Su muerte en el Everest permanece rodeada de misterio
Unas reveladoras cartas muestran su flirteo con el escritor Lytton Strachey
George Herbert Leigh Mallory (Mobberley,
Su morbosa correspondencia tiene un precio de salida de 56.000 euros
Sus fotos desnudo corrieron por el grupo de Bloomsbury, a los que frecuentó
Por Alfredo Merino
George Mallory es una enigma que sigue fascinando a Gran Bretaña. El hombre que revolucionó (hormonalmente) al muy intelectual grupo de Bloomsbury y que consagró su vida a ser el primer alpinista en alcanzar la cumbre del Everest es un mito que sus compatriotas no han terminado de desentrañar. De ahí la expectación causada por la subasta que la Casa Bonhams ha anunciado para el próximo mes de junio.
Con 56.000 euros como precio de salida, la institución sacará al mercado 34 cartas que Mallory, desaparecido hace 91 años en el Everest, escribió a su íntimo amigo, el escritor Lytton Strachey, de cuyos archivos ha salido la documentación. El marido de la pintora Dora Carrington (aunque conocido homosexual) las guardó con mimo hasta el final de sus días y su contenido ha causado cierta estupefacción en los medios británicos. Las misivas muestran a un Mallory provocador, coqueto, chismoso y, redoble de tambores, abiertamente gay. En las cartas, Mallory compadrea con Strachey diciéndole cosas como "eres una vieja malvada sodomita" y le lanza insinuaciones del tipo "tengo un extraño prejuicio sobre escalar con ropa". Otras veces escribe sobre sus propios amores, en uno de sus textos habla de un chico al que conoció en Chaterhouse. "Un joven de 17 años que acaba de superar la pubertad, con una piel pálida, un pelo rubio y rizado y unos tentadores labios... Su madre me escribió confidencialmente para que me hiciese cargo de él".
Así pues, una nueva luz alumbra a esta figura clave del alpinismo de principios del siglo XX. El nombre de George Herbert Leigh Mallory estará unido para siempre al Everest. Formó parte de las tres primeras expediciones británicas que intentaron alcanzar la cima más alta de la tierra. En ellas mostró sus dotes como alpinista y su absoluta determinación por subir a la cumbre. Llevadas a cabo en 1921, 1922 y 1924, en la última desapareció el día que subía (o bajaba) de la cumbre.
Este suceso es el mayor misterio del alpinismo y la exploración moderna. Aquel día, Mallory fue visto por un compañero a menos de 250 metros bajo la cumbre. Luego las nubes lo envolvieron todo y no se supo nada más. Hasta el hallazgo de su cuerpo en 1999. El descubrimiento aumentó el enigma, pues no conservaba ninguna prueba que certificara su ascensión al punto más alto del planeta, pero tampoco que no lo hubiera conseguido.
Ciertas evidencias, como el punto donde fue encontrado, la posición del cuerpo, que el accidente fuera de noche (no llevaba las gafas de sol puestas) y otras circunstancias parecen certificar que pereció por causa de una caída durante la bajada de la cima, no en la subida. Si esto fuese cierto, el alpinismo se tambalearía, pues Mallory habría conquistado el Everest 29 años antes de la primera escalada oficial, protagonizada por el neozelandés Edmund Hillary y el sherpa Norgay Tenzing en 1953.
Su vida con el grupo de Bloomsbury
Nacido en el condado de Cheshire el 18 de junio de 1886, Mallory empezó a practicar la escalada a los 13 años, bajo la influencia de uno de sus profesores, Graham Irving, con quien viaja por primera vez a los Alpes. A los 19 años continúa sus estudios en el Magdalene College de Cambridge, donde traba amistad con algunos miembros del grupo de Bloomsbury. Allí pudo codearse, entre otros, con los escritores Virgina Woolf o Gerald Brenan, el economista John Maynard Keynes, el pintor Duncan Grant o el citado Lytton Strachey.
El grupo era conocido por su carácter contracultural, su libertad y su rechazo a la rígida moral victoriana que aún reinaba en la época. El interés de Mallory por convertirse en escritor le acercó a ellos, donde fue admitido sin inconvenientes. De hecho, Strachey escribió a Vanessa Bell (hermana de Virginia Woolf) lo siguiente tras conocer a Mallory: "Mi mano tiembla, mi corazón palpita, es él, de seis pies de altura con el cuerpo de un atleta de Praxíteles y una cara -oh, increíble- con el misterio de Botticelli...".
El alpinista convivió un tiempo con los de Bloomsbury. El pintor Duncan Grant le retrató y sus fotos desnudo corren entre ellos. Strachey, de origen aristocrático y famoso por sus gustos sadomasoquistas, fue quien más intimó con Mallory a tenor de su correspondencia. Aunque Matthew Haley, jefe de documentos de la Casa Bonhams, duda de que hubiera algo físico entre ellos. "Aquellas actitudes eran normales en Cambridge ya que no había mujeres. Luego muchos cambiaban".
Sin embargo, años después, en 1914, Mallory le escribe para decirle que se casa con Ruth Turner. "Es difícil que sea una sorpresa para ti saber que abandono las listas de los homosexuales de moda... a menos que pienses que me he vuelto monógamo. Pero puedes estar seguro de que esa catástrofe no ha sucedido".
Mallory finalmente tuvo tres hijos con su mujer que no le impidieron una intensa actividad montañera. Prosiguió sus viajes a los Alpes, donde comparte los veranos con Cottie Sanders. No se sabe con certeza cuál fue la relación con la joven. Según Mallory, "una amiga de escalada" y "un cariño casual".
Las expediciones al Everest son la parte postrera de su biografía, en la que aún falta por conocer el último capítulo. Cuando en 1999 se descubrió su cuerpo, no se encontró la foto de Ruth. En las numerosas cartas que le escribió a su mujer desde el pie de la montaña, prometió dejar su retrato en la cima de la montaña.
Su amigo Lytton Strachey falleció casi una década después, en 1932, a causa de un cáncer de estómago. Su amiga y esposa, la pintora Dora Carrington, no lo soportó y se suicidó.
Andrew Irvine y George Mallory. Everest, 6 de junio de 1924