Sabían que el Vaticano posee la cantidad de
dinero suficiente para acabar con la pobreza mundial dos veces
El vaticano y sus riquezas
¿Cuanta plata tiene el vaticano?
El Vaticano acopia el segundo tesoro en oro más grande del mundo
En la revista italiana “Oggi” el tesoro en oro del Vaticano, en base a “informaciones extraordinarias” fue colocado detrás del de los EEUU, como el segundo más grande del mundo con: 7000 millones de liras = 3.500.000.000 Euros. En comparación el valor del tesoro en oro del estado de Italia es de “sólo” 400 mil millones de liras. Esto fue en 1952. ¡Cual será el tamaño actual del tesoro del Vaticano? Calculemos el incremento del valor, entonces el valor del oro sería hoy un 63 % más alto. Con la venta del tesoro del Vaticano, según el momento de un eventual desembolso, podría haber producido una ganancia de un 650 %. Y aquí uno se pregunta:
¿Cómo llegó el Vaticano a este enorme patrimonio en oro?
El Vaticano juega al póker con enormes reservas financieras en Wallstreet
Las reservas financieras exteriores del Vaticano se encuentran concentrados principalmente en Wallstreet. En total el patrimopnio de la central de la iglesia, en acciones y otras participaciones en capitales, en el año 1958 deberían haber alcanzado unos 50 mil millones de marcos alemanes” . Esta cifra, mientras tanto, debe haber crecido probablemente en mucho más de 100 mil millones de Euros.
Las riquezas del Vaticano son incalculables:
En España la Iglesia católica es una gran potencia inmobiliaria. No hay pueblo sin iglesia, ni ciudad sin catedral, ni casi monte sin ermita. Se calcula que el patrimonio eclesiástico está integrado por 100.000 inmuebles. O dicho de otra forma, el 80% del patrimonio histórico-artístico nacional pertenece a la Iglesia. Para muestra, el 70% del suelo habitable de la ciudad vieja de Toledo está en manos de la Iglesia. Y lo mismo puede decirse de Ávila, Burgos o Santiago de Compostela. Nadie sabe la cuantía total del patrimonio eclesiástico. La Iglesia no lo dice, escudándose en el funcionamiento diocesano de la misma.
El tesoro en oro acumulado por el Vaticano es posiblemente uno de los más grandes del mundo. A los indígenas de América –que fueron matados a millones por este oro– hasta el día de hoy no se les ha devuelto nada.
La Iglesia española es accionista de empresas como Inditex (Zara), Endesa, Banco Popular o Teléfonica. A través de Umasges, la sociedad creada por la cúpula eclesiástica, ésta invierte en Bolsa.
La Santa Sede es propietaria de acciones en la General Motors, IBM y Disney, además es inversora en empresas de alimentación (FOCUS-online). A esto hay que añadir empresas de servicios y de telecomunicación, así como bancos y aseguradoras valoradas en más de 12.000 millones de euros.
La millonaria Iglesia exige al Estado cada año millones de euros en subvenciones :
El Estado español y la Santa Sede firmaron el 3 de enero de 1979, entre otros, un Acuerdo sobre Asuntos económicos de la Iglesia católica española, que contiene su financiación y su exención de impuestos.
Solamente a cargo directo de los Presupuestos Generales del Estado, la Iglesia católica recibió en 2005 la nada desdeñable cifra de 141.469.680 euros.
El gobierno ha decidido hacer un regalo anual a cargo de las arcas públicas y con dirección a las de la Conferencia Episcopal de 35 millones de euros extra, al margen de lo que les correspondería por ley.
Existen pocos datos concretos sobre el dinero que percibe la Iglesia de las diferentes administraciones públicas con destino a conservar y mantener su patrimonio (iglesias, catedrales u otros edificios de su propiedad); no obstante, el pasado 17 de noviembre la Cadena Ser hizo público un informe elaborado por la Fundación Caja Madrid en el que se desvelaban los datos del año 2001. La Iglesia había recibido 106 millones de euros fundamentalmente de las arcas de los ayuntamientos en concepto de «conservación de patrimonio».
Mientras muchos centros públicos padecen situaciones penosas, con infraestructuras escasas, masificación, falta de medios, etc., el Estado subvenciona con 2.500.000 euros centros privados de educación que pertenecen a la Iglesia.
El montante total que la Iglesia recibe de las arcas públicas asciende a más de 3.300 millones de euros anuales.
