La Corte Suprema del Arte Fue Cuna de Grandes Estrellas
La Más Grande de Cuba, Rosita Fornés en la Corte Suprema del Arte en el año 1939, cuando comenzo su carrera artistica
Por Ileana Fuentes
La Corte Suprema del Arte fue cuna de grandes estrellasLa llegada de la radio constituyó un verdadero suceso explosivo en la historia de Cuba, por ser el primer medio de comunicación que verdaderamente masificó sus contenidos. Aún era joven el siglo XX cuando las primeras emisoras radiales de ese país, en su totalidad pequeñas plantas privadas de corto alcance, llevaron a los hogares que podían permitirse el lujo de comprar un receptor los primeros productos pensados para el medio: boletines noticiosos y música durante las pocas horas de transmisión.
Más adelante, con el desarrollo de la tecnología y la conversión de la radio en el más importante medio de comunicación, aparecieron los grandes espacios informativos y los programas culturales de diferente naturaleza, entre los que se encontraban las gustadas radionovelas y los musicales, en especial los de participación.
Entre estos últimos, sin lugar a dudas, el que más sobresalió por su calidad y tiempo en el aire fue La Corte Suprema del Arte, un programa pensado exclusivamente para la búsqueda de talentos, principalmente en el canto.
Hablar en Cuba de La Corte Suprema del Arte es referirse a la etapa dorada de la radio en la Isla, un medio que hasta la llegada de la televisión en la década del 50, tenía una presencia protagónica en los hogares. Incluso en los rincones más apartados era común que las familias que no tenían receptor, a la hora de los programas estelares se trasladaran a las casas donde sí había, para seguir de cerca las peripecias de sus personajes favoritos de la novela de turno o cómo le iba a tal o más cual cantante en el concurso de talentos, para ellos también descubrirlos y hacerlos parte de sus memorias vitales.
La Corte… salió al aire por primera vez en diciembre de 1937, gracias al esfuerzo conjunto de tres importantes hombres de la radio cubana: Miguel Gabriel, José Antonio Alonso (propietarios del Circuito CMQ, emisora encargada de la transmisión del programa) y Ángel Cambó, creador del proyecto.
Voces nuevas y definitorias para escribir la historia musical cubana emergieron de él, como las de Rosita Fornés, Xiomara Fernández, Celia Cruz, Tito Gómez y Elena Burke, por sólo mencionar algunas.
Tras previo proceso de selección, los participantes accedían al micrófono y su actuación, de acuerdo a la reacción del público, era interrumpida o no a través de un campanazo. La elección de los ganadores de cada emisión estaba sujeta a los aplausos del público en el estudio y así se clasificaban los dichosos triunfadores diarios, semanales, mensuales y trimensuales. De estas últimas eliminatorias salían los artistas catalogados como “Estrellas Nacientes”.
A partir de la popularidad que alcanzó el programa, alternó sus sedes entre los estudios de la CMQ y el lujoso lobby del Teatro Nacional (hoy Gran Teatro de La Habana). En el teatro generalmente se desarrollaron las fases finales del concurso, para asegurar una mayor convocatoria. En determinada etapa, el programa se transmitió desde diferentes partes del país, una estrategia comercial de sus realizadores para sumar y hacer partícipes a los ciudadanos que residían fuera de La Habana.
Ininterrumpidamente salió al aire La Corte Suprema del Arte hasta 1948, cuando la emisora cambió de dueño y por cambios internos de la programación quedó suspendida la producción, que hasta entonces fue considerada la más importante de su tipo en el mundo hispanohablante, según coinciden varios estudiosos.
Durante los primeros años del decenio de los 50, el programa apareció indistintamente por las ondas de las emisoras RHC Cadena Azul y Radio Mambí, hasta que en 1956 se estrenó en la televisión por CMQ-TV, Canal 6, alternando con la emisión radial.
Muchos opinan que dados los ajustes del programa para adecuarse al nuevo medio, La Corte Suprema del Arte adquirió un carácter más participativo, además de que aumentó la confluencia de patrocinadores como Jabón Tornillo o los cigarros Regalías El Cuño, entre otras marcas.
El programa dejó de transmitirse en los primeros años de la década del 60, dejando un vacío que sólo sería relativamente ocupado años después por el llamado “movimiento de artistas aficionados”, aunque nunca como una plataforma promocional al estilo de La Corte… Posteriormente surgieron otros programas radiales y televisivos con igual propósito pero con muy corta duración, permitiéndole mantenerse en el imaginario de los cubanos como un símbolo imperecedero.
No sólo emergieron cantantes
La música, como manifestación artística, fue la más seguida en La Corte Suprema…, pero de ese programa también salieron estrellas de la danza y el teatro en la Isla, como la gran Raquel Revuelta, figura indispensable de la escena cubana.
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