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De: SOY LIBRE (Mensaje original) |
Enviado: 26/08/2015 15:05 |
No les llame gays, llámelos heterosexuales flexibles.
Están tan seguros de su identidad que no les importa de vez en cuando experimentar cosas diferentes
Cubanos pingueros- Fotografia de Kevin Slack
Por qué hombres ‘hetero’ tienen sexo con otros hombres
Por Miguel Ángel Bargueño - El País
Sí, ha leído bien: hombres que tienen sexo con otros hombres y no son homosexuales. Resulta más habitual de lo que algunos puedan pensar. La cosa es bien simple: un hombre heterosexual conoce a otro (en un bar, a través de una red social de contactos, da igual cómo) y deciden darse un revolcón. Es más, lo encuentran satisfactorio. Después, cada uno sigue con su vida perfectamente hetero, sin que el encuentro les haga dudar de su orientación. ¿Qué mueve a algunos varones a estas prácticas? Y, ¿por qué es incorrecto catalogarlos como gays?
En nuestros días, la aceptación de la diversidad sexual es mucho mayor que en el pasado. “A medida que hay una mayor tolerancia todos salimos un poquito de nuestros armarios”, sostiene Joan Vílchez, psicólogo clínico, psicoterapeuta y sexólogo. “Hombres que no acaban de sentirse muy satisfechos pueden tener la ocasión de tener relaciones con otras mujeres, con un hombre o probar ciertas prácticas que en otros tiempos estaban más censuradas”. Para Juan Macías, psicólogo especializado en terapias sexuales y de pareja, “conceptos como heteroflexible o heterocurioso están permitiendo a los hombres explorar su sexualidad sin necesidad de cuestionar su identidad como heterosexuales”. Por otro lado, Internet facilita el contacto, que puede ser virtual o físico.
A los especialistas les parece lo más natural del mundo, parten de la premisa de que una cosa es la orientación sexual de un individuo y otra las prácticas que este lleve a cabo. “La orientación sexual”, explica Macías, “está construida socialmente, son categorías rígidas y excluyentes, con implicaciones que afectan a la identidad individual y social”. Forzosamente, uno debe encajar en alguna de estas tres clasificaciones: heterosexual, homosexual o bisexual. En cambio, “la práctica sexual es más flexible y más libre, es un concepto descriptivo. Se abre un espacio tremendamente sano en el que la exploración del deseo se libera de la identificación con una orientación sexual”,explica Macías.
Es tan natural que viene de lejos. Que un hombre emparejado con una mujer tuviera un amante no era inusual en la antigua Roma. Por no hablar de las que se montaban en las bacanales. Y jóvenes de todas las épocas han recurrido a pasatiempos de difusa carga sexual. “En la adolescencia es bastante común que haya juegos de cierta genitalización: a ver quién mea más lejos, a ver quién la tiene más grande, hay tocamientos…”, indica Joan Vílchez. “No dejan de ser incursiones homosexuales, pero todavía predomina el modelo heterosexual y se realizan desde la transgresión propia de la juventud”, señala el psicólogo.
Un nuevo modelo: SMSM En 2006, un estudio sobre la discordancia entre comportamiento sexual e identidad sexual realizado por investigadores de la Universidad de Nueva York (EE UU), halló que 131 hombres de los 2.898 analizados admitían tener relaciones con hombres pese a definirse como heterosexuales. En opinión de los expertos, representaban a un 3,5% de la población. Desde hace años, los médicos emplean las siglas HSH para referirse al conjunto de hombres (heteros o gays) que tienen sexo con hombres. Pero, recientemente, ha aflorado otro acrónimo más preciso para definir a este grupo: SMSM (straight men who have sex with other men, hombres hetero que tienen sexo con otros hombres). Portales web como Straightguise.com están consagrados a abordar el tema.
El pasado julio se publicó en EE UU el libro Not gay: sex between white straight men (No gay: sexo entre hombres blancos heterosexuales), en el que la profesora Jane Ward, de la Universidad de California, se hacía este planteamiento: una chicahetero puede besar a otra chica, puede gustarle hacerlo y aun así se la sigue considerando hetero; incluso su novio puede animarla. Pero, ¿pueden los chicos experimentar esa fluidez sexual? ¿O besar a otro chico significa que son gays? La autora cree que estamos ante un nuevo modelo de heterosexualidad que no se define como lo opuesto o la ausencia de homosexualidad. “La educación de los hombres ha sido bastante homofóbica. Se les ha hecho creer que es antinatural tener esos impulsos hacia otros hombres”, explica Joan Vílchez.
