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De: cubanet201 (Mensaje original) |
Enviado: 28/04/2015 19:41 |
El Supremo de EE UU, dividido
ante el derecho al matrimonio igualitario
El caso que puede legalizar las bodas entre personas del mismo sexo en todo el país
Una de las parejas demandantes declara ante los medios tras la audiencia de este martes en el Tribunal Supremo
El movimiento a favor de la igualdad de gays y lesbianas ha esperado más de una década hasta encontrar un caso que avanzara hasta la sala de audiencias del Tribunal Supremo y obligara a los jueces a responder esta pregunta: ¿El derecho al matrimonio debe incluir a los homosexuales? La cita se ha celebrado finalmente este martes y los nueve jueces se han mostrado profundamente divididos ante el reconocimiento de matrimonio igualitario como un derecho al que tienen acceso todos los ciudadanos.
En un caso que ha despertado la máxima expectación en todo el país, los nueve magistrados pueden determinar el final del último movimiento por los derechos civiles, el de la igualdad de los homosexuales. El Supremo estudió este martes las preguntas planteadas por 12 parejas que demandaron a los estados de Michigan, Ohio, Kentucky y Tennessee por prohibirles el matrimonio, lo que consideran una violación de su derecho a la igualdad, y por no reconocer los matrimonios de quienes ya se habían casado en otros estados.
Las diferencias entre los jueces abarcan desde la definición de matrimonio, los intereses que debe proteger el gobierno o cuál es el papel de los estados al decidir quién puede casarse y quien no. El juez John Roberts, presidente de la Corte, trasladó a los demandantes su preocupación por “cambiar una definición que nos ha acompañado durante milenios”. En respuesta, la juez Ruth Ginsburg, del ala progresista del Tribunal, defendió que “la idea de matrimonio ya no es la misma que antes”.
En un mundo en el que las parejas homosexuales participan plenamente en la sociedad, resulta imposible defender que les neguemos la igualdad de derechos. Se la merecen ya”.
El juez Stephen Breyer añadió después que al ampliar el derecho al matrimonio a los homosexuales, el poder federal estaría imponiendo la definición de una minoría a la mayoría de los ciudadanos. El defensor de las prohibiciones impuestas por estos cuatro estados recogió el guante y pidió a los magistrados “que no detengan la conversación” con una sentencia que imponga un “cambio social de tal magnitud”.
El juez Antonin Scalia, uno de los más conservadores, declaró que la cuestión no es si existe el derecho al matrimonio, sino quién debe definirlo, los estados o el Gobierno federal. Breyer añadió que “un grupo de ciudadanos están pidiendo a los estados que hagan algo que no quieren hacer”, al obligarles a legislar en favor del matrimonio igualitario. La abogada de los demandantes, Mary Bonuato, argumentó entonces que en el caso Loving v. Virginia que en 1967 acabó con la prohibición de casarse a parejas interraciales, la mayoría de los estadounidenses habría votado en contra, pero el interés de la corte no está en seguir a la mayoría, sino en defender la igualdad de todos los ciudadanos.
Los defensores de las prohibiciones al matrimonio igualitario alegaron que las leyes estatales y federales siempre han respaldado el matrimonio por ser una garantía de procreación y que uno de sus objetivos es la protección de los menores y su vínculo legal con los padres. Los jueces más liberales de la Corte rechazaron sin embargo este argumento, asegurando que ningún Estado podría negar legalmente el matrimonio a una persona que no pueda o no quiera tener hijos.
Esperar nunca ha servido para justificar la desigualdad de un grupo de ciudadanos”, respondió Mary Bonuato, abogada de los demandantes.
