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General: LOS REYES MAGOS EN CUBA
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 05/01/2016 17:01
Reyes Magos en Cuba
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Los Reyes Magos rumbo a Cuba. 
                      Por Orlando González Esteva
Qué ingenuidad la del niño que cada 5 de enero arrancaba puñados de la hierba más verde que hallaba en los solares de su vecindario para, depositándolos en la azotea de su casa, junto a un cubo de agua, reciprocar la amabilidad de los camellos que esa noche transportarían a los Magos. Qué pensarían las aves y las nubes que le sobrevolaban; qué, el cielo; qué, el pararrayos que protegía el hogar y, sacando ventaja a todos, era el primero en distinguir, a distancia, las siluetas de los visitantes: jorobas y hocicos, coronas y mantos, alforjas y cofres repletos de juguetes.
 
Qué pensarían las estrellas de aquel inesperado verdor disperso sobre una superficie de cemento donde nada, a no ser el niño, podía crecer, y de aquel minúsculo espejo redondo, con fino borde de metal, donde las muy coquetas apenas cabían y era de rigor hacer fila para poder mirarse. El niño las imaginaba acercándose, una a una, al cubo y cuidando de no mojarse el rostro, o temerosas de que alguna de las que esperaba turno a sus espaldas diera un traspiés y las precipitara al fondo de aquella luna trémula donde, luego de apagarse, se desvanecerían.
 
Si todo hubiera amanecido intacto la mañana del día 6, el niño hubiera prestado atención a los rumores malvados que ponían en duda la existencia de los Magos (pueblo chico, infierno grande, oiría decir después). Pero la hierba desaparecía, prueba de que las bestias la habían aprovechado, y del agua sólo quedaba un charquito asustado en el fondo del cubo, señal de que las enormes lenguas habían estado a punto de dar cuenta de él; un charquito mezclado con la saliva de los camellos que, mientras él dormía y los Magos, en puntillas, barrían los suelos de la sala de su casa con las orlas de sus trajes, luchaba por sobrevivir y al día siguiente parecía guiñarle; un charquito como una piedra preciosa desleída y pálida.
 
Le gustaría al niño, hoy adulto y distante, animar a un vecino de su pueblo a subir a la azotea de la casa abandonada y dejar en ella, la tarde del próximo 5 de enero, además de un manojo de hierbas verdes recogidas de algún terreno baldío, un recipiente con agua lo suficientemente holgado para que las estrellas puedan asomarse a él y un animal de carga consiga sumergir los belfos y beber unos sorbos sin temor a volcarlo.
 
Le gustaría también animarlo a regresar a la azotea a la mañana siguiente y averiguar cuánto de lo que dejó dispuesto permanece intacto. Si la hierba falta y el agua escasea -como el ausente sospecha que sucederá- es porque los Magos no perdieron la esperanza de que el niño regresara y durante cincuenta años continuaron haciendo escala en su domicilio o aguardando que alguien, no importa la edad que tuviera, lo reemplazara. O, sabios al fin, supieron siempre lo que nadie más supo: que el niño, lejos de marcharse, continúa allí.
 
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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 05/01/2016 17:36
Seguridad de Estado impide celebrar Reyes Magos
Antes pasaban estan cosas y nadie se enteraba, ahora se jodierón,  
graciasa las nuevas comunicaciones el mundo se enteran de todo lo malo que hace.

reyescu3.jpg (550×400)
Activistas y madres recibieron amenazas por parte de agentes
               Osniel Carmona Breijo  | La Habana  | Cubanet
 La policía política censuró una celebración planificada con motivo del día de los Reyes Magos para niños del municipio pinareño San Juan y Martínez, el pasado domingo. Al menos una decena de madres recibieron amenazas y a varios activistas pro derechos humanos se les impidió abandonar durante horas el domicilio donde se reunían.
 
María de Jesús Montiller Aragón, una de las madres intimidadas, comunicó vía telefónica que se enrumbaba a la actividad con sus dos hijos y tres sobrinos cuando fue interceptada por el Oficial de la Seguridad de Estado Orestes Ayala.
 
“Pidió que regresara a casa, que estaba prohibida la entrada a la actividad”, comentó Montilla.
 
Amplía que su negativa desató una fuerte discusión donde el oficial amenazó con abrir un expediente en la Fiscalía, “acusándome de usar a los niños para asuntos políticos, pudiéndomelos quitar”.
 
Montiller decidió ceder y volver a su domicilio. Dos horas más tarde recibió la visita “del Capitán Ernesto, de Menores”, quien continuó con la misma línea de amenazas.
 
