La homófoba funcionara, Kim Davis, se describe como
alguien que 'falló miserablemente en sus tres matrimonios'
FEA POR DENTRO Y POR FUERA.
Ragap - Kim Davis, la homófoba funcionaria del condado de Rowan County Clerk, en Kentucky, se convirtió en uno de los rostros más reconocibles del movimiento anti-matrimonio gay de este año. Amparándose en sus creencias religiosas, Davis se negó a emitir licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo tras el fallo histórico de la Corte Suprema de Estados Unidos del 26 de junio que llevó a la igualdad legal a los 50 estados. Unas creencias que Davis mantiene a capa y espada cuando irónicamente tiene a sus espaldas tres fracasos matrimoniales. Divorciada tres veces admite que no se ve como la elegida de Dios para abanderar la cruzada anti-gay.
Sin embargo, la homofobia histérica de Davis se mantiene tan intacta como cuando salió en todos los medios de comunicación "Qué irónico que Dios usara una persona como yo, que fracasó tan miserablemente en el matrimonio en el mundo, para defender la institución", le ha dicho Davis a Associated Press. "El Señor escoge a la fuente más improbable para transmitir el mensaje".
Davis pasó seis días en una cárcel de Kentucky por desafiar una orden de un juez federal de que le obligaba a no interponerse en el camino de las licencias que se emitieron por su personal.
"Si pudiera ser recordada por una cosa es que no tenía miedo de no ponerme en peligro a mí misma", dice Davis en un alarde fantasioso y ególatra de compararse con las grandes mujeres de la historia.
Davis tendrá que pasar una prueba para ser reelegida dentro de dos años e insiste en que no está segura de que se presentará al cargo de nuevo. En un alarde de modestia asegura que no trata de buscar un cargo más alto a pesar de su amplio reconocimiento del nombre. "Si yo fuera un político probablemente lo haría, pero yo no soy política. Me gusta mucho mi trabajo", dice y se queda tan pancha.
Para el año 2016 vamos a proponer a la Iglesia católica que le nombre mártir pero, como Juana de Arco, yo la mandaría de cabeza a la hoguera. De momento, Davis engrosa la lista de ‘payasa homófoba y descerebrada’. La próxima vez que quiera volverse a casar por cuarta vez esperamos que un funcionario se lo niegue alegando que no está preparada para contraer esa responsabilidad por incapacidad psicológica y por ser una ‘yihadista del corazón’. Fea por dentro y por fuera.
Mi religión prohibe matrimonios gay
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