Además de otras ventajas fiscales, la Iglesia no paga IVA (Taxes) en sus compras, ni paga impuesto de sucesiones o donaciones.
Existen pocos datos concretos sobre el dinero que percibe la Iglesia de las diferentes administraciones públicas con destino a conservar y mantener su patrimonio (iglesias, catedrales u otros edificios de su propiedad); no obstante, el pasado 17 de noviembre la Cadena Ser hizo público un informe elaborado por la Fundación Caja Madrid en el que se desvelaban los datos del año 2001. La Iglesia había recibido 106 millones de euros fundamentalmente de las arcas de los ayuntamientos en concepto de «conservación de patrimonio».
Mientras muchos centros públicos padecen situaciones penosas, con infraestructuras escasas, masificación, falta de medios, etc., el Estado subvenciona con 2.500.000 euros centros privados de educación que pertenecen a la Iglesia.
El montante total que la Iglesia recibe de las arcas públicas asciende a más de 3.300 millones de euros anuales.
El Vaticano se basa en dos mentiras
En el año 330 el emperador Constantino I el Grande traslada la capital del Imperio Romano a Bizancio – renombrada como Constantinopla -, que tras la escisión se convertirá en la capital del Imperio Romano de Oriente.
Roma, la eterna capital del Imperio, queda huérfana del poder terrenal pero no del espiritual que asumió el obispo de Roma, Silvestre. Esta autoproclamación y reconocimiento de Roma como la sede del papado había que fundamentarla en argumentos “sólidos” para que nadie pudiera cuestionarla. Así que, manos a la obra.
En el Evangelio según San Mateo (cap. 16):
Y viniendo Jesús á las partes de Cesarea de Filipo, preguntó á sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?
Y ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; y otros, Elías; y otros; Jeremías, ó alguno de los profetas.
El les dice: Y vosotros, ¿quién decís que soy?
Y respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás; porque no te lo reveló carne ni sangre, mas mi Padre que está en los cielos.
Más yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.
De esta forma se designaría a Pedro como el primer Papa y, hábilmente, Silvestre sitúa a Pedro en algún momento en Roma para demostrar que la “capital” del cristianismo debía ser Roma. De la estancia de Pedro en Roma no hay ninguna prueba… pero tampoco de que no estuvo (¿flojo argumento o mentira?).
Sabiendo que esta argumentación era un poco peregrina, buscaron una argumentación que no dejase lugar a dudas y se sacan de la manga un documento:
Donación de Constantino:
Según este documento se reconocía al Papa Silvestre I como soberano, se le donaba la ciudad de Roma, así como las provincias de Italia y todo el resto del Imperio romano de Occidente
En el año 1440 el humanista Lorenzo Valla descubrió que el documento era totalmente falso. Para entonces, el poder del Papa estaba tan asentado que nadie se atrevió a cuestionarlo.
¿Cómo llegó el Vaticano a este enorme patrimonio en oro?
Dinero ensangrentado por esclavitud
La iglesia apoyo desde un comienzo la esclavitud y la agudizó en muchos aspectos. El papa Nicolás V, legitimó el comercio de esclavos en su bula “Divino amore communiti” (Por amor divino a la comunidad) el 18 de Junio de 1452. Por esto el comercio de esclavos fue legal y no causo ningún escrúpulo en los participantes.
No es noticia que el Papa mantenía esclavos. El papa Gregorio I mantuvo a cientos de esclavos en sus haciendas y consintió las leyes, que prohibían a los esclavos, casarse con cristianos libres.
Un esclavo era considerado como ganado.
La iglesia trataba a los esclavos como un “bien de la iglesia” y esto valía como no vendible. Las Iglesia tasaba el valor de los bienes eclesiásticos no según el dinero, si no según los esclavos. Una vez en la universidad me leyeron un trozo de un texto de santo Tomás de Aquino en el que consideraba a los esclavos como un “útil de servicio”.
Un obispo sólo podía liberar a un esclavo, si éste ofrecía a dos en su reemplazo
Tras el descubrimiento de América Colón envió varias veces una gran cantidad de indígenas al mercado de esclavos hacia España. Solo en Febrero de 1495, fueron cuatros barcos con 500 indígenas cada uno, entre 12 - 35 años de edad. Colón, como hábil comerciante, estaba bien al tanto con la teología moral de su iglesia, según la cual: “Esclavizar a no cristianos se justificaría con el argumento, que paganos de todos modos estarían destinados a la eterna condenación.”
