"En toda la historia del fútbol profesional español nunca ha competido un gay".
Como esta afirmación tiene huecos por todos lados, hasta en los artículos indefinidos, mejor la cambiamos por esta otra: "ningún futbolista ha salido del clóset públicamente en toda la historia del fútbol español profesional". Y aquí, señoras y señores, se encuentra el problema. En otros ámbitos como la política, la ciencia o la comunicación vemos salir a la gente del clóset, pero esto no sucede tan frecuentemente en el mundo del deporte y directamente no sucede en el fútbol español, ni en el colombiano, ni argentino y casi que en ninguna liga del planeta. Por lo menos, en las profesionales. Entonces, quizá, sea el momento de analizar por qué ninguno ha querido o se ha atrevido a decir abiertamente que es homosexual.
"El fútbol es un núcleo de resistencia del machismo", afirma Vicent Borràs, Vicepresidente de FLG (Associació de Famílies Lesbianes i Gays de Catalunya). En la misma dirección se expresa Rubén López, vocero de comunicación de la comisión ejecutiva del FELGTB (Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales): "Uno de los pocos campos plenamente machistas aún es el fútbol. Sus jugadores tienen que ser hombres con virilidad". Por su parte, Paco Jémez, entrenador del Rayo Vallecano, un club que siempre se ha caracterizado por su compromiso con los problemas de la sociedad, explicó en una rueda de prensa que "no estamos preparados para que un futbolista reconozca su homosexualidad".
Todos recordamos los insultos de "Guti maricón" o los rumores sobre la homosexualidad de Guardiola en el fútbol español. Lo curioso del caso es que ninguno de los dos ha resultado ser homosexual y se utilizaba esa condición para ofenderlos. Algo parecido le sucedió a Manuel Neuer, el portero del Bayern de Múnich y de la selección alemana, que a pesar de aparecer a menudo públicamente con su novia, Kathrin Glich, (cosa que nos asegura que sea heterosexual) una parte de la opinión pública lo considera gay por unas declaraciones en las que animó a los futbolistas homosexuales a salir del armario. La prensa peruana lo llegó a considerar 'el Ricky Martín del fútbol' y los estadios de los equipos rivales usan el rumor para atacarlo. Su compañero de equipo Phillip Lahm también consideró que sería "valeroso que un futbolista saliera del clóset", pero su afirmación no provocó tantos rumores, quizá porque ya estaba casado con una mujer cuando la pronunció (lo cual tampoco indica que sea heterosexual). Mario Gómez, jugador de la Fiorentina y compañero de selección de Neuer y Lahm, también se pronunció al respecto afirmando que ser "gay no debería ser tabú".
Manuel Neuer, el portero del Bayern de Múnich
"El fútbol está asociado a un lenguaje machista. Desde pequeños, los niños tienen que escuchar frases como 'juegas como una niña' si no se patea fuerte la pelota. Parece que, ante todo, el fútbol es para demostrar la virilidad y lo machotes que son aquellos que lo juegan. "También se mira mal a los niños que no juegan al fútbol en el patio de la escuela y sus compañeros muchas veces les marginan"- cuenta Borràs. "Hay un tabú grandísimo entorno a la homosexualidad en el mundo del fútbol. En él se han hecho campañas contra la drogadicción, contra el racismo y la xenofobia, pero nunca contra la homofobia", añade López. Por su parte, Paco Ávila, jefe de Deportes de la Agencia EFE en Barcelona, opina que "seguramente es una cuestión cultural. En otros sectores, por ejemplo en el mundo de la farándula, incluso está bien visto despojarse de cualquier tipo de prejuicios y anunciarlo con mayor o menor discreción. Pero en el fútbol sigue siendo un tema tabú".
La situación es tan alarmante que algunos profesionales del fútbol, en cambio, sí se han atrevido a expresar públicamente su rechazo hacia la homosexualidad. Son ejemplos de estos casos futbolistas tan mediáticos como Kaká, quien no recibió de forma simpática el ofrecimiento de la revista gay G-Magazine para posar en su portada al ser elegido como el hombre más sexy en una encuesta entre los lectores. Amenazó con denunciarles si usaban su nombre. Por su parte, Michael Robinson, exfutbolista y presentador de televisión, contestó de la siguiente forma cuando en una entrevista en El País le preguntaron por los motivos por los que los futbolistas no salen del clóset: "Diría que para ser jugador de rugby o fútbol se requiere bastante testosterona. No se necesita tanta para diseñar ropa. No es la misma virilidad, digamos". Los más radicales fueron Antonio Cassano, que escupió que esperaba que no hubiese "jugadores gay en la selección". También existen personajes como Incola Legrottaglie, quien afirmó que "la homosexualidad es pecado. Nunca he visto un gay en el fútbol". O el entrenador Marcello Lippi, que pronunció que "honestamente creo que entre los futbolistas no hay homosexuales". Otro entrenador, Felipe Scolari, seleccionador de Brasil en el pasado Mundial, dijo que "si yo descubriese que uno de mis jugadores es gay, lo echaría de mi equipo".
