En el béisbol y en el rugby profesional también hay gays
David Denson se convirti en el primer jugador de béisbol en activo de un equipo de la Major League de EEUU en salir del armario Instagram
El pelotero es el primer jugador declarado homosexual en Grandes Ligas
Jesús Ríos
El pelotero David Denson, de los Cerveceros de Milwaukee, se convirtió en el primer jugador abiertamente gay en el sistema de desarrollo del beisbol de las Grandes Ligas, según reveló él mismo en una entrevista con el diario Milwaukee Journal-Sentinel.
Denson es primera base con el Helena Brewers en el nivel novato de las Mayores.
De 20 años, Denson dijo hace un mes a sus entrenadores y compañeros que era homosexual.
"Hablé con mis compañeros de equipo y ellos me dieron la confianza que necesitaba", dijo Denson al diario.
"Ellos me dijeron: 'Tú sigues siendo nuestro compañero de equipo. Aún eres nuestro hermano. Es como que tenía una idea, pero tu sexualidad no tiene nada que ver con tu capacidad. Sigues siendo un jugador de pelota al final del día. Nosotros no te tratamos diferente'".
Denson señaló entonces que "eso fue un alivio enorme para mí. Nunca me quería sentir como si estuviera forzándolos a ellos. Simplemente sucedió. El resultado fue increíble. Fue bueno saber que mis compañeros me ven por lo que soy, no por mi sexualidad".
Denson jugó la temporada pasada con los Timber Rattlers de Clase A en la Midwest League de Wisconsin, tres niveles por debajo de las Grandes Ligas en el sistema de desarrollo de talentos de Estados Unidos, y fue reasignado al equipo de nivel inferior para los jugadores de primer año a principios de esta temporada.
"Espero que abriré los ojos de la gente en general que todos somos personas, somos humanos, somos hermanos en el deporte", añadió Denson.
El día anterior a que David Denson se convirtiese en el primer jugador de béisbol en activo de un equipo de la Major League de EEUU en salir del armario, Michael Sam, el primero que lo hizo en la liga de fútbol americano, decidía alejarse de su carrera profesional por cuestiones de salud mental. Veinte meses de lucha en un mundo tan cerrado como el del deporte, todavía incapaz de gestionar la homosexualidad de sus jugadores, habían sido suficientes para disuadirle de sus aspiraciones. "Cuando salió del armario no tenía ni idea de lo que le esperaba", aseguró el entrenador jefe de los Montreal Alouettes, el equipo de Sam. Y tenía razón. Sam había conseguido el apoyo de su equipo, el cariño de sus compañeros y la aceptación del público, que le paraba para darle la enhorabuena por su valentía, pero no fue suficiente. La presión pudo con él.
La valentía de Denson
El caso de Denson se parece mucho al de Michael Sam. Cansado de tener que vivir una doble vida, fue un compañero el que le dio el empujón que necesitaba para salir del armario. Sin querer, se dirigió a él con un apelativo poco cariñoso para referirse a los gays, cosa que sentó muy mal a Denson y le animó a sincerarse delante de sus compañeros. "No quería presionar a nadie", asegura Denson. "Solo pretendo dar todo de mí en el deporte y ver hasta dónde soy capaz de llegar". Cuando finalmente reconoció que era gay, tenía ya a todo el equipo prestándole atención. "Fue increíble", declaró al Milwaukee Journal Sentinel, "saber que mis compañeros me apoyan en esta situación y que me juzgan como persona y no por mi sexualidad significa mucho para mí".
Las 'diferencias' se pagan caras
El mismo fin de semana en que Denson hacía historia en la liga de fútbol americano, Keegan Hirst se convertía en el primer jugador en activo de la liga británica de rugby en reconocer públicamente su homosexualidad. El destino quiso que coincidieran dos jugadores en su momento álgido de gloria profesional y en dos deportes de gran repercusión mediática en sus países de origen y donde la imagen de macho resulta esencial. Un ambiente fervientemente masculino y competitivo en el que las "diferencias" se pagan caras.
"Me convencí a mí mismo de que no podía ser gay, de que era imposible"
No sería el primer caso de deportista que sale del armario y trunca su carrera profesional. El mismo ambiente en el que, paradójicamente, Hirst comenzó a sentirse libre."Tuve una esposa e hijos. He sido constructor, portero y he trabajado en fábricas. ¿Cómo podría ser gay?", se sinceró al Sunday Mirror. "La primera vez que me sentí libre de ese tormento fue cuando entré en un campo de rugby".
"Al principio no podía ni siquiera pensar: 'soy gay'. Ahora siento como si hubiese dejado escapar una bocanada de aire que lleva aguantando demasiado tiempo". Hirst, criado en una región al sur de Leeds, se había dejado llevar por lo que la sociedad considera 'normal'. "Con 16 años te obliga a tener una novia y acostarte con ella, sobre todo si eres jugador de rubgy. Me convencí a mí mismo de que no podía ser gay, de que era imposible". Afortunadamente, un buen día tocó techo, se divorció de su mujer y decidió hacer frente a su nueva vida. "Ahora me siento libre", declara con convicción. "Me siento cómodo en mi propia piel, probablemente por primera vez en la historia".
Tanto uno como el otro han obtenido el apoyo de sus compañeros de equipo, de las organismos federados, de los hinchas y de la opinión pública, pero esto no es suficiente. Martin Owens, el fundador del primer equipo de rugby LGTB del mundo, tiene claro cuál es el camino. "Es estupendo que un deportista salga del armario, especialmente para que la gente joven puedan verse reflejada en alguien como ellos y darse cuenta de que pueden practicar deporte sin necesidad de esconder quiénes son en realidad".