La respuesta es no
Un avezado cronista de viajes le dice qué esperar en la mayor de las Antillas y
por qué los otros dos destinos caribeños resultan una mejor opción para "recargar las baterías"
Itinerarios programados: los estadounidenses sólo pueden participar en Cuba en programas dirigidos.
Un experimentado cronista de viajes pregunta en forma retórica en el diario digital Huffington Post si uno debería renunciar a pasar sus vacaciones en Puerto Rico y República Dominicana para viajar a Cuba.
Según Mark Chestnut, la respuesta es “No”. Chestnut, quien lleva 15 años cubriendo para diversos medios la industria de los viajes y el turismo, comprende que algunos viajeros parecen desesperados por llegar a la mayor de las Antillas antes de que cambie demasiado y la invadan restaurantes de cómidas rápidas como McDonalds y Starbucks.
Pero el experto advierte que, en primer lugar, el gobierno de Estados Unidos sólo permite a los estadounidenses gastar dinero legalmente en Cuba si su visita está comprendido en una de 12 categorías autorizadas, lo que también implica que tiene que ser gestionada a través de un agente de viajes y / o operador turístico autorizado.
Lo de “turístico”, sin embargo, es engañoso. Señala el autor que “si usted es un ciudadano ‘normal’, de los EE.UU. no puede legalmente viajar a Cuba para unas relajadas vacaciones en la playa ni para pasear mucho por su cuenta. En su lugar le mantendrán ocupado en excursiones, actividades y otros programas de 'pueblo a pueblo' diseñados para conectar a los visitantes con la cultura y el pueblo cubanos, en línea con las restricciones del gobierno de Estados Unidos".
Cuba, además, no está a la par de otros destinos en lo que respecta a velocidad de WiFi y conectividad a Internet, “así que prepárese para estar menos conectado que en otros destinos vacacionales del Caribe”, recomienda Chestnut. Los viajeros –dice el cronista– también deben tener expectativas realistas sobre la amplitud de acceso a la Web, que es limitada, y el servicio de telefonía celular, pues los móviles estadounidenses no funcionan en la isla.
Los menús de los restaurantes, incluso los de los mejores hoteles, cambian en función de la disponibilidad de alimentos, "de modo que las personas con necesidades dietéticas estrictas tal vez quieran esperar un poco más para visitar Cuba". Igualmente, Chestnut aconseja llevar en el equipaje artículos preferidos como su refrigerio o artículos de higiene favoritos, porque puede que no los encuentre.
En contraste, en República Dominicana y Puerto Rico, el viajero "puede hacer lo que le venga en gana: viajar cuando quiera, hospedarse donde quiera, visitar lo que le parezca y gastar cuanto quiera. Encontrará abundante WiFi y conectividad a Internet. Y también podrá ir a Puerto Rico y Dominicana sólo para pasarse unos días relajando en la playa y bebiendo margaritas y piñas coladas".
"Vaya a Cuba" ─concluye diciendo Mark Chestnut─ "por la sorprendente cultura, la historia, la música, la gente… e itinerarios programados de actividades aprobadas por el gobierno de Estados Unidos. A la República Dominicana y Puerto Rico, vaya para todo lo demás: la cultura, y la historia, y la gente, itinerarios programados si así lo desea; pero también flexibilidad, libertad y un montón de tiempo para consentirse un poco y y disfrutar de descanso y relajación".
Turistas de EE.UU. en una playa dominicana. Todavía no pueden hacer turismo en las playas cubanas.
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