El teólogo católico David Berger lo tiene claro:
‘Más del 50% de los sacerdotes en el Vaticano son homosexuales’
...La doble moral del Vaticano ...No hagan lo que yo hago, sino lo que yo digo...
Berger ha hecho estas incendiarias declaraciones tras saltar un nuevo escándalo que ha salpicado al Vaticano por el que ha sido destituido el prelado polaco del Santo Oficio gay, Krzysztof Charamsa, quien presentó públicamente a su novio catalán. David Berger es un teólogo católico de origen alemán que, además, es filósofo y redactor jefe de la revista gay Männer. Su principal campo de trabajo ha sido la historia y la doctrina de Santo Tomás de Aquino, así como la homosexualidad y la Iglesia católica. A su salida del armario como homosexual le siguió una controversia sobre el estatus de los homosexuales en la Iglesia católica. En mayo de 2011 el arzobispo de Colonia, Joachim Meisner, le retiró la ‘missio canonica’, el derecho a enseñar religión católica en las escuelas, con lo que perdió su puesto de trabajo.
El controvertido teólogo asegura que el Lobby Gay tiene un gran poder en el interior del estado papal. Según su propia experiencia, ‘'En el Vaticano experimenté que el número de hombres gay era aún mayor", ha dicho en una entrevista con la revista alemana Stern.
Berger, que presume de no tener pelos en la lengua, también dijo que la Santa Sede emplea a hombres gay porque trabajan ‘excepcionalmente bien ya que la culpabilidad de lo que son les lleva a ser mejores sacerdotes’, y añadió, "Por un lado hay la homosexualidad sigue estando demonizada en la Iglesia. Es un pecado muy grave, Y, por otro lado, la imagen de un sacerdote célibe, que nunca se cuestionó la idea de no tener una esposa, era muy atractiva para los hombres gays’.
Durante la entrevista Berger explicaba el funcionamiento de la Iglesia de Roma, 'Todos son ventajas: Tener muchos hombres gays con una conciencia culpable. Hacen todo lo posible para ser especialmente inteligente, leales al Papa y trabajan muy duro", dijo, "Es por eso que tienen las mejores posibilidades de tener una carrera brillante que les permite entrar en el Vaticano. Y allí se encuentran con una red de hombres gays que se ayudan entre sí".
Berger también ha dicho que la regla más importante en el Vaticano era que ‘mientras que se pudiera tener sexo gay, en público siempre deben permanecer fieles a los principios de la Iglesia y no hablar de ello’.
David Berger se muestra duro y muy crítico con su carrera en la Santa Sede, 'Después de ser expulsado me di cuenta que me frustraron todas las expectativas'.
En su libro Der heilige Schein: Als schwuler Theologe in der katholischen Kirche («La santa hipocresía: en la Iglesia católica como teólogo gay»; el título es un juego de palabras entre Heiligenschein como «aureola» y heilige Schein, «santa apariencia», en la que Schein toma el significado de «hipocresía» o «falsa apariencia»), que fue reeditado en tres ocasiones en las primeras seis semanas tras su aparición, Berger analiza de forma crítica el trato que la Iglesia católica da a la homosexualidad.
Desde 2005 la Iglesia prohíbe explícitamente a los homosexuales la entrada al sacerdocio, lo que es empleado por los superiores para mantener a los curas leales, lo que en el contexto de la Iglesia de Benedicto XVI significaba ser conservadores.
El libro de Berger tiene una fuerte componente autobiográfica, dando una visión en determinadas fases de su vida. En ellas aclara, también de forma autocrítica, en el sentido de una revisión y superación de su comportamiento anterior, su pertenencia a determinados círculos católicos, a los que entretanto ha dado la espalda.
El periodista Christian Geyer escribió: «Como mínimo me parece claro en cuanto a la evaluación moral teológica de la homosexualidad: el Vaticano ya no puede avanzar con su mezcla de discreción y represión después de este libro.» Thomas Assheuer consideró en su charla en Die Zeit: «Este libro pertenece a los más increíble que se puede leer en este momento sobre la Iglesia católica».
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