“Lo mismo que me a mí, se lo hicieron a diez o doce madres más”, dijo.
 
La actividad recreativa fue organizada por activistas de la comunidad LGBTI que forman parte del proyecto “Luz de vida” y miembros de la Biblioteca Independiente Cuba Libre, con el objetivo de entregar juguetes y dulces los niños de la comunidad.
 
Disfrazados de payasos, los activistas consiguieron salir a la calle y entregar los juguetes.
 
Pero desde las cinco de la tarde fuerzas de la Seguridad de Estado y de la policía montaron un operativo que los dejó encerrados hasta pasadas las nueve de la noche, en el domicilio del activista Agustín Raúl Linares, de acuerdo a Leodan Suárez Quiñones, coordinador de la actividad.
 
Alega Suárez que en reiteradas ocasiones el Oficial Orestes Ayala amenazó con allanar la vivienda de Linares para incautar los juguetes, pero advertido de que “si no mostraba una orden fiscal tendría que entrar por la fuerza”, no llegó a materializar la acción.
 
“Solo hicimos lo que por parte de este gobierno no se hace; alegrar el vivir de cada niño basándonos en la Declaración de los Derechos del Niño donde se reconocen sus derechos como ser humano capaz de desarrollarse física, mental, social, moral y espiritualmente con libertad y dignidad”, expuso.
 
Junto a Suárez, estaban bajo asedio los activistas Lisandra Orraca Guerra, Irina Caridad León Valladares, Caridad Valladares Montiller, Michael Valladares Cala, Edel Padrón Cala, Agustín Raúl Linares Álvarez, Richard Borges Hernández y Enrique Borges Oliva.
 
Ana María López Canino, coordinadora nacional de Bibliotecas Independientes en Cuba, informó que en los últimos días han sucedido diversos incidentes de represión contra bibliotecarios y activistas que intentaron regalar juguetes.
 
Destacó que, anterior a este caso, el día 29 de diciembre en Artemisa los cuerpos represivos impidieron una actividad similar. La más reciente tuvo lugar en la mañana del 4 de enero, y tuvo como locación una biblioteca del poblado Mantilla, en la capital, aunque se desconocen más detalles de este hecho.
                                                    Fuente Cubanet

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: BuscandoLibertad Enviado: 06/01/2016 14:42
El régimen de Fidel Castro
Intentó sepultar la tradición de los tres Reyes Magos.

Asociacion+Yoruba+030.jpg (640×480)
Reyes Magos pasean por La Habana (aunque no visitan a todos)
El Estado trató de reemplazar la leyenda y ofertó juguetes racionadamente.
Ahora ni siquiera eso. Si no tienes moneda dura, tus hijos no tendrán juguetes.
           Por Iván García  / La Habana 
La víspera del Día de Reyes, Lemay, 8 años, se va a la cama temprano. El 6 de enero probablemente sea la fecha más importante de su vida. Seis veces ha rehecho la carta dirigida a Melchor, Gaspar y Baltazar.
 
Cada vez que Lemay veía un juguete nuevo, borraba uno e incluía otro. La semana pasada se enojó con un amigo del barrio que entre burlas le dijo que los reyes magos eran sus padres.
 
“Mentira, lo que pasa es que a ti no te traen juguetes porque te portas mal”, cuenta el padre que le respondió. Y muestra la carta con rasgos infantiles escrita por su hijo en una hoja de libreta escolar. Orgulloso, el padre la lee:
 
“Señores reyes magos: este año me porté bien y tuve notas excelentes en la escuela. Quisiera pedirles si por favor me pueden traer una bicicleta y unos patines lineales. También una pelota de fútbol y cualquier otra cosa que ustedes crean me merezco”.
 
Los juguetes de Lemay son un asunto de seguridad nacional en su casa. Es hijo único y con meses de antelación, todos los familiares se involucran, los que viven al otro lado del charco y los de acá.
 
“Del dinero de las remesas vamos ahorrando, pero el juguete de mayor calidad se lo envían los abuelos desde Miami, a través de una ‘mula’. El resto se lo compramos nosotros aquí”, cuenta la madre.
 
El 30 de diciembre, los padres de Lemay dedicaron el día a rastrear jugueterías de La Habana, para tratar de satisfacer los pedidos de su hijo. En el complejo de tiendas del hotel Comodoro, en Miramar, al oeste de la ciudad, compraron un balón de fútbol Adidas y un par de tenis de la misma marca. En el concurrido ‘mall’ de Carlos III, en Centro Habana, pudieron conseguir los patines lineales.
 