El 18.6.1452 el papa Nicolás V legitimó del comercio de esclavos mediante una bula, autorizando al rey de Portugal, “… conquistar a los países de los no creyentes expulsar a sus habitantes, subyugarlos y obligarlos a la eterna servidumbre”
Y llego el Comandante Papa Francisco y mando a parar
¿Quién es el que llama a la justicia social, la igualdad y la redistribución de la riqueza de forma legítima mientras vive en el lujo y la opulencia?
Mientras el mundo intenta mantenerse en equilibrio durante los momentos económicos más duros desde la Gran Depresión de 1929, existen los que creen que la redistribución de la riqueza es una buena manera de acabar con la injusticia social o para dar a los que se consideran dignos lo que supuestamente merecen.
Durante los últimos 100 años, el élite financiera que controla la economía mundial ha tenido éxito en sus planes para robar la riqueza de las naciones de todo el mundo mediante la aplicación de políticas monetarias y fiscales en estos países, lo que facilito el robo “legal” a los ciudadanos de sus salarios y pensiones, o permitió que la élite financiera arrebatase literalmente la riqueza y los recursos que pertenecían a los mismos ciudadanos a hurtadillas y con esto la ayuda de los gobiernos nacionales .
Lejos de condenar tal crimen, y de negarse a enviar más dinero a sus manejadores internacionales, los gobiernos nacionales han aplaudido y han cooperado con el creciente control centralizado internacional. En lugar de pedir que se investigue quién robó exactamente el futuro de esta y otras generaciones, en lo fue la mayor transferencia de riqueza – de los más pobres a los más ricos – en la historia humana, los gobiernos han permitido que los organismos supranacionales no rindan cuentas por lo que han hecho.
La complicidad de los Burócratas, Políticos y Líderes Religiosos
Lamentablemente, lo que se ha hecho con la supuesta remodelación del sistema financiero es codificar los crímenes que la élite financiera ha llevado a cabo con sigilo, dejando a la gente sin esperanza de juzgar a los oligarcas internacionales. De hecho, la solución sugerida por los criminales financieros fue hacer que la gente soportase duros programas de austeridad implementados por instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que comúnmente pide a los países prestatarios reducir el gasto social como condición para prestarles billones en moneda fiduciaria.
Un hecho que ha sorprendido a la mayoría de las personas, especialmente a aquellos que han sido más afectados por el colapso financiero en las economías occidentales, es que el gobierno y los funcionarios religiosos han pedido una mayor redistribución de la riqueza a través de la austeridad y los esfuerzos liderados por el gobierno para lograr la llamada justicia social. Una de las personas más vociferantes en este sentido ha sido el Papa Francisco, que desde su llegada al Vaticano usa todo tipo de improperios para culpar al capitalismo por el estado actual de la economía global.
Los discursos leídos por el Papa Francisco le han valido el título de El Primer Papa de Washington, ya que tanto la Iglesia Católica como el Papa actual jugaron un papel central en la ejecución de golpes militares en América Latina, entre otras cosas.
En lugar de criticar directamente a Wall Street por sus abusos contra el pueblo, el Papa Francisco escogió culpar al capitalismo, al que calificó de maléfico agregando que “algunas personas siguen defendiendo teorías que asumen que el crecimiento económico estimulado por un mercado libre, inevitablemente tiene éxito en el logro de una mayor justicia e inclusión en el mundo. Esta opinión, que nunca ha sido confirmada por los hechos, expresa una confianza cruda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y en el funcionamiento del sistema económico imperante. Mientras tanto, los excluidos siguen esperando“.
Este desliz del Papa Francisco en su crítica del capitalismo y el hecho de que este sistema es la misma cosa que el modelo actual de esclavitud financiera dirigida por las corporaciones, revela su poco conocimiento sobre temas de actualidad. Este hecho se hizo más evidente después de que él pidió la “redistribución legítima” de la riqueza. El Papa justifica dicho plan, diciendo que ayudaría a frenar la “economía de exclusión”. Francisco no se detuvo allí con sus opiniones imprudentes y llegó a decir que este esfuerzo para redistribuir la riqueza debería ser una “redistribución legítima de beneficios económicos por parte del Estado, así como la indispensable cooperación entre el sector privado y la sociedad civil.”
