Cuba Buscan presionar a
EEUU para que alivie puntos clave del embargo económico
El conflicto recuerda las crisis provocadas por los éxodos de Camarioca y del Mariel No descartan que haya agentes de la Seguridad cubanas infiltrados entre los que escapan
Uno de los cubanos varados, descansa en un albergue provisto por
las autoridades en La Cruz, Costa Rica, cerca de la frotnera con Nicaragua.
José Meléndez | San José, Costa Rica La bomba migratoria que estalló en las últimas semanas en Costa Rica con un flujo masivo de cubanos que viajan entre Ecuador y Estados Unidos, es aprovechada por La Habana –con la complicidad de Nicaragua– para presionar a Washington en el proceso de normalización de los vínculos bilaterales.
La crisis encaja en los intereses políticos de Cuba, que pretende que Estados Unidos flexibilice piezas esenciales financieras del embargo que impuso en 1962 a la isla y modifique su peculiar política de migración con los cubanos, confirmaron fuentes diplomáticas latinoamericanas acreditadas en Managua y San José.
Con el trasfondo de la negociación que Estados Unidos y Cuba han desplegado en el último año para normalizar sus nexos, el conflicto hace recordar incidentes similares de emigraciones masivas como la del puerto cubano de Camarioca en 1965, el éxodo del Mariel en 1980 y la crisis de los balseros en 1994.
La particularidad de la crisis del 2015 es que se trata de cubanos que, a diferencia de años anteriores, salieron legalmente de su país, por vía aérea en vez de hacerlo por mar, crearon un conflicto en América Latina y no “en las puertas” de Estados Unidos y sin protagonismo directo de Cuba.
La similitud con 1980 y 1994 es que los cubanos buscan acogerse en Estados Unidos a la Ley de Ajuste Cubano, emitida en 1966 –como efecto de Camarioca– para favorecerles con un permiso de residencia al año y un día de llegar a suelo estadounidense. Cuba repudia esa ley y aduce que estimula la migración ilegal, desordenada e insegura.
En este contexto, Nicaragua respondió con una actitud con la que, según las fuentes, se prestó a atizar un diferendo de impacto regional y agudizó los problemas con 1,790 cubanos varados desde el viernes 13 en el lado costarricense de Peñas Blancas, límite entre Costa Rica y Nicaragua.
A partir de la noche del 13 de noviembre, Costa Rica entregó visa temporal a ese grupo de personas retenido inicialmente en el límite con Panamá para que siguiera a Nicaragua, pese a quedar flotante luego de que las autoridades costarricenses desbarataran una red criminal continental de contrabando de cubanos.
Managua, que en los últimos años concedió visa de turismo a los cubanos insertados en la cadena desde Ecuador, les cerró sorpresivamente el viernes pasado su frontera con Costa Rica. La decisión fue adoptada pese al incesante flujo procedente de Ecuador, en un peligroso recorrido por tierra y por mar en diez países y en un viaje entre ambos puntos estimulado por la ley estadounidense y la decisión ecuatoriana de exonerar de visas a los cubanos desde el 2008.
Nicaragua movilizó el domingo a Peñas Blancas a tropas especiales de su Ejército, que atacaron con gases lacrimógenos y disparos al aire a unos 1,000 cubanos que, desarmados, intentaron entrar a la fuerza a suelo nicaragüense para proseguir su larga travesía a Estados Unidos y fueron devueltos a territorio costarricense.
En declaraciones a medios nicaragüenses de prensa, el diputado Jacinto Suárez, secretario de Relaciones Internacionales del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional, justificó el lunes la acción militar de Nicaragua y calificó a los migrantes cubanos como “un montón de delincuentes” a los que jamás se les podía ofrecer “bienvenida”.
Las fuentes diplomáticas –que hablaron bajo reserva de identidades– dijeron que tampoco se descarta que los migrantes fueran azuzados por compañeros de viaje. Las sospechas apuntan a que el grupo estaría infiltrado por agentes de la seguridad cubana que, para exacerbar las tensiones en Peñas Blancas y generar un conflicto internacional, aprovecharon la impaciencia de sus compatriotas y les indujeron a penetrar a la fuerza a suelo nicaragüense.
En forma extraña, dos de los cubanos detectados como “líderes” se quedaron en Nicaragua tras los disturbios. Uno contó al retornar a Costa Rica que fue herido en el ataque, convaleció desde el domingo en un centro de salud de Nicaragua y, con ayuda de una nicaragüense, escapó para buscar acogida en territorio costarricense; San José y Managua cruzaron ataques verbales por los incidentes.
Llave de acceso Las fuentes recordaron que el factor migratorio siempre ha sido usado por Cuba como “empuje” en su diálogo de ahora y antes con Washington. Mientras que por Camarioca salieron más de 5,000 cubanos y más de 125,000 por el éxodo del Mariel, en la crisis de los balseros lo hicieron más de 32,000.
En esas tres válvulas de escape de presión interna, Cuba se despojó de sectores poblacionales para crearle problemas a Estados Unidos, que le hizo concesiones. En una ronda de negociacines este mes, La Habana insistió a Washington que el presidente Barack Obama tiene potestad para aflojar trabas financieras del embargo sin contar con la autorización del Congreso.
Costa Rica registró un total de 12,166 cubanos que entraron por sus fronteras de enero a septiembre del 2015, más unos 2,000 de los últimos días. Además, un número considerable pasaba sin reportarse.
El gobierno costarricense alertó el lunes que teme que en los próximos días se desate una oleada de más de 300 cubanos diarios que llegarían a la frontera de Costa Rica con Panamá desde Ecuador y Colombia. Panamá propuso el martes buscar una solución continental conjunta al fenómeno.
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