El actor cubano Héctor Medina anhela la nominación al Oscar de “Viva”
Evocando el éxito internacional del filme "Fresa y Chocolate" (1994), que logró un Goya y la nominación a la anhelada estatuilla dorada en Hollywood, Medina sueña con un giro en su carrera
Muy guapo este cubanito, bueno como todos los cubanos...¿Verdad?
Por Wilma Hernández - El actor cubano Héctor Medina anhela que su vida cambie con el éxito de Viva, cinta realizada en la isla y que Irlanda presenta como su candidata en la categoría de cine extranjero a las nominaciones al Oscar, que la Academia anunciará el próximo 14 de enero.
Evocando el éxito internacional del filme Fresa y Chocolate (1994), que logró un Goya y la nominación a la anhelada estatuilla dorada en Hollywood, Medina sueña con un giro en su carrera.
“Con tan sólo una nominación al Oscar, la vida de esos actores cambió. Yo espero que la mía cambie también”, expresó a DIARIO LAS AMÉRICAS.
Luego de regresar a Matanzas, cansando de probar suerte y no tener casa en La Habana, asegura que su personaje Jesús llegó en el momento indicado, pues le devolvió el amor por su profesión y las ganas de seguir adelante en una tierra donde la vida del artista es “muy dura”.
“Fue un año en el que yo me sentía raro conmigo mismo. Le fui perdiendo amor a mi carrera o tal vez me decepcioné por la poca consideración que tenemos los actores o los artistas en general en Cuba, y me rendí un poco, porque ya no me interesaba seguir dando el alma y corazón, y que no me reconocieran ni me pagaran bien”, apuntó.
En este filme irlandés de Paddy Breathnach, Medina da vida a un joven homosexual y solitario, que se dedica a arreglar las pelucas de los drag queens en un cabaret. Hasta que un día su tutor Mama, en la piel del afamado Luís Alberto García, le da la oportunidad de presentarse a una audición. Luego de adoptar el nombre artístico de Viva y lanzarse a protagonizar shows de doblajes, la vida de Jesús da un vuelco.
También tendrá que convivir con la inestable aceptación de su padre, interpretado por Jorge Perugorría, que regresa de prisión.
“Se trata de una historia de amor entre padre e hijo y cómo logran amarse a pesar de tantas diferencias. Ambos consiguen lo que quieren antes de separarse”, explicó.
Además del reto de conseguir el personaje, no hubo mucho tiempo para la preparación, pues el equipo irlandés estuvo en la isla apenas 21 días para el rodaje. Tuvo que aprender a caminar en tacones, ensayar las canciones y estudiar el libreto que era tan “sentimental” que era imposible no llorar al leerlo.
“Después de hacer esta película entiendo más a mi novia. Tuve que bailar en tacones, doblar canciones y adoptar gestualidad de un drag queen”.
Otro desafío fue interpretarlo lejos de los riesgosos clichés que acompañan a un actor a la hora de encarnar un personaje femenino, incluso porque hoy en día ese tipo de rol es común.
“Ya no se trata de hacer un travesti y ser valiente. No, ahora hay que hacerlo y hacerlo bien”, comentó sobre su personaje Yunisleidy en El Rey de La Habana, cinta que por su polémico contenido el Gobierno cubano no permitió rodar en la isla y tuvo que ser filmada en República Dominicana.
Grabar junto Jorge Perugorría y Luís Alberto García fue un sueño hecho realidad por partida doble, y a la vez fue un reto estar a la altura de dos grandes actores.
“Había que ser muy calculador en todas las escenas fuertes. Sobre todo en las que Jesús tenía con su padre. Yo siempre soñé con hacer una película con Luís Alberto o Perugorría, y en ésta me tocaron los dos. Y me tocaron muy buenas escenas. Entonces había que ser bastante fuerte para mirarle la cara a esos dos tipos”.
De ellos admira la capacidad de entrega y el valor a la hora de actuar sin miedo a exponerse o ser juzgado.
“Creo que es una gran valentía que Luís Alberto se haya lanzado, con ese tronco de voz gruesa que él tiene y lo poco femenino que es, a hacer un personaje así, y que le haya quedado muy bien”, expresó. “Aprendí que hay que lanzarse como decimos en Cuba con bomba, con corazón y poner mucho sentimiento”.
De la filmación destacó que rodaban día y noche sin descanso.
“Terminé hasta con fiebre después de ese rodaje, porque empezaba a grabar a las 5 de la mañana y llegaba a mi casa a la una de la mañana del otro día”.
También resaltó que grababan al estilo documentalista con pocos extras y apoyándose de los espectadores en la calle.
“Hice muchas escenas en las que estaba yo caminando por El Malecón a la una de la madrugada, así medio ´pajarito´, y la gente se metía conmigo. Yo iba caminando por la calle Infanta y de repente entraba en un mercado de San Lázaro, y ellos detrás con las cámaras grabando, y me daba cuenta al rato”.
Del director de Viva, filme que se proyectará en Miami y se ha presentado en prestigiosos festivales de cine, destacó que es un “tipo inteligente” a quien no se le escapa ningún detalle.
“A pesar de tener mucho en contra a la hora de filmar en Cuba, Paddy siempre estuvo pendiente de los actores y a la disposición de todos. Nos ayudó mucho contar con una buena historia y un buen director”.
Sobre el rigor de la producción, recordó que el director de fotografía se desmayó mientras grababa porque se contagió con el dengue y aun así fue a trabajar.
“Eran muy buenos. Carl se desmayó con la cámara en la mano. Mi regalo de despedida fue una bandera cubana con un mosquito dibujado”, contó entre risas.
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