La caja de Pandora del apetito informativo
Cubanos conectados en un punto WiFi de ETECSA
Clive Rudd Fernández - Diario de Cuba"¿Viste que ya van a empezar los vuelos regulares de EEUU a Cuba?", me dice Alberto.
"No, creo que el tema está parado por la reciprocidad", le respondo asumiendo que el hecho de vivir fuera de Cuba y con internet de banda ancha me hace estar un poco más informado sobre el asunto.
Alberto González trabaja en el mundo del cine y está sentado en 23 y L, en el Vedado, conectado a uno de los escasos puntos de WiFi que ETECSA ha sacado a cuentagotas para que los capitalinos se conecten a un internet censurado y a un coste de 2 CUC la hora. El salario promedio en Cuba es de 25 a 30 CUC al mes.
El problema de la reciprocidad se debe a que el Gobierno cubano ha sido juzgado y condenado en tribunales americanos por diversas causas y debe millones de dólares en daños. Por lo tanto, en teoría, tan pronto como aterrice un avión de Cubana de Aviación en tierra americana, este podría ser decomisado para cubrir esas deudas aún no pagadas.
Alberto me responde: "Ya ese tema se arregló. Parece ser que el Gobierno de Cuba volará a EEUU utilizando un socio comercial como Aeroflot o Air Europa, pero aún no sé bien los detalles. Yo tal vez no sepa nada de las elecciones en Argentina pero lo que es el tema Cuba y las relaciones con EEUU lo busco diariamente en varia fuentes de internet".
"Ah, no sabía nada de eso", le respondo y me despido para seguir caminando por 23 hacia Malecón y buscar un lugar donde comprar una de esas tarjetas de ETECSA para conectarme a internet.
En cada esquina de la calle 23 hasta Malecón hay al menos un punto de WiFi y debajo del extraño aparatico blanco, se reúne un grupo de gente como moscas, conectados al internet censurado de ETECSA.
Cuando me acerco un poco a los internautas distingo un grupo de tres compartiendo un audífono conectado a un teléfono móvil que, a juzgar por los gritos, parecen estar hablando con un pariente que existe del otro lado de esa línea en un mundo muy distante.
Hay como seis personas con computadoras portátiles, al menos dos tirando besos constantes a una pantalla inanimada y uno con una tableta que no para de mover los dedos como hojeando un periódico invisible.
Sigo caminando hasta 23 y O, donde finalmente encuentro el estanquillo de ETECSA para comprar las tarjetas de conexión.
En la parte de atrás del estanquillo hay una puerta que parece estar diseñada como escape para los empleados en tiempos de estampida del público. Allí esta parada Yuneisis con la puerta entreabierta, vestida con su uniforme corporativo, fumándose un cigarro.
"No, mi amor, las tarjetas se agotaron, pero están al caer en una o dos horas", me responde mirándome de arriba hacia abajo, como quien hace un chequeo con ultrasonido para órganos internos.
Le pregunto cuántas tarjetas vienen.
Yuneisis cierra un poco más la puerta y tira el cigarrillo a medio terminar a la calle: "¿Y tú para qué quieres saber?"
Finalmente me responde que vienen alrededor de 5.000 tarjetas y que pueden durar hasta un par de días.
Sigo recorriendo los puntos de conexión públicos por toda la calle 23 hasta el Malecón. Invariablemente, debajo de cada antena hay aglomeraciones de cinco a 15 personas bien apretadas, como una manada promiscua de animales salvajes con un hambre por saciar.
Los pocos que generosamente hacen una pausa para responder a mis preguntas me comentan que se conectan para "ver a la familia", "saber qué pasa en el mundo" y "bajarme mis correos".
Finalmente logro comprar un par de tarjetas Nauta de ETECSA y después de un par de intentos fallidos me conecto con mi teléfono móvil.
Me desespera lo increíblemente lento de la conexión, pero finalmente hago mis pruebas: me conecto sin problemas a IMO, Facebook y LaCubanada.com. Sin embargo, cuando intento navegar por 14ymedio.com o MartiNoticias.com las páginas aparecen bloqueadas. Me sorprende que otras páginas como BBC.com, El Pais.es o ABC.es están abiertas al público. Incluso DIARIODECUBA.COM no está bloqueado.
En Cuba el hambre de información independiente, variada y actual está despertando a una velocidad que parece preocupar al controlador nacional de "la verdad", el Gobierno del Partido Comunista de Cuba que se dedica a bloquear sitios que le amenacen su hegemonía informativa.
En cada una de las personas que hablé en la calle vi una ansiedad y un desespero por información que puede ser peligrosa, porque no hay nada más dañino para una dictadura que súbditos informados.
Por ahora el apetito de los conectados parece ir más encaminado a necesidades básicas como hablar con la familia distante o intercambiar correos, pero a medida que la ayuna de conexión desaparezca, otras necesidades menos mundanas asomarán en las pantallas portátiles.
Supongo que el Gobierno, en su infinito deseo de controlar la información, seguirá bloqueando sitios, canales y cerrando avenidas, pero ya la caja de Pandora del apetito informativo independiente se habrá abierto para los habitantes de la Isla de forma irreversible.
|