Disidentes: más acosados en Cuba, menos financiados desde EEUU Tras el deshielo, los programas de ayuda de EEUU a la oposición cubana se desvanecen
Electo Rossel, estudiante de medicina, en el Malecón de La Habana. ALEXANDRE MENEGHINI REUTERS
Los opositores han sido muy críticos con Obama por apartarlos de las negociaciones
Por Rui Ferreira El 17 de diciembre de 2014, para anunciar el deshielo, Barack Obama argumentó que 54 años de bloqueo "no habían servido para nada". Y que hacía falta "un nuevo enfoque" en las relaciones de Estados Unidos "con el pueblo de Cuba". Nótese que no dijo "con el Gobierno", ni "con el régimen". Sin embargo, los únicos avances que se han producido hasta ahora han sido en las relaciones entre ambos mandatarios y entre ambas administraciones. Es más, la oposición interna a los Castro ha levantado la voz ante lo que consideran pasos atrás: tanto en la isla, pues han aumentado los arrestos políticos, como al otro lado del Estrecho de Florida, pues denuncian que han visto reducidas las ayudas económicas de EEUU a sus actividades.
A principios de junio, un alto funcionario del Departamento de Estado dijo que a partir de la apertura de relaciones diplomáticas a nivel de embajadores, el apoyo oficial estadounidense a la oposición interna se dará en términos 'retóricos', algo así como sucede actualmente con Rusia y China.
Es decir, que los moribundos programas de ayuda a la oposición se van a desvanecer, tal como exigió Raúl Castro cuando se encontró con el presidente Barack Obama durante la Cumbre de las Américas en Panamá.
Ante el cambio de política práctica y viendo que pasaban los meses y no llegaban invitaciones a los disidentes para acudir al izado de bandera de este viernes en La Habana, los principales líderes de la oposición cubana decidieron citarse en Puerto Rico para acordar que harán en el futuro. Y optaron por hacerlo en las mismas fechas en que Kerry pisaría la isla. Si no iban a ser protagonistas en los actos oficiales, no serían segundo plato del secretario de Estado. En términos generales, la oposición ha sido bastante crítica de la Administración Obama por haber mantenido a sus representantes ajenos al proceso de deshielo. Ni fueron consultados ni están siendo informados. Consideran que los han dejado, literalmente, en la estacada.
Representantes legítmos El martes pasado, el senador republicano Marco Rubio -de ascendencia cubana-, volvió a criticar duramente la reapertura de relaciones diplomáticas y a insistir en que, como miembro del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, se opondrá al nombramiento de un embajador estadounidense en La Habana y al incremento del presupuesto de la misión diplomática necesario para su funcionamiento como embajada.
"Los disidentes cubanos son los representantes legítimos del pueblo cubano y merecen un tratamiento de alfombra roja por parte de Estados Unidos, no los representantes oficiales del régimen de Castro", dijo el senador, aspirante a la presidencia en las elecciones del año que viene.
Otras voces también se han alzado desde dentro de EEUU contra el deshielo impulsado por la Casa Blanca. La congresista, también republicana y cubanoamericana, Ileana Ros-Lehtinen es una de las más vehementes. "La presencia de John Kerry en La Habana en su viaje global de capitulación es sólo otro ejemplo del deseo de la Administración Obama de buscar acuerdos sin importar el costo. Al tiempo que los hermanos Castro le den una recepción de gala al Secretario Kerry, el pueblo cubano seguirá siendo oprimido con violencia y detenciones. Mientras el secretario Kerry solamente cambia el letrero de la puerta del inmueble, olvida intencionadamente que el régimen Castrista trata de evitar que el pueblo cubano llegue a nuestro edificio. [...] El arresto de más de 100 líderes democráticos en la semana previa a la visita de Kerry debe ser prueba suficiente de que el régimen castrista no tiene intención de cambiar. Entonces, ¿por qué deben cambiar nuestras políticas?", se pregunta Ros-Lehtinen.