¿Acaso ha olvidado el Papa el mandato cristiano “No robarás”? ¿Por qué el Papa solamente habla, pero no actúa? No olvidemos que el Vaticano es de hecho una de las instituciones más ricas del mundo. Es mucho el dinero que pasa por el banco de esta organización religiosa, el cual muchas veces tiene origines dudosos.
En cuanto a la desigualdad, el Papa Francisco dijo: “El desequilibrio es el resultado de las ideologías que defienden la autonomía absoluta del mercado y la especulación financiera.” Una vez más, el Papa mezcla las manzanas con las naranjas al vincular el libre mercado con el sistema monopolista de los sectores corporativo y financiero, y, al hacerlo, demuestra que no sabe lo suficiente sobre el tema para despotricarse sobre los males que supuestamente existen en un sistema de libre mercado que no se ha visto por al menos un siglo.
Sin duda, los comentarios del Papa son bien intencionados, pero hay una parte de ellos que simplemente no encuadran. De hecho, parecen enormemente hipócritas. Él dijo: “El dinero debe servir, no gobernar! El Papa ama a todos, ricos y pobres por igual, pero se ve obligado en el nombre de Cristo a recordar a todos que los ricos deben ayudar, respetar y promocionar a los pobres. Os exhorto a una generosa solidaridad con el retorno de la economía y las finanzas a un enfoque ético que favorece a los seres humanos.” En cuanto a este comentario tengo que hacer la misma pregunta que siempre hago cuando el Papa, quienquiera que sea, declara el dinero como un mal y expresa su amor a los pobres, mientras pide solidaridad. La pregunta es ésta: ¿Por qué, Papa Francisco, no abre usted la bóveda del Vaticano y rescata de inmediato a los pobres de su situación desesperada?
Más que un aliado de los pobres, el Papa Francisco parece y suena como un cómplice de la elite a la que critica, diciendo una cosa, pero haciendo otra totalmente diferente. No sólo es el Vaticano una de las instituciones más ricas del mundo, sino que también se beneficia de algunos de los esquemas financieros más repugnantes que existen; los mismos que el Papa llama de malvados. “El Vaticano tiene grandes inversiones con los Rothschild de Inglaterra, Francia y Estados Unidos, con el Banco Hambros, con el Credit Suisse en Londres y Zurich. En los Estados Unidos tiene grandes inversiones en el Banco Morgan, Banco Chase- Manhattan, el First National Bank de Nueva York, el Bankers Trust Company, y otros. El Vaticano tiene miles de millones de acciones de las más poderosas corporaciones internacionales, tales como la Gulf Oil, Shell, General Motors, Bethlehem Steel , General Electric, International Business Machine, TWA , etc. En una estimación conservadora, estos ascienden a más de 500 millones de dólares sólo en los EE.UU”, explica NTEB. En otras palabras, el Vaticano, al igual que los banqueros hacen, se beneficia directamente del dolor y la lucha de los pobres.
“El Tesoro de oro sólido del Vaticano ha sido estimado por la Revista Mundial de las Naciones Unidas en varios miles de millones de dólares” dice NTEB . “Cuando a eso se le añade todos los bienes raíces, propiedades, acciones y participaciones en el extranjero, entonces la asombrosa acumulación de riqueza de la iglesia católica llega a ser tan formidable como para desafiar cualquier evaluación racional “, reporta Avro Manhattan. El propio Vaticano se ha beneficiado enormemente de la extraordinaria transferencia ilegal de riqueza llevada a cabo por la élite financiera, pero el Papa no pretende explicar eso a sus fieles.
En conclusión, no hay tal cosa de ‘redistribución legítima de la riqueza’. No cuando es realizada por la élite para favorecerse a sí mismos, no cuando es hecha por el gobierno para supuestamente favorecer a los pobres y, ciertamente, no cuando es solicitada por un líder religioso hipócrita que parece y actúa más como un ideólogo marxista que como un líder religioso honesto.
Así que
¿Cuándo será que el Papa Francisco comenzara a vaciar las cuentas bancarias del Vaticano para suministrar algún bienestar a los que le siguen con tanta fidelidad a él y a su organización? Será entonces y sólo entonces cuando el Papa, cualquier Papa, estará en condiciones de hablar en contra de la acumulación de riqueza y en favor de su redistribución legítima.
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