sido 21 años de esconder lo que soy por miedo a que me juzguen. Estoy mamado de la hipocresía de muchos que juzgan la violación de los derechos humanos, la violencia de género o la guerra en la que nos hemos visto sumergido como país en los últimos 50 años, pero que están atacando o se niegan a aceptar que otro sea distinto. Estoy harto de no poder estudiar en mi Universidad mostrándome como soy ante mis profesores, compañeros y comunidad en general. Estoy cansado de despertarme cada mañana y meterme en un papel en el que ni si quiera encajo. Estoy cansado que digan que estoy enfermo, que me voy a ir al infierno o que simplemente soy un error de la naturaleza. Estoy harto de que me digan que soy el mal encarnado por ser lo que soy. He sido buen hijo, tengo los mejores padres, soy tan malo como todos y tan bueno como pocos. Tengo sueños, aspiraciones. Quiero ser papá, casarme, salir a la calle con mi pareja tomado de la mano y sin que nadie nos juzgue. Quiero ser un ciudadano más.
No estoy orgulloso de ser gay, pero tampoco me avergüenzo de serlo, simplemente lo soy. Puedo considerarme un gay con suerte, porque aunque he sufrido bullying por serlo, nada ha pasado a mayores. No como a otros que hoy ya no pueden indignarse, porque simplemente no aguantaron la presión, el odio, el rechazo y ya no están.
Con este escrito exijo libertad de ser, exijo respeto, exijo que dejen de decir que estoy enfermo y que jueguen con mis derechos como si yo fuera un ciudadano de tercer nivel. Exijo que la igualdad que está en la Constitución de este ‘honorable’ país sea respetada. Exijo ser yo el que tome la decisión de ser padre. Exijo que dejen de decir que somos violadores, alcohólicos o drogadictos. Exijo que los gays se hagan respetar y que dejen de ser tan banales. Exijo que los padres que hoy rechazan a sus hijos por sus preferencias sexuales no lo hagan, porque, aun así, siguen siendo los mismos hijos que concibieron y parieron.
Exijo que los maestros enseñen a respetar, eduquen a sus alumnos para aceptar la diversidad. Exijo que la Universidad de La Sabana, mi Universidad, deje de lavarse las manos con comunicados de prensa baratos y acepte sus errores como institución educativa. Exijo que todos los jóvenes seamos parte de esta revolución, que no nos hagamos los indiferentes, que las cosas se pueden hacer distintas y más cuando prevalece el respeto hacia el diferente.
Y con convicción hoy repito, como alguna vez el gran defensor de los derechos de los homosexuales, Harvey Milk dijo: “Pueden sentir que no somos malos y saben que debería haber un lugar para nosotros en este gran país… en este mundo”.
Estudiante de la Universidad de La Sabana, (Excelente alumno, hijo, amigo, persona… Y soy gay)”.