La escritora y periodista Rosa Montero publicó en abril de 2013 un artículo –'Muy machos'- en El País en el que expresaba ideas como la siguiente: "Viendo los abrazos de los jugadores me quedé pensando en la sorprendente ausencia de homosexuales reconocidos entre ellos. ¡Y luego nos jactamos de que nuestra sociedad es tan tolerante y de que la homofobia ya no existe! De acuerdo: entonces, ¿dónde están los futbolistas gay? Según diversos estudios internacionales, el porcentaje de homosexuales se mantiene más o menos estable en todas las culturas y se mueve en una franja entre el 2% y el 7% de la población. Un puñado de dimensiones perfectamente visibles, diría yo. Repito, ¿dónde están?.. En los JJ OO de Pekín 2008, solo hubo 10 atletas declaradamente gays entre los 11.000 participantes. En los JJ OO de Londres 2012, 20 atletas entre 12.000. No se puede decir que la cosa progrese a velocidades supersónicas".
Pero López avisa que "sería importantísimo para el colectivo homosexual que algún futbolista se atreviera a dar el paso. Sería un enorme paso contra la homofobia".
¿Pero cómo reaccionaría la sociedad si un futbolista profesional español se atreviese a dar el paso? ¿Qué haría la colombiana si un jugador colombiano lo hiciera? "Existe un entorno homofóbico. Y los futbolistas homosexuales temen la reacción del vestuario y de la afición", explica Borràs. "Habría alguna broma, pero se trataría con respeto", opina López. ¿Y la prensa deportiva? "Tendría que ser tratada con respeto, como cualquier cuestión que atañe a la vida personal de los deportistas. Al menos tendría que ser así y me encantaría que fuera de este modo, pero no lo sé. Dentro de la prensa deportiva hay diferentes maneras de tratar las informaciones, pero creo que en este caso habría unanimidad absoluta y se trataría con el respeto que se merece", considera Ávila.
Puede que algún lector crea que, al fin y al cabo, no importa que ninguno haya expresado su homosexualidad públicamente, que la vida privada es de cada uno, como su propio nombre indica. Pero López avisa que "sería importantísimo para el colectivo homosexual que algún futbolista se atreviera a dar el paso. Sería un enorme paso contra la homofobia". En el mismo sentido se expresa Borràs, quien argumenta que "para el conjunto de la sociedad es bueno que cualquier ídolo de masas salga del armario. Sería buenísimo que un futbolista profesional lo hiciese, claro. Sería un ejemplo formidable para las personas anónimas que aún no se han atrevido a salir del clóset. Imagínense el niño del que se burlan en el colegio por tener costumbres poco masculinas. Quizá uno de sus compañeros tiene como referente justo el futbolista que sale del clóset. Ese hecho le haría replantearse a su compañero hasta su masculinidad. Porque desde su visión machista, ¿cómo podría ser que su referente, la persona que él quiere ser de mayor, sea gay?" Y existen, claro que existen. El mismo Gerard Piqué declaró en una entrevista que él conocía compañeros de profesión que eran homosexuales pero que no se habían atrevido a dar el paso.
Thomas Hitzlsperger
En otros países, como Alemania, sí que se han dado casos de futbolistas que se han atrevido a salir del armario. Aunque con un condicionante: lo hicieron público en el momento de su retiro. Este es el caso de Thomas Hitzlsperger, que jugó en la Serie A, la Premier League y la Bundesliga. Se puede considerar el jugador de fútbol más mediático que ha salido del armario. Hizo el anuncio en enero de este año. Pero el diputado alemán Volker Beck, representante del partido verde alemán, declaró que "el fútbol es uno de esos ambientes culturales donde predomina una idea arcaica de la masculinidad, según la cual si no eres heterosexual no puedes jugar". Opinó esto después de recalcar el hecho de que Hitzlsperger hubiese tenido que esperar a decirlo hasta el momento de su retiro: "Aún se debe crear un ambiente seguro para que los jugadores puedan expresar libremente su opción sexual. Creo que si un jugador está activo y declara abiertamente su homosexualidad lo tendrá difícil, de ahí el caso de Thomas Hitzlsperger".