“El derecho al matrimonio forma parte de nuestra Constitución”, aseguró la juez Sonia Sotomayor al plantear que si la ley no puede excluir a parejas interraciales o que no puedan tener hijos biológicos, “¿qué justifica la exclusión de los homosexuales?”. El abogado defensor de los estados aseguró entonces que la definición de matrimonio que entiende la mayoría de la sociedad sigue siendo la de un hombre y una mujer. En respuesta, el juez Breyer pronunció una de las preguntas que ninguno de los defensores de la restricción del matrimonio supo contestar: “Si el propósito del matrimonio es proteger el vínculo entre los menores y sus padres, ¿no deberíamos incluir también a los hijos de parejas homosexuales , como ya protegemos a los adoptados?”
En línea con el planteamiento de Sotomayor, los demandantes aseguran que al negarse su derecho a casarse o verse invalidado su matrimonio, tanto ellos como sus hijos están siendo discriminados al carecer de protecciones y beneficios de las que sí disfrutan otros ciudadanos. Las 12 parejas cuentan en este aspecto con el respaldo del Gobierno. El defensor general Donald Verrilli comparó las leyes que prohíben el matrimonio entre personas del mismo sexo con las de la segregación racial, ya que separan a un grupo de ciudadanos. “¿Por qué querríamos mantener esa historia?”, preguntó retóricamente a los jueces. “En un mundo en el que las parejas homosexuales participan plenamente en la sociedad, resulta imposible defender que les neguemos la igualdad de derechos. Se la merecen ya”.
Roberts también se hizo eco de la preocupación de quienes alegan que una sentencia que legalice el matrimonio igualitario a nivel federal acabará con el debate presente en la sociedad. Scalia, por su parte, alegó que el Tribunal no tiene competencias y que EE UU “debe esperar a ver” cómo evoluciona el debate. “Esperar nunca ha servido para justificar la desigualdad de un grupo de ciudadanos”, respondió Bonuato. El juez Anthony Kennedy, que puede tener en sus manos el voto decisivo, reconoció que su preocupación al excluir a parejas gays y a sus hijos de una institución “noble y sagrada”.
La relevancia del caso hizo que la Corte concediera tiempo extraordinario para la audiencia, de dos horas y media de duración. El Supremo dictará sentencia el próximo mes de junio, sólo dos años después de revocar la ley federal que definía el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer. El movimiento por los derechos de los homosexuales recibió con aquella decisión, en el caso Windsor, un impulso que ha consolidado la legalización del matrimonio igualitario en 36 Estados, junto con la capital, en el Distrito de Columbia. La avalancha de cambio coincide además con un amplio respaldo por parte de la sociedad.
El juez Kennedy puede decantar la balanza, una vez más, a favor de la igualdad de la comunidad LGBT en EE UU. En 2013, el juez resultó clave al alinearse con el ala progresista al declarar inconstitucional la ley DOMA que establecía la definición del matrimonio a nivel federal como la unión entre un hombre y una mujer. Aquella sentencia, sin embargo, no reconoció el derecho a casarse de los homosexuales. Los jueces se pronunciarán al respecto dentro de dos meses, cuando puede cambiar el futuro del matrimonio igualitario en EE UU de una manera imprevisible hace apenas cinco años.
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Un amigo me pregunto si yo pensaba casarme ... ¿y por qué yo defendia el matrimonio igualitario?.. Ante esa pregunta no sabia si reirme, callarme o responder...Me decidi por lo último..
Ahora les comento cual fue mi respuestas al curioso amigo.
En todos los años que llevo viviendo en Nueva York y ya son bastantes y espero sean más, aprendi a ser libre, a no tener miedo y siempre decir lo que siento aunque eso me traiga aveces problemas con los que piensan distinto a mí... tambien he aprendido a escuchar y ser tolerante con los demas.
Pues la pura verdad es que núnca he deseado casarme y firmar un papel que solo me haria menos libres a la hora de terminar una relación... Siempre he sido enamorado y muy sexual, pero de casarme nada de nada...O por lo menos nunca tuve esa oportunidad... En mi tiempo cuando estabas enamorado y unido a otro, a esa unión le llamabamos compromiso, osea mi compromiso y a la hora de terminar la relación cada cual seguia por su lado, no habia papeles que romper.. yo siempre he quedado de amigo con mis parejas, que ya suman varias ... la que más me duro fué de 8 años en mi querida Cuba.
