El Capitolio de La Habana se construyó entre 1926 y 1929
Fue diseñado por los arquitectos cubanos Raúl Otero y Eugenio Rayneri Piedra El edificio fue abandonado como símbolo del poder después de que Fidel Castro tomara el poder en 1959
Fotografia realizada por Marius Jovaiša La restauración del Capitolio de La Habana
Por Mark Trevor Burrell - Especial para el LA HABANA - Arquitectos e ingenieros que trabajan en la oficina de Eusebio Leal, el Historiador de La Habana, y graduados de escuelas técnicas cubanas, han restaurado cientos de estructuras históricas, han diseñado y construido nuevos proyectos, y ahora participan en el mayor proyecto de renovación en la historia de la isla: adaptar la zona frente al mar y restaurar monumentos y edificios —públicos y privados— en toda la ciudad.
El mayor de los proyectos en curso es el de la renovación del Capitolio, donde antes funcionaba la Legislatura de la isla. El edificio fue abandonado como símbolo del poder después de que Fidel Castro tomara el poder en 1959. Desde entonces, las oficinas del gobierno están en la Plaza de la Revolución, al otro lado de la ciudad. Mientras, desde 1960 el Capitolio permaneció abierto a los turistas y albergó una biblioteca científica y un café de Internet. Cuando la renovación concluya dentro de unos dos años, el edificio albergará nuevamente la sede de la Legislatura, según el gerente del proyecto.
Gladys Rodríguez Ferrero, quien fue directora del Museo Nacional cuando el proyecto de renovación del Capitolio se anunció hace tres años, está impresionada con los trabajos.
“Lo que estamos haciendo es magia, pero es de verdad, no magia virtual”, dijo recientemente desde la cúpula del edificio.
Ese acto de magia se ha beneficiado de la creación de escuelas de artes y oficios, que han graduado un pequeño ejército de trabajadores calificados. En una visita reciente, varios carpinteros trabajaban con herramientas tradicionales en la restauración de las puertas y ventanas en un gran salón. Los yeseros creaban a mano sus propios moldes de elementos decorativos del techo, y los albañiles reemplazaban partes de piedra dañadas junto a una puerta.
La masiva renovación también incluye un nuevo paseo que se construirá a lo largo de varias cuadras hacia el este, desde el edificio de la Aduana. Como las funciones de los viejos muelles han sido trasladadas a la nueva terminal de contenedores en el Puerto del Mariel, los muros a nivel de la calle de la antigua Aduana quedarán abiertos, como en 1910, desde donde se podrá ver el mar, y contará con oficinas y tiendas. Más allá de la Aduana, se está renovando una estructura para los pasajeros de ferry. Y más abajo se ha inaugurado una cervecería en un almacén renovado.
También se ha renovado una conocida casa en la Quinta Avenida, que se destaca por su techo de tejas verdes porcelanizadas, que en este momento es un museo arquitectónico. La Plaza Vieja, una zona otrora desolada de parte vieja de la ciudad donde en los años 1990 los edificios estaban casi todos vacíos, también ha sido restaurada. La plaza y sus edificios ya fueron restaurados completamente, y con restaurantes, tiendas, como una de Benetton, el lugar es ahora una importante atracción para los que visitan la zona antigua de la ciudad.
Sin embargo, el Capitolio es la pieza central de las renovaciones. Se construyó entre 1926 y 1929 y fue diseñado por los arquitectos cubanos Raúl Otero y Eugenio Rayneri Piedra. Fuentes publicadas en Cuba indican que entre las influencias de diseño del edificio están el Panteón de París y San Pedro en Roma, en términos de tamaño y forma. Aunque la apariencia del edificio es similar, aunque ligeramente más pequeño, que el Capitolio en Washington, el extremo superior de la cúpula es un poco más alto.
Las piedras de la formación Capellanía que forman las paredes del edificio se extrajeron en Cuba. Y de Italia y Alemania se importaron 60 tipos de mármoles para los pisos, escaleras y otros elementos, aunque también se utilizó mármol cubano. En el Capitolio hay tres grandes estatuas de bronce del escultor italiano Angelo Zanelli.
A ambos lados de la entrada están las estatuas “La Virtud Tutelar del Pueblo” y “El Trabajo”. La “Estatua de La República” dentro del edificio es una figura estilizada inspirada en la leyenda de Palas Ateneas y la cubana Lily Valty sirvió de modelo.
Zanelli diseño frisos de bronce y mármol en el edificio. Las tres enormes puertas de bronce de la entrada, que presentan la historia de Cuba, son obra del artista cubano Enrique García Cabrera. Las plazas y jardines fueron diseñados por el arquitecto paisajista francés J.C.N. Forestier, quien diseñó el enorme Campo de Marte debajo de la Torre Eiffel en París.
La mayor parte de las obras en el Capitolio son la reparación y pulido de estatuas, lámparas, elevadores y puertas de bronce, trabajos de electricidad y plomería, la limpieza del exterior con arena a presión, la pintura de interiores y reparaciones estructurales en la cúpula. También se trabaja en la instalación de nuevas tuberías para servicios y computación, seguridad, alarmas de incendio, cables de fibra óptica, así como sistemas de climatización en las oficinas.
El gobierno no ha dado cifras del costo del proyecto, pero España, Italia, Alemania y México han donado materiales. La financiación de las obras es del gobierno cubano.
El nivel de autenticidad que exigen los arquitectos de la Oficina del Historiador significa que no se permiten chapucerías. Por ejemplo, las áreas de oficina tendrán aire acondicionado, pero no habrá unidades en las ventanas. En su lugar, se ocultarán los equipos en gabinetes hechos a la medida similares a la madera de los interiores. Las cerraduras originales se restaurarán con la reconstrucción de los mecanismos originales y llaves nuevas, un proceso que lleva tiempo.
El edificio también rinde homenaje al héroe nacional José Martí. No hay una escuela o edificio importante en Cuba que no tenga un busto de Martí. En el vestíbulo del edificio hay un busto suyo que parece esperar el regreso de la sede del gobierno al Capitolio.
Capitolio - Salon de Pasos Perdidos, Hall of Lost Steps
|