La población LGBT, especialmente vulnerable tras el terremoto de Nepal
El Gobierno de Nepal estima que los muertos pueden llegar a 10.000
La población LGBT es una de las más especialmente vulnerables tras las grandes tragedias, como el terremoto de Nepal. En situaciones de desastres anteriores, como en el seísmo de Haití de 2008, a los varones homosexuales se les negó la ayuda alimentaria; y en las inundaciones de Pakistán de 2010 se les prohibió la entrada a los campos de refugiados a las personas transexuales.
El terremoto del pasado sábado (25 de abril) que habría costado la vida a más de 10.000 personas según el Gobierno nepalí ha generado una oleada de solidaridad internacional de países como España, Estados Unidos, Reino Unido, Australia, China, India, Israel, Japón y Pakistán, entre otros , y ha provocado la evacuación de población. Pero Nepal necesita más, debido la escasez de agua, alimentos, electricidad y medicinas.
Sunil Babu Pant, el primer político gay y activista del país, encabeza el movimiento para ayudar a la comunidad LGTBI nepalí. En estos momentos se encuentra en Samalkha, India, desde donde publica reportes en las redes sociales a partir de informaciones que le llegan desde Nepal. Ha abierto un número de cuenta para donaciones.
Las mujeres transexuales y lesbianas en Katmandú y Bhaktapur tienen dificultades a la hora de acceder a los baños, según asegura, y pasan las noches al raso.
El edificio donde se encuentra la sede de la Socidad Diamante Azul, organización LGBT en el país y sita en la misma ciudad, podría derrumbarse. “La planta baja está dañada y tiene enormes grietas que pueden abrirse en cualquier momento”, añade Pant.
“Debido al miedo, la mayoría de las personas de la comunidad se están quedando en la calle y tienen problemas a la hora de acceder a diferentes servicios, porque no cuentan con el apoyo de los forasteros”, explica.
Entre los fallecidos, según ha podido saber Sunil Babu Pant, se encuentran Jyoti Prakash Thapa, activista LGBT y enfermero especializado en VIH en Diamante Azul, y Kumari Bhujal, activista transexual.
****** Nepal es uno de los países más pobres del mundo y vive ahogado en un eterno proceso de transición política tras el fin de la Monarquía en 2008. Aquel año marcó el inicio de un proceso que desde entonces no ha sido capaz de definir un modelo de Estado ni aprobar una Constitución. Encajonados entre la India y China, los 28 millones de nepalíes han sido testigos en la última década de la firma de un acuerdo de paz entre la insurgencia maoísta y el Estado, una Constitución interina, cinco Gobiernos, la elección de dos Asambleas Constituyentes y la abolición de la monarquía.
El pequeño país asiático sufrió un movimiento insurgente maoísta que causó 15.000 muertos entre 1996 y 2006 y forzó la renuncia del rey absolutista Gyanendra, en el poder desde 2001. El país llegó a la democracia en 2008 con la abolición de la Monarquía y la creación de una Asamblea Constituyente que sin embargo fue disuelta en 2012 tras fracasar en su intento.
En noviembre de 2013 se celebraron elecciones para componer una nueva Asamblea Constituyente, que se dio un año de plazo para consensuar la Carta Magna y de nuevo fracasó en enero pasado. Las diferencias entre los partidos tradicionales el Congreso Nepalí y el Partido Comunista de Nepal Unificado Marxista-Leninista (UML) de un lado, que gobiernan en coalición, y de otro los opositores Partido Comunista Unificado de Nepal (maoísta) y las agrupaciones regionales han sido incapaces de ponerse de acuerdo en una carta magna.
Los partidos han estado negociando diversas soluciones de consenso, aunque la forma administrativa federal del Estado sigue siendo un elemento de controversia sin solución. Ese punto de discusión gira en torno a la división territorial y las delimitaciones, competencias, nombres y número de demarcaciones federales que debe tener.
Histórica marginación de las zonas pobres La oposición sostiene que esa división se debería determinar sobre la base de criterios étnicos, algo contra lo que están los partidos gobernantes. También hay desacuerdo sobre la forma del Estado (presidencial o parlamentario), en si se debe conformar un tribunal constitucional y en si la representación parlamentaria debe tener un sustento más representativo o ser designados por votación directa.
La oposición considera que un Estado federal basado en la identidad regional permitiría dar respuesta a las diferencias que han marginado históricamente a algunas zonas pobres del país. La precariedad política se une a la económica. Nepal ocupa el puesto 157 de 187 en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU y la renta per cápita es de 750 dólares según el Banco Mundial.
A pesar de un potencial hidroeléctrico de 83,000 megavatios, Nepal sufre graves problemas de suministro de energía que dificultan el desarrollo económico del país, que además cuenta con escasas carreteras. Las inversiones directas extranjeras supusieron un 0,1 % del PIB entre 2004 y 2009, de acuerdo con el Banco Mundial. Las remesas de los nepalíes en el extranjero suponen un cuarto del PIB de 19.637 millones de dólares del país, según el Banco Asiático de Desarrollo.