En fin que apoyo el matrimonio igualitario no por mi, sino por los que sueñan legalizar su relación amorosa, pero principalmente por las nuevas generaciones y las que vendran, ellas ya no tendran miedo a mostrarse como son, no tendran que vivir una doble vida y tampoco tendran que esperar a que un gobierno de turno,o un ministro religioso le diga si se puede casar con la persona que ama, si es correcto o no los sentimientos de su corazón y de su cuerpo...
Al ser legal el matrimonio igualitario, las parejas tendran los mismos derechos que sus hermanos heterosexuales, y eso es correcto ya que todos trabajamos y pagamos impuestos al gobierno y es muy triste que después de vivir toda una vida con alguien,al final de sus días todo lo logrado con su trabajo no tenga valor legal para reclamarlo en caso de muerte o de enfermedad,.. ya que esa union no era legal para los hombres de leyes..
Esa fue mi respuesta al amigo que me quiso sacar los colores a la cara y solo logro que me sintiera más orgulloso de mi vida y más solidario con el matrimonio gay y todos los derechos humanos que debemos tener...
Ahora solo nos queda esperar a que el Supremo de este gran país diga su ultima palabra y ponga fín a esta lucha de varias decadas... y eso será en Junio, Mes del Orgullo Gay en Los Estados Unidos..
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Tras escuchar argumentos a favor y en contra del
matrimonio igualitario, el Supremo de Estados Unidos mantiene el suspense
Los nueve miembros del Tribunal Supremo de los Estados Unidos han escuchado este martes 28 de abril los argumentos orales a favor y en contra de la inconstitucionalidad de prohibir a las parejas del mismo sexo contraer matrimonio. Como es habitual en estos casos, los analistas han examinado con lupa todas y cada una de las preguntas que los magistrados han hecho a las partes. No parece haber sorpresas: el juez que según las previsiones inclinará la balanza hacia uno u otro lado, Anthony Kennedy, ha hecho observaciones comprometidas para las dos partes. También lo ha hecho John Roberts, a priori alineado con los conservadores. El proceso, como hemos señalado en entradas anteriores, puede significar la definitiva extensión del matrimonio igualitario a todo el país o la regresión hacia una situación de profunda desigualdad jurídica en función del estado en el que se viva.
El Tribunal Supremo anunciaba en enero que en este primer semestre de 2015 revisaría el fallo de la Corte de Apelaciones del 6º Circuito, con sede en Cincinnati, que en noviembre de 2014 decidió sobre los recursos a cuatro sentencias favorables al matrimonio igualitario emitidas por cuatro jueces federales en los estados de Kentucky, Michigan, Ohio y Tennessee. En los dos primeros casos, las sentencias se referían a parejas del mismo sexo a las que no se les permite contraer matrimonio, mientras que en Ohio y Tennessee las sentencias obligaban a reconocer matrimonios ya celebrados en otros estados. La Corte de Apelaciones del 6º Circuito, sin embargo, falló en sentido contrario, al considerar que la decisión o no de autorizar el matrimonio igualitario corresponde a los estados y no es una cuestión que deba dirimirse en base a argumentos constitucionales (en concreto a los derechos al debido proceso y a la igual protección recogidos en la 14ª enmienda a la Constitución de los Estados Unidos), como sí han considerado el resto de circuitos que se han pronunciado hasta el momento (el Décimo, el Cuarto y el Séptimo) y casi todos los jueces federales que han fallado ya sobre el asunto.