“En tres juguetes y en una camiseta de Neymar que compramos en una casa que vende pacotillas por la izquierda, gastamos 132 chavitos (alrededor de 140 dólares). Cada año que pasa los comercios están más desabastecidos y los juguetes más caros”, dice la madre.
 
Esta vez, el regalo principal, enviado por los abuelos de Miami, es una bicicleta de colores brillantes. En la noche del 5 de enero,  cuando ya Lemay está durmiendo, la familia se pone en función.
 
Esconden los juguetes en los sitios más insospechados. “Nosotros lo disfrutamos tanto como él. Mi esposa y yo crecimos en una etapa donde se había perdido la fantasía y una vez al año, por la libreta, el gobierno ofertaba tres jugueticos”,recuerda el padre.
 
Si usted recorre las jugueterías habaneras, observará una gran cantidad de compradores. Delia, empleada del Centro Comercial Carlos III, explica que “en los días anteriores al 6 de enero, las ventas en la juguetería superan los 20 mil pesos convertibles. No sé de dónde la gente saca tanto dinero, pero compran juguetes sofisticados que cuestan un montón de fulas”.
 
Una bicicleta mediana ronda los 130 dólares. Una casita de dos plantas y sus accesorios cuesta 84 dólares. Una piscina circular de tubos metálicos y motor para purificar el agua fluctúa entre los 585 y más de mil dólares.
 
Tienes que rebuscar bien en los estantes para encontrar un juguete que cueste menos de 10 dólares. Alina, madre de dos hijos, junto a su esposo, una y otra vez revisan sus billeteras, pero las cuentas no cuadran.
 
“Queríamos comprarle una máquina eléctrica al más pequeño y un juego de autos de carreras al más grande, pero el dinero no nos alcanza”, dice Alina y señala los precios. La máquina se maneja por control remoto y cuesta 116 cuc. Y 60 cuc el juego de Fórmula Uno.
 
Desde hace ya un tiempo, la tradición de los Reyes Magos en Cuba, cada año convoca a numerosos padres que intentan complacer a sus hijos. La prensa oficial y las instituciones estatales hacen mutis. Aunque no se ha vuelto a llegar al extremo del mes de enero de 2001, cuando un insultado Fidel Castro condenó en duros términos una cabalgata de Reyes Magos  patrocinada por la Embajada española, que recorrió el Paseo del Prado tirando caramelos. Castro consideró que era un insulto a los niños cubanos.
 
Como ocurre con la Navidad, Semana Santa y veneraciones a San Lázaro, la Virgen de la Caridad o Santa Bárbara, entre otras costumbres, la maquinaria de propaganda partidista no promociona el Día de Reyes. Durante años, la autocracia verde olivo suplantó a los Tres Reyes Magos. Unos días después de llegar al poder a punta de carabina, Fidel Castro se subió a una avioneta y en pequeños paracaídas lanzó juguetes a niños que vivían en las laderas de la Sierra Maestra y jamás habían tenido uno.
 
A medida que el régimen se fue radicalizando, las tradiciones fueron censuradas o cuando menos ignoradas. El gobierno se encargaba de distribuir juguetes mediante sorteos municipales realizados por el Ministerio de Comercio Interior.
 
En la primera semana de julio, en una tienda de su barrio previamente asignada, cada padre tenía derecho a comprarle tres juguetes a su hijo (básico, no básico y adicional). Antes de pagarlos, se lo anotaban en la libreta de productos industriales, cartilla de racionamiento que también  hubo en Cuba y era similar a la de productos alimenticios.
 
Después, con la crisis económica que dura ya veintiséis años, los juguetes se compran exclusivamente en moneda dura o a elevados precios en pesos, elaborados por particulares. Son plásticos y chapuceros, pero son los que están al alcance de los más pobres.
 
Gerardo, albañil, a ninguno de sus cuatro hijos ha podido comprarles buenos juguetes el Día de Reyes. “Si acaso, uno de esos camiones plásticos que venden los cuentapropistas o una pelota. Con el tiempo, las desigualdades que Fidel prometió eliminar han sido mayores. Los jodidos cada vez estamos más jodidos”.
 
Mientras en la mañana del 6 de enero, niños como Lemay buscan los regalos por toda la casa, miles de pequeños solo ven juguetes detrás de las vidrieras. En Cuba, los Reyes Magos no llegan a todos los hogares.
 
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