¿Se permite viajar a Cuba para actividades turísticas? No.
Al menos es lo que dice el sitio web del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Y sin embargo, La Habana está llena de estadounidenses, desde el bar Floridita, en donde posan para fotos con un busto de Ernest Hemingway, hasta el Museo del Ron, en donde beben muestras de ron después de caminar entre exhibiciones de toneles viejos.
Claro, algunos estadounidenses siguen las reglas para los viajes autorizados: traer provisiones a iglesias o sinagogas cubanas bajo una licencia para ejercer actividades religiosas, por ejemplo. Otros vienen en tours grupales, también previamente autorizados, conocidos como "people-to-people" con itinerarios temáticos, como el arte.
Pero un 36% de aumento en la cantidad de visitantes estadounidenses que se ha registrado desde que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su homólogo cubano, Raúl Castro, anunciaron una distensión en las relaciones diplomáticas entre ambos países, incluye ahora a muchos viajeros que se saltan las reglas.
Algunos viajan a través de un tercer país y viajan a Cuba desde México o las Bahamas. Otros vuelan por sí solos desde Estados Unidos, tras llenar con indiferencia formas para una de las 12 categorías de viaje autorizadas por Estados Unidos, sin preocuparse mucho de que alguien verifique si lo que anotaron es real.
Del 1 de enero al 9 de mayo de 2015, 51.458 estadounidenses visitaron Cuba, comparados con los 37.459 que lo hicieron durante ese periodo el año pasado, según las nuevas estadísticas ofrecidas exclusivamente a The Associated Press por José Luis Perello Cabrera, un economista del centro de estudios turísticos de la Universidad de La Habana que tiene acceso a cifras oficiales.
Los números incluyen detalles relevadores como los miles de estadounidenses que entran a Cuba a través de terceros países, muchos para evitar las restricciones turísticas impuestas por Estados Unidos.
Hubo 38.476 visitantes que volaron directo de Estados Unidos a Cuba, comparados con los 29.123 durante el mismo periodo del año pasado.
Otros 12.982 estadounidenses llegaron vía terceros países, un aumento de 57% sobre los 8.246 estadounidenses que volaron a Cuba desde otro lugar durante el mismo periodo del año pasado.
México, las Bahamas, Jamaica y las Islas Caimán son las primeras opciones para estadounidenses que entran a Cuba desde lugares fuera de Estados Unidos, dijo Perello.
Cuba también tuvo un aumento de 14% de turismo en general. Los arribos desde 206 países del 1 de enero al 9 de mayo aumentaron de 1.349.903 el año pasado a 1.547.104 este año. Las visitas de Alemania aumentaron 22%; de Francia, 25%; del Reino Unido, 26%; y de España, 16%.
El hecho es que "casi no hay imposición activa" a la prohibición turística bajo la administración de Obama, según el abogado Robert Muse, experto en aspectos legales del viaje a Cuba.
Aquí hay cinco anécdotas de estadounidenses que visitaron Cuba en diferentes tipos de viaje.
"ES MUY FÁCIL"
El neoyorquino Zach Chaltiel, de 28 años, viajó a La Habana desde Estados Unidos con unos amigos después de graduarse de la facultad de derecho. Investigó el viaje en línea, reservó una villa a través de Airbnb, contrató un chofer y llenó una forma diciendo que el objetivo de su viaje era "apoyo para el pueblo cubano", una de las 12 categorías de viaje autorizadas.
"Es muy fácil", dijo Chaltiel mientras compartía tragos con sus amigos en el Hotel Nacional y veía al mar mientras un pavorreal pasaba... pavoneándose. "Sólo quería venir antes de que se americanizara todo".
CURIOSIDAD ACERCA DE UN PAÍS AISLADO
Dos estadounidenses hicieron una visita a la casa de Hemingway, Finca Vigía, y se maravillaron con los trofeos de animales, las bibliotecas personales y las botellas de licor abiertas que hacen parecer como si el escritor aún estuviera ahí. Cerca, estudiantes cubanos se formaban para asomarse y turistas de todas partes del mundo tomaban fotos.