Justin Fashanu: el primer futbolista gay se suicidó
Justin Fashanu, jugador inglés, fue el primer futbolista famoso que se identificó públicamente como homosexual. Lo hizo en una entrevista en el diario británico The Sun en 1990. El mundo del deporte se metió con él después de esas declaraciones, poniéndose las manos en la cabeza por no comprender el motivo por el que en un equipo de fútbol pudiese jugar una persona homosexual. Fashanu tuvo que soportar las bromas de sus compañeros de equipo y los insultos del público durante los partidos. El Torquay fue uno de los pocos equipos que le dio una oportunidad después de sus declaraciones. Más tarde jugó en el Airdrieonians escocés. De allí se fue al Trelleborg sueco y regresó a Escocia para jugar en el Heart of Midlothian. Finalmente probó suerte en Oceanía, bien lejos. Durante todo ese periplo tuvo muchos problemas con la prensa rosa. En marzo de 1998 fue acusado de violencia sexual por un joven de 17 años. Un mes más tarde fue encontrado ahorcado en un garaje abandonado. En su nota de suicidio dejó escrito lo siguiente: "Me he dado cuenta de que ya he sido condenado como culpable. No quiero ser más una vergüenza para mis amigos y familia". Nunca se demostró la culpabilidad de Fashanu y finalmente se desmintieron algunas de las informaciones que había dado la prensa. Robbie Rogers, Wilson Oliver u Olivier Rouyer son algunos de los otros futbolistas que han salido del clóset.
Michael Sam jugador de la NFL
Por otra parte, son bastantes los deportistas mundiales que han hecho pública su homosexualidad en otros deportes. El nadador Ian Thorpe, el jugador de la NBA John Amaechi, el patinador artístico Johnny Weir, las tenistas Amelie Mauresmo y Martina Navratilova, el boxeador Orlando Cruz o el jugador de la NFL Michael Sam. No ocurre así en el deporte español, temerosos de ser repudiados por sus compañeros, por su afición o hasta por sus patrocinadores. Quique Sarasola, exjinete con tres diplomas olímpicos y cuatro veces campeón de España, es el referente de más renombre y el primer deportista de élite español que hizo pública su condición. Fue en 2003 en la portada de la revista 'Zero'.
"Hay un camino importante por recorrer y si los deportistas tienen que ser los espejos donde se miren las futuras generaciones, estaría bien que este tipo de cuestiones se trataran con total naturalidad", concluye Paco Ávila.
Claro está que en Colombia, como en España, no existe un solo futbolista homosexual declarado. Es más, la remota posibilidad parece ser, en la mente de los colombianos, una distopía. Sin embargo, fútbol y homosexualidad ya han aparecido en titulares colombianos. En 2010, el exárbitro de divisiones inferiores Germán Mauricio Sánchez presentó una denuncia penal en contra del exárbitro Óscar Julián Ruiz, el árbitro más reconocido en Colombia en el ámbito internacional, por el delito de acoso sexual. Según Sánchez, Ruiz le pidió un favor sexual que él negó y como consecuencia perdió su trabajo sin ningún motivo válido por parte de la organización. Frente a este lío legal, del cual Óscar Julián Ruiz nunca se pronunció, solo produjo el despido de Sánchez y quedó en la memoria de dirigentes homofóbicos como Álvaro González, presidente de la Difútbol [División aficionada de fútbol colombiana] quien recordó la anécdota para afirmar con veneno en una entrevista, en 2012, que: "Para formar parte de las altas esferas del arbitraje nacional era requisito ser homosexual". González aseguró que le parecía alarmante que existiera un "monopolio de gays" detrás del arbitraje colombiano porque: "quienes llevamos mucho años administrando seres humanos aprendemos más o menos a conocer un poco lo que es la esencia de la vida humana, y por eso yo puedo decir que no hay nada con más posibilidades de contagiarse, no hay peor enfermedad, si se puede llamar así, con el respeto del que la sufra, que el homosexualismo", manifestó González.
Las voces de la comunidad LGBTI son cada vez más escuchadas tanto en países como en diferentes gremios. Sus gritos, banderas y propuestas por la igualdad sin condiciones son enérgicas y poderosas. Pero, ¿cuándo se oirán esos gritos en esferas tan herméticas como el fútbol? ¿Lo harán? Porque hasta ahora parece que el deporte más popular del mundo sigue siendo el último refugio para la homofobia pura y dura.
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