La droga que hace que los
terroristas suicidas no tengan miedo a la muerte
Se llama «Captagón» y les permite, además, estar despiertos durante horas.
Su uso es similar al que los nazis hacían de la metanfetamina
Empezó a fabricarse en los 60, aunque se detuvo su producción por su parecido con als anfetaminas.
«No puedes dormir. Ni siquiera cerrar los ojos. No hay nada que puedas tomar para detener su efecto». «Me sentía el dueño del mundo, como si tuviera un poder que nadie tiene». «Ya no sentía miedo después de tomarla». Estos son solo algunas de las declaraciones que hicieron varios consumidores de Captagón -una droga que, presuntamente, se da a los terroristas suicidas para evitar que tengan miedo a morir- en el reportaje «La droga de la guerra de Siria», emitido en septiembre y que no ha tardado en hacerse viral en las redes sociales.
La droga, que se empezó a producir en la década de los 60, recuerda a la metanfetamina por sus efectos secundarios. La relación entre ambas es acertada, pues se sabe que Adolf Hitler ya utilizó este último compuesto para lograr que sus soldados se mantuviesen despiertos y energicos durante horas en territorio enemigo. Las píldoras eran idóneas -como parece ser el Captagón- para que el cuerpo se mantenga a pleno rendimiento, la mente esté más despierta durante un tiempo mayor y, finalmente, el combatiente pierda el miedo a fallecer en el frente.
Captagón, la droga que te da coraje
Tal y como se afirma en el documental, el Captagón se empezó a elaborar en 1963 como un médicamente con el que tratar la hiperactividad, la narcolepsia (los episodios de sueño aleatorios) y la depresión. Sin embargo, dejó de elaborarse en 1980 por su parecido con las anfetaminas. En la actualidad -35 años después- se ha convertido en una de las drogas más famosas de Oriente Medio, donde se produce de forma masiva y las autoridades ya han decomisado un total de 11 millones de pastillas, según el Ministerio del Interior turco.
Sus efectos secundarios le han permitido convertirse en el arma perfecta de los terroristas islámicos quienes, siempre según la BBC, la utilizan para controlar sus nervios e, incluso, para «aumentar su rendimiento sexual». Al menos, así lo explicó un traficante de estas píldoras en un reportaje televisado de «Arte Journal» en mayo de este 2015. «Desde los extremistas del autodenominado Estado Islámico (EI), hasta miembros del grupo rebelde al-Nusra y también soldados del Ejército Libre de Siria (ELS). Todos lo toman», señaló.
Además de todos efectos, y según ha narrado un combatiente sirio (que ha preferido mantenerse en el anonimato) a la BBC, el Captagón también permite a los soldados tener el coraje necesario para poder suicidarse, aunque este es un hecho que ha sido puesto en duda. A favor de esta teoría s eencuentra el psiquiatra francés Dan Vela, quien considera que el Captagón es capaz de estimular el cuerpo humano, hacerlo insensible al dolor y eliminar la empatía del hombre.
Esta es una afirmación con la que no están de acuerdo todos los expertos. «Radica más en las características personales de quien consume la droga que en el efecto de la sustancia. En cuanto a los efectos secundarios, pueden variar, desde una estimulación excesiva del sistema nervioso central, hasta psicosis tóxicas o anfetamínicas o dependencia», afirma, en declaraciones a la BBC, Claudio Vidal, delegado de Energy Control, de la Asociación Benestar y Desarrollo (ABD).
En este sentido, el representante de la firma farmacéutica también explica que el Captagón actual no cuenta con la misma fórmula que el original (elaborado en base a clorhidrato de fenetilina) sino que es una adulteración del mismo hecha con anfetamina, metanfetamina y cafeína. «Actualmente 'captagón' es el nombre popular por el que se conocen los comprimidos de anfetamina con cafeína y nada tiene que ver con su origen (nombre comercial de un fármaco). Realmente era un estimulante suave que mejoraba la atención y el rendimiento cognitivo. También reduce el cansancio, el hambre y el sueño, y mantiene el estado de vigilia durante más tiempo», determina.
Un uso similar al de los nazis
Independientemente de que esté basado en la fórmula original o no, lo cierto es que el uso que se hace actualmente de este medicamente es similar al que los nazis hicieron de la anfetamina y la metanfemtamina. Drogas que sí causaban efectos secundarios dañinos.
«En personas jóvenes, de 18 años, pueden provocar trastornos severos que se pueden materializar de diferentes maneras. La primera es con alucinaciones visuales (en el caso de los soldados en la Segunda Guerra Mundial, ver por ejemplo a un enemigo que no estaba allí). Por otro lado, también están las alucinaciones auditivas internas (oír, por ejemplo, una voz en tu cabeza que te dice que mates a tu teniente) oexternas (escuchar a alguien a tu alrededor, pero mirar y no ver nada», explicaba hace menos de un año, en declaraciones a ABC, Emiliano Corrales -director de la clínica Cazorla (especializada en salud mental y en todo tipo de adicciones) y responsable de la unidad de conductas adictivas del hospital Vega Baja-.
Los soldados, a su vez, podían sufrir delirios, como bien explicó el director de la clínica a este diario: «Los delirios son más frecuentes. Se producen cuando alguien hace una interpretación errónea a algún estimulo externo. Si, por ejemplo, alguien te mira en medio de la calle, tú puedes pensar que puede que te conozca de algo. Alguien con delirios puede considerar que está planeando hacerle algo malo y actuará, por ello en consecuencia. En ese caso, no sería raro que un soldado disparara contra sus propios compañeros»..