Pero las estadounidenses no querían develar mucho sobre ellas además de su primer nombre, Sabine y Anna. Llegaron vía las Bahamas porque conseguir permiso para viajar de Estados Unidos parecía complicado, dada su variedad de intereses y falta de itinerario oficial. En gran parte, dijo Sabine, "estamos interesadas en llegar a un país que se ha mantenido tan aislado".
PAÑALES, ASPIRINA Y RELIGIÓN
Viajaron de Manhattan a una sinagoga en La Habana y trajeron pañales, aspirinas y preguntas. Nicole Gordon, Rober Bernstein y sus hijas, Danielle y Lara, obtuvieron permiso para viajar a Cuba para realizar una actividad religiosa con una carta firmada por el Consejo Rabínico de Nueva York. Un guía turístico del gobierno cubano los acompañó a la sinagoga El Patronato en La Vieja Habana y otros lugares, como cementerios judíos.
"Queremos contarle a toda la gente de Estados Unidos lo que vemos aquí, las condiciones", dijo Gordon, mientras el guía traducía para los miembros de El Patronato. Los visitantes vieron raídos libros de oraciones español-hebreo, ventanas rotas y fotos viejas. Y aprendieron hechos como éste: no hay rabino en Cuba, así que las parejas se casan bajo la ley civil, luego esperan a que los rabinos que visitan ofrezcan bodas grupales.
Después de entregarse las donaciones, Bernstein puso algo de efectivo en una caja de limosna. "Esperamos que sea de un poco de ayuda", dijo Gordon.
NAVEGAR DE KEY WEST A LA HABANA
El 16 de mayo cinco veleros de cinco metros (16 pies) y más de una docena de embarcaciones de apoyo participaron en la primera carrera oficial de veleros en más de 50 años de Key West a La Habana. La carrera estaba originalmente programada para el 18 de abril, pero se pospuso porque tomó más tiempo de lo esperado obtener permiso del gobierno de Estados Unidos. En la ida, dos veleros fueron destrozados en el fuerte mar —aunque todos los miembros del equipo fueron localizados-, pero el organizador George Bellenger dijo que el valor de viaje superó las pérdidas.
"Abrimos las puertas con nuestros veleros", dijo durante la comida en la Marina "Hemingway" de La Habana, en donde un grupo se quedó en el hotel para esperar un desfile de botes en el puerto y una carrera amistosa con campeones olímpicos de vela cubanos. Al describir siglos de conexiones entre Key West y La Habana, agregó: "Nuestro mantra para el trabajo es 'zanjar divisiones culturales a través de la tradicional herencia marítima"'.
RETAR A PENSAR A LOS ESTUDIANTES
Un grupo de estudiantes de periodismo de la Universidad Estatal de Washington pasaron 11 días en Cuba, y conocieron a periodistas cubanos de periódicos estatales y de Radio Habana, además de cubanos ordinarios, desde un taxista hasta un esteticista. El viaje fue autorizado bajo las normas de Estados Unidos como educativo. Los profesores mantuvieron registros cuidadosos de sus itinerarios, como es requerido por las regulaciones, aunque nunca les han pedido pruebas de sus actividades en viajes anteriores.
Particularmente reveladora fue una visita al "Parque de los Lamentos", donde los cubanos buscan permiso de funcionarios estadounidenses en La Habana para viajar a Estados Unidos. A casi todos se les niega, de ahí los lamentos.
"Socialismo, democracia, no es tan blanco y negro", dijo la estudiante Jessica Shapiro. "Me siento con mucho conflicto y con una buena educación".
"Nuestros estudiantes deben ser retados a desarrollar su pensamiento", dijo Benjamin Shors, uno de los profesores, "¿Qué mejor lugar para promover el desarrollo intelectual que aquí?".
En cuanto a quienes se apresuran a ver a Cuba "antes de que cambie", dijo Muse, creen que en el futuro "habrá Burger Kings en cada esquina. Eso no pasará, pero la gente querrá ver el fin de la revolución de Cuba".