Cómo pasear con correa a tu gato y además pasar un buen rato
¿Has visto alguna vez a alguien pasear a un gato con correa? Es una de las escenas más desconcertantes que te puedes encontrar, a la par que algo tremendamente adorable.
Parece ser que pasear a un gato no es ningún truco absurdo de circo. Muchos felinos se alegran enormemente de poder pasar el tiempo en el exterior, mientras disfrutan del sonido de los pajaritos trinando y del olor a césped recién cortado, igualito que los seres humanos. O quizás más, porque esa actividad puede ayudar a fortalecer el vínculo entre un gato y su dueño, al ser una experiencia para disfrutar en pareja. Sherry Woodard, una experimentada asesora en comportamiento animal de la asociación Best Friends Animal Society, explica a The Huffington Post por qué cada gato debería tener la oportunidad de poner sus mullidas zarpas sobre tierra salvaje.
Así que, amigos, que no os den liebre por gato: las correas ya nunca serán sólo para los perros. Aquí tenéis todo lo que debéis saber:
No todos los gatos querrán pasear con correa, pero todos deberían tener la oportunidad de probarlo.
Pasear a tu gato puede enriquecer su vida. "A muchos les gusta salir al exterior para poder oler y ver las cosas y revolcarse por la arena, la hierba y el barro; también les encanta arañar árboles de verdad. Así que estas cosas las podrían hacer durante un paseo", afirma Woodard.
Cuando sale de casa, un felino usa su cerebro de formas diferentes y más creativas. "El gato pensará más. Pensará sobre cómo puede usar su cuerpo y a qué huelen las cosas. Se volverá más listo y comprometido", según Woodard. El hecho de que ambos estéis haciendo la misma actividad es un beneficio añadido.
El paseo puede transformar a tu gato cobarde en uno tranquilo.
"Muchos gatos carecen de seguridad en sí mismos, pero ganan confianza una vez que se les entrena con correa", explica Woodard. Al darles la oportunidad de explorar sus alrededores, algunos pasarán a sentirse más cómodos en su vida diaria.
No todos los gatos acatarán las órdenes de tu correa.
No todos los gatos acatarán las órdenes de tu correa.
Y no pasa nada. Si el gato no muestra interés por el aire libre, se respetará su decisión.
Se debería hacer un entrenamiento previo en interiores.
Por el bien de la seguridad de todos es crucial empezar el entrenamiento bajo techo, según Woodard. La asesora recomienda adquirir una correa y dejarla dentro de la casa para que el gato juegue con ella y la huela, y así no le tenga miedo. A continuación, hay que ponérsela y asegurarse de que se le ajusta bien, pero que la mascota siga estando cómoda. Luego se debe dejar al gato que lleve la correa él mismo por dentro de la casa. Dejarle que la vaya arrastrando para que se acostumbre a llevar algo amarrado a su cuerpo.
Woodard afirma que es útil recompensar a tu gato con obsequios y mimos durante este proceso: dale una cucharada de comida húmeda para que se distraiga mientras le ajustas el arnés.
El gato debe estar cómodo con su arnés antes de salir al exterior.
Una vez que de verdad estés listo para llevar las cosas a otro nivel (el nivel exterior) abre la puerta y deja que tu gato olisquee la zona y elija la dirección en la que quiera ir (mientras tú sostienes la correa). Sería ideal que el primer espacio exterior fuera un recinto cerrado con una valla y que no tuviera demasiados estímulos. Si vives en una ciudad, puedes considerar poner a tu gato en una jaula para mascotas e ir en coche a algún lugar remoto sin ruidos fuertes o demasiado gentío, que podrían abrumar a la felina criaturita.
Una vez que tu gato se encuentre cómodo con la correa, añade el paseo a la larga lista de cosas que te gustaría hacer con él.
Asegúrate de que tu mascota no se convierte en un maestro escapista.
Woodard informa de que una vez han disfrutado del placer de estar en el exterior, algunos gatos podrían esperar al lado de la puerta para intentar escapar en cuanto se abra. Asegúrate de que dejas claro a tu gato que el único momento en el que va a salir de casa es cuando tenga el arnés puesto.
Descubre alternativas divertidas.
Si a tu gato no le va la vida con correa pero quieres que disfrute de un espacio nuevo, Woodard sugiere la posibilidad de construir un recinto exterior para gatos, un parque vallado al aire libre donde pueda andar a sus anchas. Suena liberador, ¿verdad? Podrías construir un parque así en tu terraza o en tu patio y disfrutar de ese espacio los dos juntos. Esto también puede fortalecer vuestra conexión. Otras posibilidades son una bolsa o un carrito; cualquiera de estas opciones pueden ofrecer a un gato tímido la oportunidad de oler y escuchar el mundo desde una posición segura.
Así que, ¿qué te parece? ¿Dejarás que tu perro y tu gato coman del mismo plato?