Probando, probando El perfil más extendido es el del explorador sexual: aquel a quien le gusta probar cosas nuevas Las motivaciones, como es lógico, son múltiples. El perfil más extendido es el del explorador sexual: aquel a quien le gusta probar cosas nuevas. “Experimentar una relación homo le resulta novedoso, y aunque le gustase no podríamos decir que es homosexual, sino que le gusta esa práctica”, dice el doctor Pedro Villegas, médico de familia y sexólogo. El psicólogo Joan Vílchez comparte esa idea. “Está muy de moda la bisexualidad, y en realidad todos somos bisexuales: si cierras los ojos te costaría identificar quién te está acariciando, si es un hombre o una mujer. No hay un hombre que sea cien por cien homosexual ni cien por cien heterosexual”, sentencia.
Otra de las causas es cierto desencanto con las mujeres, frecuente después de algunas rupturas matrimoniales. Joan Vílchez lo explica: “Cuando una pareja heterosexual está en crisis es habitual que algunos hombres sientan que no se entienden con las mujeres, que son incapaces de llevarse bien con ellas y es como que miran para otro lado. Se produce una especie de regresión, se vuelve a un estadio anterior en el que con los hombres se sentían bien juntos, como en la adolescencia. En muchos casos es una necesidad afectiva que sexual real”.
De hecho, para este especialista, a veces estas relaciones eróticas esconden una necesidad de afecto que el hombre no está acostumbrado a expresar: “En los hombres hay mucha tendencia a genitalizar. Entre la cabeza y los genitales tenemos el corazón, que representa los sentimientos, y las tripas, que simbolizan los comportamientos más viscerales y las emociones más intensas, y es como si los hombres hubiéramos aprendido a hacer un baipás:pasamos de la cabeza directamente a los genitales sin acabar de vivir las emociones. A las mujeres, por tanta represión de su sexualidad y miedo al embarazo, les ocurre lo contrario: les cuesta mucho genitalizar. Para un hombre a veces es más fácil hacer eso que descargar emociones más sutiles o decirle a otro hombre: ‘Es que me siento inseguro, tengo miedo, me siento débil, no sé lo que quiero”.
El impulso narcisista Entre los hombres heteros que se acuestan con hombres también hay muchos narcisistas. “Es aquel a quien le gusta que se fijen en él. Se da mucho en los gimnasios: le agrada despertar admiración y no le importa que provenga de hombres o mujeres”, apunta Eugenio López, psicólogo y sexólogo. Otros simplemente tienen ganas de ligar y acuden a garitos gays de sexo duro porque piensan que allí les resultará más fácil.
Hay hombres heterosexuales que se enrollan con hombres porque les gusta; otros, porque no les queda más remedio: pensemos en aquellos privados del contacto con mujeres durante largas temporadas (¿eran gays los protagonistas de Brokeback Mountain?)“El ser humano se rige por sus pensamientos”, razona Eugenio López. “Y si cree que está perdiendo su sexualidad por la falta de una mujer, puede reafirmarla con otro hombre. Suelen empezar con un simple roce”.
Si no hay conflicto, no hay problema Algunos de estos nuevos heterosexuales han podido sentir este tipo de impulsos en el pasado y no se han atrevido a dar el paso. “Luego llegan circunstancias de la vida que se lo ponen ahí en bandeja y deciden vivirlo, pero eso les genera un conflicto porque por una parte les proporciona placer pero por otra amenaza un poco su estatus y su imagen: ‘¿Soy o no soy?’, se preguntan”, comenta Joan Vílchez. También pueden sentirse confundidos aquellos que llegan al SMSM por la carencia de una figura paterna positiva en su infancia: “A veces, para reforzar su masculinidad, se integran en actividades ‘de hombres’ (fútbol, gimnasio) o tienen contactos sexuales con otros hombres, aunque lo que buscan es sobre todo comprensión y cariño”, agrega Vílchez. Los psicólogos están de acuerdo en que su intervención sobra, siempre que estas experiencias no provoquen un conflicto en el sujeto. “Si a él no le está fastidiando, ahí no hay nada que tratar”, concluye Pedro Villegas.
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Follo con otros hombres y soy hetero!
(Fotos Burbujas de Deseo)
De hace un buen tiempo para acá hemos estado escuchando mucho las siglas HSH, pero que significan? En terminología biomédica, significa “Hombres que tienen sexo con hombres” pero vosotros pensareis que eso es insólito, lamento informaros que no, la orientación sexual no está determinada, por la cantidad de veces que tenemos sexo con alguien, sea mujer u hombre, en toda la extensión de la palabra, esta terminología está indicada para contar a los hombres que tienen relaciones sexuales con otros sin importar su orientación, solo la exposición a las ITS y al VIH, en otras palabras solo se utiliza para generar una población en la cual contar los números de encuentros sexuales con personas de su mismo sexo.
