Respaldo oficial a matrimonio gay no tiene apoyo en el Congreso
Partidos políticos no ven ambiente para tramitar un proyecto de ley en este sentido. El país volvió a hablar esta semana del matrimonio gay, y aunque el Gobierno parece estar jugado con el tema, en el Congreso son pocas las posibilidades de que avance. El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, le pidió el jueves a la Corte Constitucional que habilite un “contrato análogo al contrato de matrimonio civil vigente”, con el cual las parejas del mismo sexo puedan contraer matrimonio como tal y tener los mismos derechos de las parejas heterosexuales. Esto significa que se les reconozca ese derecho por el que llevan años luchando.
Según el Ejecutivo, esta figura temporal operaría mientras el Congreso define el tema de fondo, como se lo solicitó la Corte. La petición de Cristo se dio en el alto tribunal, que estudia varias tutelas de parejas gais a las que se les ha negado la celebración de matrimonios civiles. Sin embargo, parece que ese espaldarazo del Ejecutivo no tiene eco en el Congreso, donde el mismo jueves llegaron dos proyectos de ley para reglamentar el matrimonio gay, uno del senador de ‘la U’ Armando Benedetti y otro de su colega Roy Barreras, copresidente del mismo partido. Pero estas iniciativas no son las primeras sobre el tema en el Legislativo, el cual ha dado muestras de querer esquivar el asunto. Hace un mes, sin ir más lejos, se hundió el proyecto que buscaba formalizar estas uniones, sin dársele debate. Y en el 2013, luego de una intensa lucha del senador Benedetti, otro proyecto corrió la misma suerte. A falta de una reglamentación del tema expedida por el Congreso, ordenada por la Corte Constitucional, en este momento las uniones gays pueden ser celebradas por jueces y notarios, sin que por ello constituyan matrimonios civiles propiamente dichos.
Para el presidente del Congreso, el liberal Luis Fernando Velasco, la única forma de sacar adelante este asunto en el Legislativo es que los partidos voten en bancada, algo que no suele ocurrir. Recordó que en proyectos anteriores “un importante número de senadores se retiró de la sesión y no votó”, pero resaltó que esta vez el Ejecutivo sí fijó una posición, pues “la vez pasada fue muy neutro”. Su compañero de bancada Harry González, representante a la Cámara, dijo que “no es el momento para presentar estos proyectos de ley”, ya que “el tema podría aprovecharse para hacer campaña”. Esta advertencia sería otro obstáculo por vencer, dado que en este semestre la actividad legislativa se enfocará fundamentalmente en las elecciones de octubre.
Opiniones divididas Por los lados de ‘la U’, Benedetti insistió en que busca que “todos tengamos los mismos derechos ante la ley y podamos casarnos y buscar la felicidad”. Hernán Penagos, representante a la Cámara por el mismo partido, cree que las posiciones en el Legislativo están “muy divididas”. Los conservadores, tradicionalmente cercanos a los valores religiosos, se mantienen en su rechazo a la legitimación de estas uniones y a la posibilidad de que la comunidad LGTBI pueda adoptar niños. Para el representante a la Cámara Heriberto Sanabria, los derechos de estas parejas “ya están contemplados en la normatividad y un desarrollo legislativo solo sería posible luego de consultar al pueblo”.
El senador Efraín Cepeda, también conservador, ve “difícil” que estas iniciativas avancen en el Congreso. “Estos son proyectos que están por fuera de las agendas legislativas y de los compromisos de la coalición de gobierno. En un tema como este se da un voto muy libre de cada parlamentario”, afirmó. En otras palabras, en temas polémicos como los derechos de los homosexuales, los partidos políticos no son muy dados a fijar unas posiciones únicas.
En el uribismo tampoco hay muchos afectos. Para el senador Jaime Amín, aunque se deben “garantizar los derechos patrimoniales y civiles” de esta comunidad, “el matrimonio –desde el punto de vista constitucional y legal– está reglado entre hombre y mujer”. Su copartidario Edward Rodríguez, representante a la Cámara, anunció que estará en contra de esas iniciativas y anunció que le propondrá a su partido “que se les consulte a los colombianos, mediante un referendo, qué debe pasar con el matrimonio gay”.
En la orilla de Cambio Radical, el senador Carlos Fernando Motoa pidió “examinar en detalle el impacto jurídico de lo que se apruebe” sobre uniones gay. Para el representante a la Cámara Jorge Enrique Rozo, los espaldarazos del Ejecutivo a ciertos proyectos son inocuos. “El Congreso no es que esté muy a gusto con el Gobierno. A regañadientes aprobamos los proyectos que se consideran trascendentales, pero cuando no existe ninguna presión, el Congreso no acompaña al Gobierno”, afirmó. La opinión pública tampoco parece tener afecto por que se reglamente el matrimonio entre homosexuales. Al menos así lo refleja una encuesta de Opinómetro según la cual el 64,1 por ciento de los entrevistados está en desacuerdo con que se apruebe esa posibilidad.
En contraste, el Polo y la Alianza Verde se muestran interesados en sacar adelante el tema. El representante del primer partido, Alirio Uribe, recordó que en muchos países “es válida legalmente esta unión” y manifestó que ojalá el Congreso “deje de aplicar los prejuicios moralistas que hay frente a las parejas gays”. Angélica Lozano, representante de Alianza Verde y reconocida defensora de la comunidad LGBTI, dijo que en el Legislativo “opera un bloqueo institucional que ha impedido que se discutan 18 proyectos de ley sobre el tema, presentados a lo largo de 16 años por nueve partidos distintos”. Así las cosas, el panorama en el Congreso para el matrimonio gay no parece abierto y el Gobierno –si quiere sacar el tema adelante– deberá emplearse a fondo, algo que tampoco parece fácil, menos en medio de una campaña electoral como la que vive actualmente el país.
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