Miami recibiría a
Elián González “con cariño”, dice su tío Delfín
Delfín González, tío abuelo de Elián González, habla con elNuevo Herald en el patio de su casa en la Pequeña Habana, el 18 de mayo del 2015.
NORA GÁMEZ TORRES -
Tras las declaraciones de Elián González a la prensa estadounidense, en las que afirma que le gustaría visitar Estados Unidos, uno de los familiares que luchó por mantenerlo en Miami afirma que la comunidad cubanoamericana le daría la bienvenida.
“La comunidad lo recibiría con gran cariño. [A] quién mejor que él, que la comunidad lo aprecia, lo adora y lo admira”, dijo su tío abuelo paterno Delfín González en declaraciones el lunes a el Nuevo Herald en su casa de la Pequeña Habana, la misma que agentes federales allanaron—bajo las órdenes de la fiscal general Janet Reno—para tomar al niño y entregárselo a su padre, Juan Miguel González.
Elián, que sobrevivió al naufragio de la frágil embarcación en la que junto a su madre, Elizabeth Brotons, y otras 12 personas intentaba llegar a las costas de la Florida, se convirtió en el centro de una amarga batalla por su custodia, que enfrentó no solo a las dos alas de la familia, en Cárdenas (Matanzas) y en Miami, sino también a los gobiernos de Estados Unidos y Cuba.
“La familia no tiene nada que ver con la política”, subraya González aunque añade que “nunca más” se ha podido comunicar con Elián y con el resto de sus familiares en la isla.
“Antes llamábamos y nos decían que ‘no están aquí o están de gira’ y eso era porque el gobierno tenía las llamadas controladas. Lo único que se ha sabido de él, es lo que se ve por televisión y por amistades que han ido a Cuba”.
No siempre fue así. Antes de 1999—cuando el niño fue rescatado por dos pescadores en el Día de Acción de Gracias a tres millas de la costa de Fort Lauderdale—visitaba a su familia en Matanzas. También “mandaban a pedir zapatos y ropa de JCPenney, éramos igual que todas las familias de Cuba”.
Ahora dice no sentirse seguro si regresa. “Allí no hay ley, es la que ellos dicen y más ‘na, y yo estoy ya muy viejo para coger una prisión”.
En la década del 60, González participó en un grupo que conspiró contra Fidel Castro y estuvo 10 diez años encarcelado en la Prisión Modelo de Isla de Pinos, adonde eran enviados los presos políticos.
Pescador de oficio y a sus 82 años, vive solo en la parte trasera de la casa que durante una década funcionó como un pequeño museo artesanal. Pero sin otro apoyo financiero, tuvo que desmantelarlo y rentar parte de la vivienda para “sobrevivir”.
“El museo se cerró porque ya hacía mucho tiempo. La familia lo hizo solo como un medio de recordatorio y agradecimiento a la comunidad que nos dio ese gran apoyo. Se luchó porque el niño se quedara en libertad pero las cosas de la vida son así, los intereses creados a veces pueden más que los sentimientos de las personas”, dice.
En el patio en el que jugaba Elián con cinco de sus primos, también recién llegados de la isla, su tío abuelo muestra una imagen de la Virgen de la Caridad, la patrona de Cuba, y otros objetos relacionados con Elián, entre ellos un bote con un delfín.
Ambos elementos son claves en las versiones la manera en que Elián pudo sobrevivir. Según estas historias los delfines lo protegieron de los tiburones y el niño habría avistado una imagen de la Virgen en el mar.
Tras quince años, González mantiene que “lo que nosotros hicimos en ese momento fue lo correcto, querer que un niño se criara en un sistema donde tú tienes todas las oportunidades por tus propias acciones y no en un sistema donde el gobierno te manipula”.
“Nosotros no se lo queríamos quitar al padre, sino que viniera aquí a la casa a buscarlo”, agrega.
Otros familiares de Elián, entre ellos Lázaro González a quien un juez le otorgó la custodia de emergencia del niño y su hija, Marisleysis, viven en Miami y han continuado con sus vidas. Lázaro es empleado del Condado Miami Dade y Marisleysis—que tuvo mucha exposición en los medios como una figura maternal para el niño—trabaja en una peluquería, está casada y tiene dos hijos.
“Todo el mundo sigue su vida porque el destino es así, aquí a nadie le ha afectado nada. Solo hicimos lo que podía haber hecho cualquier familia, defender a un niño que estaba indefenso”, opina.
Elián González, de 21 años, estudia ingeniería industrial en la Universidad de Matanzas. Anteriormente estudió en la escuela militar “Camilo Cienfuegos” de esa ciudad. En el 2014 fue condecorado por el Consejo de Estado con la orden “José Antonio Echeverría”.
Frente a las cámaras de la cadena ABC dijo que no guardaba resentimiento hacia su familia en Miami y que quiere la oportunidad de brindar su “amor” al pueblo estadounidense.
“Quizá algún día podríamos visitar EEUU. Yo personalmente querría agradecer a aquellos que nos ayudaron, que estuvieron de nuestro lado, porque estamos muy agradecidos por lo que hicieron”, dijo.