Huy! Que rollaso, pero vosotros que pensaríais si os dijera que un hombre heterosexual, puede tener sexo con otro hombre sin considerarse así mismo, como gay u Homosexual?
De acuerdo con la profesora Jane Ward, en muchas ocasiones, esta actividad con personas del mismo sexo es una exhibición de su heterosexualidad a prueba de bombas y una expresión de su homofobia.
De acuerdo con la publicación, si dos mujeres se besan delante de un grupo de personas, habrá un gran número de explicaciones para su comportamiento, además, es probable que sus propias parejas las animen a hacerlo. Sin embargo, no resulta igual en el caso de los hombres. Si en una fiesta un hombre besa a otro en la boca, o le toca el trasero –actos considerados normales dentro de la heterosexualidad femenina–, la explicación sólo puede ser una, y es que es un homosexual reprimido.
Con el objetivo de poner esta teoría en tela de juicio y ofrecer una visión distinta, la profesora de la Universidad de Riverside en Nueva York, Jade Ware, acaba de publicar el libro Not Gay: Sex Between Straight White Men (NYU Press), en el que defiende la flexibilidad sexual masculina y explica cómo los hombres heterosexuales buscan excusas para masturbarse en grupo, tocar mutuamente sus genitales o, directamente, intimar con otros varones, pero en contextos que ellos no considerarían sexuales.
Ward ha localizado un gran número de contextos donde hombres heterosexuales se las arreglan para llevar a cabo actividades inequívocamenente sexuales. Al contrario de lo que la sexología y la sociología habían establecido hasta ahora, los varones no intiman con otros varones tan sólo en contextos de necesidad y ausencia de mujeres, sino que también lo hacen incluso cuando no hay ninguna escasez.
LA NECESIDAD
La necesidad es uno de los puntos clave en la investigación de Ward. El discurso biológico clásico sobre el varón sugiere que este es rehén de sus impulsos sexuales, sea homosexual o heterosexual, por lo que si un hombre fantasea o llega a alternar con otro hombre es porque en realidad es homosexual o bisexual. Este determinismo sociobiologicista es muy pernicioso, en opinión de la autora, puesto que presenta al ser humano como un animal que no puede escapar a su programación.
¿POR QUÉ ALGUNOS HOMBRES FOLLAN CON OTROS HOMBRES?
En muchas ocasiones, esta actividad con personas del mismo sexo es una exhibición de su heterosexualidad a prueba de bombas y una expresión de su homofobia, según la autora, quien explicó en una entrevista publicada en Science of Us, que esto representa una oportunidad para decir “mira, soy tan hetero que puedo hacer lo que sea sin que ello tenga ninguna consecuencia en mi orientación sexual diaria”.
NI HOMOSEXUAL, NI BISEXUAL
Plantea la publicación que si algunos hombres se sienten confusos ante esto es porque la cultura aún no ha sido capaz de darle ningún nombre a lo que experimentan. Por lo general, como explica Science of Us, los hombres se justifican aduciendo que no había ninguna mujer a su alcance. En realidad, no tienen a su disposición ninguna razón que encaje con su percepción de sí mismos, es decir, que explique por qué han disfrutado con ello sin poner su heterosexualidad en duda.
“No hay ningún lenguaje que circule cotidianamente que ayude a los heterosexuales a explicar sus encuentros sexuales con otros hombres,mientras que las mujeres tienen un gran número de narrativas socialmente aceptadas a las que pueden aferrarse”, plantea Ward.
Muchos hombres han tenido encuentros con otros hombres, pero ello no quiere decir que sean homosexuales reprimidos, dice Ward en una entrevista con Queerty. El resto de su vida es completamente heterosexual, suelen casarse con mujeres y tener hijos sin pensar que en ningún momento han traicionado su origen biológico ni dudado acerca de su sexualidad, indica.
Ninguno de estos heterosexuales que hacen el amor con otros heterosexuales están interesados por la cultura gay o queer. Estos varones se comportan en todas las facetas de su vida como heterosexuales,salvo que de vez en cuando, se permiten hacer una excepción, sentencia la autora.
¿Y vosotros no creeis que esconde su homosexualidad o bisexualidad? que opinais de este estudio?
(Fotos Burbujas de Deseo)
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