Los equipos legales de las parejas demandantes decidieron recurrir directamente al Tribunal Supremo. De las apelaciones presentadas, el alto tribunal decidió dar respuesta a dos cuestiones:
¿La Decimocuarta Enmienda requiere que un estado autorice un matrimonio entre dos personas del mismo sexo? ¿La Decimocuarta Enmienda requiere que un estado reconozca el matrimonio entre dos personas del mismo sexo, cuando dicho matrimonio ha sido legalmente autorizado y tenido lugar fuera de ese estado? A priori: resultado muy ajustado (5-4 a favor, 5-4 en contra…)
¿Cuál es el equilibrio de poder, en este caso? La mejor referencia es la de junio de 2013, cuando el Tribunal Supremo, por 5 votos contra 4, consideró que la sección 3 de la DOMA (Defense of Marriage Act), la norma que prohibía a la administración federal reconocer los matrimonios entre personas del mismo sexo, violaba las garantías de igualdad contenidas en la 5ª Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos.
En aquella ocasión fallaron a favor los cuatro jueces considerados de perfil liberal (Stephen Breyer, Elena Kagan, Ruth Ginsburg y Sonia Sotomayor) y Anthony Kennedy, cuyo voto resultó decisivo y que fue, de hecho, el ponente de la sentencia. En contra fallaron los cuatro jueces de perfil más conservador (Samuel Alito, Antonin Scalia, Clarence Thomas y el actual presidente del Supremo, John Roberts).
Tras los argumentos orales… ¿Dos posibles votos oscilantes?
Pero, ¿qué ha pasado este martes? Sin entrar en mucho detalle, los analistas señalan que, a tenor de las preguntas que han hecho a las partes, la clave estará en dos jueces: el propio Anthony Kennedy, cuyo voto podría volver a ser el decisivo, y John Roberts, que hace dos años prefirió inclinarse en contra de los intereses de los matrimonios del mismo sexo. Ambos han hecho preguntas incómodas para los dos partes.
Anthony Kennedy ha provocado cierta inquietud en los partidarios del matrimonio igualitario al considerar, al dirigirse a Mary Bonauto, abogada de las parejas, que el matrimonio ha sido entendido durante “milenios” como una unión entre un hombre y una mujer. “Es difícil para el Tribunal llegar y decir ahora: ‘bueno, nosotros lo sabemos mejor’”. Kennedy, sin embargo, también se mostraba inquisitivo con John Bursch, que representaba a los estados que prohíben el matrimonio igualitario, al que le pedía explicar por qué el hecho de que dos personas del mismo sexo puedan casarse pone en peligro el matrimonio tradicional. También se ha mostrado preocupado por cómo la prohibición del matrimonio igualitario afecta a los hijos de parejas homosexuales. Kennedy ha afirmado además que “el propósito fundamental del matrimonio es dignificar a las parejas, algo que se niega a las parejas del mismo sexo”.
John Roberts, por su parte, ha mostrado también su preocupación por lo que ha considerado un cambio profundo de la institución del matrimonio, pero por otro lado ha pedido explicaciones a los contrarios al matrimonio igualitario. “Si Sue ama a Joe y Tom ama a Joe, y Sue puede casarse con él pero Tom no… ¿Por qué no estamos hablando de una situación de discriminación sexual?”, se ha preguntado.
Más previsibles han sido las manifestaciones del resto de magistrados, tanto de los más conservadores como de los más liberales. Entre estos últimos han destacado algunos comentarios de Ruth Ginsburg, uno de los votos seguros a favor del matrimonio igualitario, que ha destacado que ya en el pasado la definición de matrimonio ha cambiado, pasando de ser una institución en la que había una parte dominante y otra subordinada a ser una institución igualitaria entre las partes.
En definitiva, nada está claro. El resultado podría ser un 5-4 a favor de la inconstitucionalidad de prohibir el matrimonio igualitario (sería el resultado más coherente con el de hace dos años sobre la DOMA), un 5-4 en contra, o incluso un 6-3 a favor, en caso de que Kennedy mantenga argumentaciones alineadas con la sentencia que él mismo redactó en 2013 y Roberts decida dar la sorpresa. ... La solución, a finales de junio …
Todos necesitan un campeón. Yo quiero ser tu campeón. Hillary Rodham Clinton
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