En su opinión, "esta Administración ha demostrado que no impone ningún estándar moral al negociar con regímenes tiránicos".
EEUU y la oposición cubana, dos décadas de financiación Estados Unidos comenzó a ayudar a la oposición cubana a finales de los años 80 con un programa de promoción de los derechos humanos, la formación de periodistas independientes, la entrega de libros y periódicos a bibliotecas independientes y facilitando conversaciones vía satélite con políticos y sindicalistas en Estados Unidos. No hay una cifra exacta de los presupuestos de estos programas, manejados muy discretamente a través de la Agencia de Estados Unidos para Ayuda al Desarrollo (USAID, por sus siglas en inglés). Sin embargo, un estudio realizado por la Oficina del Inspector General del Gobierno, arrojó que a mediados de la década del 2000 ascendían a 61,9 millones de dólares anuales.
La finalidad de estos fondos era sufragar los gastos corrientes de la oposición, cuyos miembros raramente logran un empleo en una empresa estatal -en Cuba, todas lo son-. Pero la distribución de los fondos generó mucha polémica cuando el Gobierno detectó que algunas partidas se estaban desviando en comprar cosas como juegos de vídeo, pagar viajes y otras actividades no relacionadas con un lucha política.
Por otro lado, parte de la oposición, también ha sido financiada por organizaciones del exilio que han promovido la ayuda regular a los disidentes que se encuentran desempleados y no pueden mantener a su familia. Ninguna organización ha querido revelar los fondos destinados a la oposición, pero es de creer que no alcanza los niveles de los que entregaba el Gobierno de Estados Unidos. Todo esto, sin contar con los 25 millones de dólares anuales que la Casa Blanca dedica al presupuesto de Radio y TV Martí, que sirve también para pagar servicios informativos de los periodistas independientes.
La apertura de la embajada, un caso de Estado
"Lo único que quiere [el Gobierno de Estados Unidos] es abrir las puertas de la embajada. Antes, siempre que venía a Cuba alguien de alto nivel de Estados Unidos, encontraban tiempo para reunirse con nosotros antes de su regreso. Pero ahora ya no sucede", se queja Berta Soler, líder de unas de la facciones de las Damas de Blanco, en declaraciones a la agencia Associated Press.
Tim Reiser, asesor principal del senador Patrick Leahy, que tuvo un rol fundamental en el deshielo, trata de justificar el presunto 'ninguneo' a la oposición con razones más altas. "Algunos disidentes sienten que a causa de la decisión [de restaurar los lazos diplomáticos], sus puntos de vista no están siendo atendidos como esperaban. Pero el senador cree que no tiene ningún sentido de seguir con una política que ha fracasado en sus objetivos. No ha ayudado al pueblo cubano y llegó el momento de intentarlo de otro modo".
Y fuentes del Departamento de Estado, saliendo al paso de la polvareda levantada por no haber invitado a la disidencia al acto del izado de bandera en la legación diplomática, abundan en las motivos superiores: "la apertura de la embajada es una ceremonia de Estado a Estado".
Quizás para volver a financiar a la oposición todo se trate de dinero. Ése que se reclaman mutuamente ambos países tras unas cuantas décadas relacionándose diplomáticamente sólo a nivel de 'encargados de negocios'. Estados Unidos reclama una indemnización de la parte cubana por la nacionalización de propiedades estadounidenses al inicio de la Revolución Cubana. Las cifras nunca han estado claras, pero según la Cámara de comercio de Estados Unidos, Cuba debe 7.000 millones de dólares en compensaciones, teniendo en cuenta los intereses generados desde entonces.
La Habana, por su parte, reclama un billón de dólares a Washington por los daños causados por el embargo económico en 54 años. Ya se encargó este jueves de recordárselo a Kerry el decrépito líder, Fidel Castro, en un artículo publicado en 'Granma'. Si no ha funcionado el bloqueo, tampoco eso ha evolucionado en Cuba. Partido único, prensa única... líder eterno.